Poems & roll

Dejad que los poetas del rock & roll tomen la palabra

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Son (o fueron) músicos pero antes poetas. Las palabras sobran, las presentaciones son una pérdida de tiempo. Dejarse llevar por la métrica de estos versos del rock & roll es el antídoto ideal para cualquier esquirla del monótono tic tac laboral. Que hablen los poetas.





Desierto (por Patti Smith)


¿Los animales emiten un chillido humano
cuando su amado se tambalea
abatido como un pájaro arrastrado
por la corriente de un río veteado de azul?


¿La hembra solloza
imitando el sufrimiento del lobo?
¿Los lirios gritan a los cuatro vientos cuando al cachorro
lo despellejan para cuero y madejas?


¿Los animales gritan como los humanos
como yo cuando te perdí
aullé desfallecí
me enrollé como un ovillo?


Así es como
vagamos por el campo helado
descalzos y con las manos vacías
apenas humanos


Sorteando un desierto
que aún no conocemos
aquí es donde el tiempo se detiene
y no tenemos adónde ir.




Oda a L.A. pensando en Brian Jones, muerto (por James Douglas Morrison)


Soy habitante de una ciudad
Acaban de escogerme para representar
al Príncipe de Dinamarca


Pobre Ofelia


Todos esos fantasma que él nunca vio
Flotando hacia la fatalidad
Sobre un candelabro


Vuelve, valiente guerrero
haz la zambullida
en otro canal


Fondo caliente engrasado
donde está Marrakech
en las cascadas
de la tormenta salvaje
donde los salvajes lucharon
a última hora de la tarde
monstruos del ritmo.


Has abandonado tu
Nada
para completarla con
Silencio


Espero que te hayas ido sonriendo
Como un niño
En los serenos vestigios
de un sueño.


El hombre ángel
con serpientes compitiendo
por sus palmas
y sus dedos
finalmente reclamó
su benévola
Alma


Ofelia


Hojas, empapadas
en la seda


Sueño
de cloro
Loco sofocado
Testigo


El trampolín, la zambullida
El fondo


Eras un luchador
una musa adamascada de almizcle


Eras el desteñido
Sol
durante una tarde de TV


sapos cornudos
disidente de un lunar amarillo


Mira ahora hacia donde te trajo
A ti


Al cielo de la carne con los caníbales y judíos


El jardinero
encontró
el cuerpo, endémico, flotando


Afortunado cadáver
qué es esta materia verde pálida
de la que estás hecho.


Haz agujeros en la diosa,
en su piel.


¿Él apestará
llevado al cielo
a través de los pasillos
de la música?


No hay oportunidades.


Réquiem por un duro
Esa sonrisa
esa mirada de gordo sátiro
lascivamente
saltó hacia arriba


hacia el barro.




Un sueño (por Tom Waits)


Todo está numerado
Todo
Sólo hay una cierta cantidad
de todo
Risas
Afeitados
Rodillas peladas
Bebés
Lágrimas
Filetes
Humos
Canciones
Todo
Y quizá en 
la cima del cielo
encontrarás el fondo
de una barco,
y en él hay un
Dios sin afeitar
sujetando un poste
un cable
y un flotador
y colgando de
un anzuelo dorado
una joya azul
aquella con la que soñaste
y la joya azul
es como tu ojo azul
destellando bajo tus
párpados soñolientos
y hacia abajo, por la madriguera de conejo
te deslizas
y te zambulles en el mar
y el Sol sale
y sólo tienes siete años
En ese momento tira de ti hasta el barco
y eso es el Cielo.




Él dejó una nota (por Clara Plath)


Ese día tenía que llegar.
Fragmento anguloso
de certeza ida.


Ya no era él.


Sus manos borrosas
olvidaron el tacto.
Sus ojos
bailaban lejos
de la ciudad.


Muñeco encerrado
en caja de trapo.


En el umbral
de la deserción,
templó sus enseres.


La miró
cautivo,
y dejó una nota…



…junto al tabaco de Larry.




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