Crónica | Una Guapa y un Gualtrapa: Fieras melódicas desde el búnker

Crónica | Una Guapa y un Gualtrapa: Fieras melódicas desde el búnker
Presentaron su nuevo disco Mainstream en la Sala El Perro


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo | @portman918

Noche de búnker madrileño. De bajar a las profundidades de la Sala el Perro en Malasaña para respirar eso que llaman «mainstream«, que en este contexto tendrá un significado muy diferente. Una Guapa y Un Gualtrapa presentan en vivo su nuevo disco con ese título, Mainstream, que en realidad son treinta y cuatro minutos de rock, pop, alt y twang. 

Hace ignición el set de los teloneros. Admito que no conocía a la banda Juanita Dinamita y las presentaciones de rigor fueron las ideales: sobre el escenario, reventando los amplis. Este cuarteto me llevó de la mano a los noventas, a ese rock alternativo muscular que bebía de las fuentes del post-punk. Potentes, frenéticos y cercanos al público, fueron subiendo la temperatura a la vez que su guitarra solista se dejaba la vida saltando y de rodillas sacándole los últimos estertores a su Jazzmaster. Éste es de esos números de entrada que ponen el listón alto a los artistas principales.

Una Guapa y Un Gualtrapa saltan a escena y esto no es en sentido figurado, porque Ángel, voz, guitarra y un gualtrapa, es un pequeño torbellino de adrenalina y good vibrations, que da saltitos y nos saca la sonrisa. Se cuelga la Fender Jazzmaster blanca, mientras Virginia, voz y una guapa, toma posesión del micro con su elegancia paradigmática. Ángel y Virginia son dos mitades iguales pero diferentes y he ahí la reacción química resultante. Bajo, teclados y batería refuerzan lo que ya conocía en acústico. Sea bienvenida la electricidad.



Foto: Ricardo Portmán

Desde algún lugar en las curvaturas de la sala surge el eco lejano de la guitarra de Gilmour en Wish You Were Here, un guiño al pasado que siempre es un presente. Tras un corte seco llega el bit cósmico del teclado, con la sombra alargada del space/bowie, para dar paso a los power chords de Wait, corte que también abre su nuevo disco Mainstream. Siguen con On The Road, la perfecta highway-tune, embellecida por el impecable solo de guitarra en modo fingerpicking. Es ahí, en el exquisito gusto con el que llevan a escena el regusto rockin’ sixties donde tienen sus armas principales, melancólicas y atemporales, con canciones como Miracles (tan Del Shannon) y Minute Hand, un hit instantáneo por derecho propio, conectado sensorialmente con The Kinks o el Beck de Sexx Laws.

Me invade el espíritu de Kurt Cobain” bromeaba Ángel, o quizás no tanto, porque en cortes como Sort It Out y Long Term Rentals se cuelan vibraciones del rock de los noventas, donde acordes mayores y menores hacen esgrima, dejando en el aire el enigma de si se trata de música alegre o triste. Esta cara oscura de Una Guapa y Un Gualtrapa es interesantísima, especialmente tras ver en directo como hasta el lenguaje corporal les cambia cuando van del old rhythm al new alternative. Blame It On Me es el volcán, la interpretación que más esperaba y superó mis expectativas más optimistas. La energía generada es de alto voltaje, potenciada por el medley posterior que elevó el termómetro de la sala y los asistentes.  

Una Guapa y Un Gualtrapa no solo superaron el test del directo amplificado; me convencieron que con verles solo una vez no bastará, que su performance es una noria con vistas a mucha de la música con la que crecimos y que sigue ahí, girando en la atmósfera de nuestras existencias. Magnífico concierto de unas fieras melódicas desde el búnker.

Foto: Ricardo Portmán

Foto: Ricardo Portmán
Foto: Ricardo Portmán



Copyright © 2020 Ecos del Vinilo.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.