Un Ave Fénix llamado John Lennon (primera parte)

Su reveladora entrevista para Playboy en 1980


John Lennon y Yoko Ono concedieron una excepcional entrevista a la revista Playboy en 1980. Aquí Lennon se explaya sobre su renacer artístico, sus demonios, su relación con McCartney y sobre su vida hogareña. Es un documento histórico que refleja nítidamente el estado mental y espiritual de un Lennon que resurgía de sus cenizas cual ave fénix. He aquí la entrevista en su totalidad. 



Playboy: El rumor está en pleno: John Lennon y Yoko Ono están de regreso en el estudio, grabando de nuevo y por primera vez desde 1975, cuando desaparecieron de la vida pública. Empecemos contigo, John, ¿qué has estado haciendo? 

Lennon: He estado horneando pan y cuidando al bebé. 

Playboy: ¿Con que proyectos secretos escondidos? 

Lennon: Eso es lo que todos me han preguntado en los últimos años. «Pero, ¿qué mas has hecho?». A lo cual yo contesto: «¿Bromeas?». Porque el pan y los bebés, como lo sabe cualquier ama de casa, son un trabajo de tiempo completo. Después de preparar el pan siento que he conquistado algo. Pero mientras veo que se comen el pan, me pregunto por qué no me premiaron con un disco de oro o me hicieron caballero o algo. 

Playboy: ¿Por qué te volviste un amo de casa? 

Lennon: Fueron muchas razones. Había estado bajo obligación o contrato desde que tenía 22 años y hasta después de cumplir 30. Después de esos años, eso era todo lo que conocía. No era libre. Estaba enjaulado. Mi contrato era la manifestación física de estar en prisión. Fue más importante encararme a mí mismo y encarar la realidad que continuar una vida de rock ‘n’ roll — y seguir bajo los caprichos de tus actuaciones o de lo que el público opina de ti. El rock ‘n’ roll dejó de ser divertido. Decidí no tomar las opciones estándar de este negocio -ir a Las Vegas y cantar tus éxitos, si tienes suerte, o ir al infierno, que es a donde Elvis se fue-. 

Ono: John era como un artista que es muy bueno dibujando círculos. Se mantiene en eso y se convierte en su propio sello. Tiene una galería para promoverlo. Y el año siguiente, hará triángulos o algo así. No refleja su vida de ninguna manera. Cuando haces lo mismo por 10 años, obtienes un premio por haberlo hecho. 

Lennon: Obtienes el gran premio cuando te da cáncer y has estado dibujando círculos y triángulos por 10 años. Me había convertido en un artesano y podría haber continuado siendo un artesano. Respeto a los artesanos, pero no me interesa convertirme en uno de ellos. 

Ono: Sólo para probar que no puedes ir prodigando las cosas. 

Playboy: Están hablando de discos, claro. 

Lennon: Claro, sacarlos en serie porque eso se esperaba de mí, porque mucha gente saca álbumes cada seis meses porque se supone que deben hacerlo. 

Playboy: ¿Se refieren a Paul McCartney? 

Lennon: No sólo a Paul. Pero yo había perdido la libertad inicial del artista al volverme un esclavo de la imagen que supone lo que el artista debe hacer. Muchos artistas se matan debido a eso, ya sea a través de la bebida, como Dylan Thomas o a través de la locura, como Van Gogh, o a través de enfermedades venéreas, como Gauguin. 

Playboy: La mayoría de las personas hubieran seguido sacando el producto. ¿Cómo pudiste vislumbrar la salida? 

Lennon: La mayoría de las personas no viven con Yoko Ono. 

Playboy: ¿Y eso qué significa? 

Lennon: La mayoría de las personas no tiene una compañera que les diga la verdad y que rehuse vivir con un artista mierda, en lo cual soy bastante bueno. Puedo estropearme y estropear a todos a mi alrededor. Yoko: esa es mi respuesta. 

Playboy: ¿Qué hizo por ti? 

Lennon: Me enseñó la posibilidad de una alternativa. «No tienes que hacer esto». «¿De veras? ¿No tengo que hacerlo? Pero–pero–pero–pero…». Claro que no fue así de simple y no lo entendí en una noche. Se necesito de un refuerzo constante. Salirse es mucho más difícil que continuar. He hecho ambos. Con base a las exigencias y a los calendarios entregué discos de 1962 a 1975. Salirme me parecía más para alguien de 65 años, cuando ya se supone que no deben existir y se les envía fuera de sus oficinas (toca tres veces en el escritorio con los nudillos): «Tu vida ha terminado. Es tiempo de jugar golf». 

Playboy: Yoko, ¿cómo te sentiste cuando John se convirtió en un amo de casa? 

Ono: Cuando John y yo salíamos, la gente se acercaba y preguntaba: «John, ¿que estás haciendo ahora?» pero nunca me preguntaban a mí porque, como mujer, no se supone que haga algo. 

Lennon: Mientras yo limpiaba los desechos del gato y alimentaba a Sean, ella se sentaba en cuartos llenos de humo con tres hombres vestidos con trajes de tres piezas que no podían abotonar. 

Ono: Yo manejé el negocio: los antiguos negocios -Apple, Maclen (la compañía de grabación y publicación de The Beatles, respectivamente) así como las nuevas inversiones. 






Lennon: Tuvimos que enfrentarnos a los negocios. Este era otro caso en el cual o le pedíamos a alguien que viniera a resolvernos los negocios o lo hacíamos nosotros. Los abogados ganaban un cuarto de millón de dólares por año sólo por sentarse en una mesa y comer salmón en el Hotel Plaza. Muchos de ellos ni siquiera se veían interesados en resolver los problemas. Cada abogado tenía un abogado. Cada Beatle tenía a cuatro o cinco personas trabajando. Así que sentimos que teníamos que ocuparnos de esa parte del negocio y manejarla antes de empezar a manejar nuestra propia vida. Y el único de los dos que tenía el talento o la habilidad de manejarlos a ese nivel era Yoko. 

Playboy: ¿Tenías experiencia en asuntos comerciales de esas proporciones? 

Ono: Aprendí. La ley ya no es un misterio para mí. Los políticos no son un misterio para mí. Ya no me siento asustada por el sistema. Al principio, mi propio contador y mi propio abogado no podían manejar el hecho de que yo les decía qué hacer. 

Lennon: Existía una actitud respecto a que esta es la esposa de John, pero por supuesto, ella no puede estar realmente representándolo. 

Ono: Un abogado le enviaba cartas a los directores pero en vez de enviármelas a mí, se las enviaba a John o a mi abogado. Te sorprendería saber cuánto me ofendieron de manera inicial. Se reducía a «tú no sabes de leyes, no puedo hablar contigo». Y les dije: «Muy bien, entonces háblame de una manera en que pueda entenderlo. Yo también soy directora». 

Lennon: No podían soportarlo pero tenían que hacerlo porque ella es la que nos representa (se ríe). Todos son hombres, ¿sabes? grandes y gordos, hombres de vodka, hombres de gritos, como perros entrenados, entrenados para atacar todo el tiempo. Recientemente, ella hizo posible que ganáramos una buena suma de dinero que los benefició a todos ellos y pelearon y pelearon para evitar que lo hiciera porque era su idea y era mujer y no era profesional. Pero lo hizo y uno de los tipos le dijo: «Bueno, Lennon lo hace de nuevo». Pero Lennon no tenía nada que ver en eso. 

Playboy: ¿Por qué están regresando al estudio y a la vida pública? 

Lennon: Inhalas y exhalas. Nos sentimos con ganas de hacerlo y tenemos algo que decir. También, Yoko y yo hemos intentado varias veces hacer música juntos, pero eso fue hace mucho tiempo y la gente tiene aún la idea de que The Beatles fueron algo sagrado y que no deberían salir de su círculo. Fue difícil para ambos trabajar en ese entonces. Creemos que la gente ya ha olvidado o ha crecido, así que podemos hacer una segunda incursión al lugar en donde ella y yo estamos juntos, haciendo música -simplemente eso-. No es como si yo fuera un príncipe místico y maravilloso del mundo del rock ‘n’ roll que tiene sus escarceos con la música acompañado de esta dama dragón oriental, la cual fue la imagen que dio la prensa antes. 

Playboy: Algunas personas te ha acusado de jugar con los medios. Primero te recluyes, después hablas de manera selectiva con la prensa porque va a salir un nuevo álbum tuyo. 

Lennon: Eso es ridículo. La gente siempre ha dicho que John y Yoko harían cualquier cosa por publicidad. En el artículo de Newsweek (29 de septiembre de 1980) dice que el reportero nos preguntó: «¿Por qué te enterraste?» Bueno, ella nunca lo preguntó de esa manera y yo nunca me enterré. Sólo deje de hablar con la prensa. Tiene que se divertido. Me llamaba a mí mismo Greta Hughes o Howard Garbo en ese periodo. Pero aún así los chismes nunca cesaron. Nunca le dejamos de hablar a la prensa pero parecía que se escribía más de nosotros cuando no hablábamos con la prensa que cuando sí lo hacíamos. 



Playboy: ¿Cómo te sientes en relación a toda la prensa negativa que, en todos estos años, ha atacado a Yoko, tu dama dragón, como le dices? 

Lennon: Ambos somos personas sensibles y nos lastimaron mucho. No pudimos entender por qué lo hicieron. Cuando te enamoras y alguien te pregunta: «¿cómo puedes estar con esa mujer», tú dices: «¿qué quieres decir?». Yo estoy con esta diosa del amor, el complemento de toda mi vida. ¿Por qué dicen eso? ¿por qué quieren aventarle piedras o castigarme por estar enamorado de ella? Nuestro amor nos ayudó a sobrevivir estos ataques pero algunos de ellos fueron muy violentos. Hubo algunas pocas veces que casi nos derrotan pero pudimos sobrevivir y aquí estamos (ve hacia arriba). Gracias, gracias, gracias. 

Playboy: ¿Pero qué hay del cargo de que John Lennon está bajo el hechizo de Yoko, bajo su control? 

Lennon: Bueno, esa es basura. Nadie me controla. Soy incontrolable. El único que me puede controlar soy yo, y eso es apenas posible. 

Playboy: Aún así, mucha gente lo cree. 

Lennon: Escucha, si alguien me va a impresionar, ya sea un Maharishi o una Yoko Ono, llega el momento en que el emperador no tiene ropa. Llega un punto en el cual yo voy a ver. Así que a todos aquellos que están afuera pensando que tengo la lana sobre mis ojos, bueno, eso es un insulto para mí. No porque piensen menos de Yoko, ya que ese es su problema. ¡Lo que yo piense de ella es lo que cuenta! Por que, chíngate hermano y hermana, no sabes qué es lo que está pasando. No estoy aquí por ti. ¡Estoy aquí por mí, por ella y por el bebé! 

Ono: Por supuesto, eso es un insulto total para mí. 

Lennon: Bueno, tú has sido siempre insultada, mi querida esposa. Es natural. 

Ono: ¿Por qué me debería molestar en controlar a alguien? 

Lennon: Ella no me necesita. 

Ono: Yo tengo mi propia vida. 

Lennon: Ella no necesita a un Beatle. ¿Quién necesita a un Beatle? 

Ono: ¿La gente cree que soy tan controladora? John duró dos meses con el Maharishi. Dos meses. Debo de ser la mejor del mundo porque he estado con él durante 13 años. 

Lennon: Pero la gente lo dice. 

Playboy: Ese es precisamente nuestro punto. ¿Por qué? 

Lennon: Quieren atenerse a algo que nunca tuvieron, en primer lugar. Cualquiera que proclame que tiene algún interés en mí como artista individual o como parte de The Beatles no tiene entendimiento alguno de nada de lo que he dicho si no puede darse cuenta de por qué estoy con Yoko. Y si no lo pueden ver, no pueden ver nada. Sólo se están masturbando… podría ser cualquiera. Mick Jagger o cualquier otro. Déjenlos que se masturben con Mick Jagger, ¿Ok? Yo no lo necesito. 

Playboy: El apreciará eso. 

Lennon: Yo absolutamente no lo necesito. Déjenlos perseguir a Wings. Que se olviden de mí, que vayan tras Paul o Mick. Yo no estoy aquí para eso. Si eso no es aparente en mi pasado, lo estoy diciendo en negro y verde junto con todos los senos y los culos de la página 196. Vayan a jugar con los otros muchachos. No me molesten. Vayan a jugar con los Rolling Wings. 

Playboy: ¿Tú…? 

Lennon: No, espera un momento. Quedémonos aquí un segundo, a veces no puedo dejar ir las cosas. (Está parado, subiéndose al refrigerador) ¡Nadie dijo nunca nada relacionado con que Paul me había hechizado o que yo lo había hechizado a él! Nunca pensaron que era anormal en esos días, dos tipos juntos o cuatro tipos juntos. ¿Por qué nunca preguntaron el por qué no nos separábamos? ¿Me pregunto por qué están solos tanto tiempo? Estuvimos más tiempo juntos en los primeros días que John y Yoko: los cuatro dormíamos en el mismo cuarto, prácticamente en la misma cama, en el mismo camión, vivíamos juntos noche y día, ¡comíamos, cagábamos y orinábamos juntos! ¿Me entiendes? ¡Hacíamos todo juntos! Nunca nadie dijo nada sobre qué estábamos bajo un hechizo. Tal vez dijeron que estábamos bajo el hechizo de Brian Epstein o de George Martin (el primer manager y el primer productor de The Beatles, respectivamente). Siempre habrá alguien que te haga algo. Ya sabes, están felicitando a los Stones por estar juntos 112 años y preguntándose al mismo tiempo por qué siguen juntos. ¿Qué no pueden estar solos? ¿Tienen que estar rodeados de un grupo? ¿Está el pequeño líder asustado de que alguien lo apuñale por la espalda? Esa será la cuestión. Esa será una cuestión importante. Van ver a los Beatles y a los Stones y todos ellos son reliquias. Los días en que todas las bandas sólo estaban integradas por hombres serán archivados en carretes de cintas. Estarán enseñando fotos de un tipo con lápiz de labios contoneando su culo y los cuatro tipos con maquillaje negro en sus ojos tratando de parecer sexy. Eso será una broma en el futuro, no una pareja cantando juntos o viviendo y trabajando juntos. Está bien a los 16, 17 ó 18 años tener compañeros hombres e ídolos, ¿OK? Es tribal y es parte de las pandillas y está bien. Pero cuando continúas haciéndolo a los cuarenta, significa que todavía tienes 16 años en la mente. 

Playboy: Empecemos por el principio. Cuéntanos la historia de cómo el príncipe místico y maravilloso conoció a la dama dragón oriental. 

Lennon: Fue en 1966 en Inglaterra. Alguien me dijo sobre un «evento», sobre una artista japonesa avant-garde que llegaba desde los Estados Unidos. 

Estaba yo viendo en la galería y vi una escalera y me subí a ver por un catalejo que estaba en la parte superior de la escalera -te sentías como tonto- y sólo decía «Yes». Ahora, en ese tiempo, todo lo avant-garde era destrozar un piano con un martillo y romper una escultura y ser anti-, anti- anti- anti. Todo era un asunto negativo y aburrido. Y sólo ese «Yes» me hizo quedarme en la galería llena de manzanas y clavos. Había un letrero que decía «Clava un Clavo» así que pregunté: «¿Puedo clavar un clavo?» pero Yoko dijo que no ya que el show no abriría sino hasta el siguiente día. Pero vino el dueño y le susurró: «Déjalo, es un millonario, podría comprarlo». Así que tuvieron esta pequeña plática y ella finalmente dijo: «Ok, puedes clavar el clavo por cinco chelines». Así que el culo astuto le dijo: «Ok, te daré cinco chelines imaginarios y clavaré un clavo imaginario». Y así fue como nos conocimos. Ahí es donde nuestras miradas se encontraron, ella lo sintió, yo también, y como se dice en las entrevistas que damos, el resto es historia. 

Playboy: ¿Qué sucedió después? 

Lennon: Por supuesto, yo era un Beatle pero las cosas habían empezado a cambiar. En 1966, justo antes de conocernos, yo había estado en Almería, España para hacer la película «How I Won The War». Me hizo mucho bien estar lejos. Fueron seis semanas. Escribí «Strawberry Fields Forever» ahí, por cierto. Me dio tiempo para pensar por mí, lejos de los demás. Desde entonces, había estado buscando algún lugar donde ir, pero no tenía el valor de realmente salirme y encaminarme y dejarlo todo. Pero cuando me enamoré de Yoko, supe, Dios mío, esto es diferente a todo lo que había conocido antes. Esto es otra cosa. Esto es más que un disco de hits, más que un disco de oro, más que nada. Es indescriptible. 

Playboy: ¿Hubo conexión entre enamorarse de Yoko y el querer dejar a The Beatles? 

Lennon: Como ya lo dije, ya había empezado a querer irme, pero cuando conocí a Yoko fue para mí como cuando conoces a tu primera mujer. Dejas a los cuates en el bar. No vuelves a jugar futbol. No juegas pool o billar. Tal vez algunos tipos lo hacen en la noche del viernes o algo así, pero una vez que encuentran a la mujer, los muchachos dejan de tener interés en estar con sus cuates de la escuela. «Esas campanas nupciales están separando mi antigua pandilla». Nos casamos tres años después, en 1969. Ese fue el final de los muchachos. Sólo que estos muchachos eran muy famosos y no sólo eran los muchachos del barrio en el bar. Todo el mundo estaba molesto por eso. Nos aventaron mucha mierda. Mucho odio. 

Ono: Aún ahora, acabo de leer que Paul dijo: «Entiendo que quiera estar con ella, pero ¿tiene que estar con ella todo el tiempo?». 

Lennon: Yoko, ¿tienes que seguir cargando esa cruz? Eso fue hace años. 

Ono: No, no, no. Lo dijo recientemente. Lo que quiero decir es que, lo que sucedió con John fue como irse a la cama con este tipo que me gustó y de repente, en la siguiente mañana, veo a estos tres familiares políticos ahí parados. 

Lennon: Yo siempre pensé que había algo entre líneas en la canción «Get Back» de Paul. Una vez estábamos en el estudio grabándola y cada vez que él cantaba la línea «Get back to where you once belonged», se le quedaba viendo a Yoko. 

Playboy: ¿Estás bromeando? 

Lennon: No, pero tal vez él diga que estoy paranoico. 

(La siguiente porción de la entrevista fue con Lennon solo) 

Playboy: Este tal vez sea el momento de hablar de esos «familiares políticos», como lo dice Yoko. John, se te ha preguntado mil veces esto, pero ¿por qué es tan impensable que The Beatles quieran juntarse de nuevo para hacer música? 

Lennon: ¿Quieres que regresemos a mis días de la preparatoria? ¿Por qué debemos regresar 10 años para ofrecerte una ilusión que yo se que no existe? No puede existir. 

Playboy: Entonces olvida la ilusión. ¿Qué tal sólo hacer buena música de nuevo? ¿Le das crédito a The Beatles por hacer buena música? 

Lennon: ¿Por qué deberían dar más los Beatles? ¿No lo dieron todo en 10 años? ¿No se dieron a sí mismos? Eres como el típico fan que ama y odia que dice: «Gracias por todo lo que hiciste por nosotros en los sesenta, ¿me darías otra oportunidad? ¿sólo un milagro más?». 

Playboy: No estamos hablando de milagros, sólo de buena música. 

Lennon: Cuando Rodgers trabajó con Hart y después con Hammerstein, ¿piensas que se debió haber quedado con uno en lugar de trabajar con el otro? ¿Debieron Dean Martin y Jerry Lewis haberse quedado juntos porque a mí me gustaba como era cuando estaban juntos? La idea Beatle completa era hacer lo que querías, ¿no? Toma tu propia responsabilidad. 

Playboy: Esta bien, pero regresando a la música, ¿no estás de acuerdo que The Beatles crearon el mejor rock ‘n’ roll que se ha producido? 

Lennon: No estoy de acuerdo. The Beatles, verás… estoy demasiado involucrado en ellos de manera artística. No puedo verlos de manera objetiva. No puedo escucharlos de manera objetiva. No estoy satisfecho con ningún chingado disco de The Beatles. No hay un sólo disco de ellos que yo haría de nuevo -incluyendo todos los discos de The Beatles y todos mis discos como solista-. Así que no puedo ponderar lo que son The Beatles. Cuando yo era un Beatle pensaba que éramos el mejor grupo pop o algo así. Pero me pones esas canciones hoy y quiero rehacer cada una de ellas. No existe una sola… Escuché «Lucy In The Sky With Diamonds» en el radio anoche. Es abismal, ¿sabes? La canción es simplemente terrible. Quiero decir, es buena, pero no fue hecha de la manera apropiada, ¿me entiendes? Pero ese es el viaje artístico, ¿no? Eso es por lo que continúas adelante. Pero regresando a tu pregunta original sobre The Beatles y su música, la respuesta es que hicimos algunas cosas buenas y otras malas. 



Playboy: Mucha gente siente que ninguna de las canciones de Paul como solista se ha equiparado con las canciones que hizo como Beatle. ¿Piensas tú honestamente que cualquiera de tus canciones -de los discos de la Plastic Ono Band- tendrán la huella permanente de «Eleanor Rigby» o «Strawberry Fields»? 

Lennon: «Imagine», «Love» y esas canciones de la Plastic Ono Band se equiparan a cualquier canción que escribí cuando era un Beatle. Ahora, tal vez te tomará 20 ó 30 años en apreciarlas, pero el hecho es que si las ves entonces, te darás cuenta que son tan buenas como cualquier cosa que fue hecha en algún momento. 

Playboy: Parece como si trataras de decirle al mundo: «Sólo fuimos una buena banda que hizo buena música» mientras que el resto del mundo dice: «No fue sólo buena música, fue la mejor». 

Lennon: Bueno, si fue la mejor, ¿que? 

Playboy: Así que… 

Lennon: ¡No puede volver a ser! Todos hablan de algo bueno que terminó como si se acabara el mundo. Pero cumpliré cuarenta cuando esta entrevista salga. Paul tiene 38. Elton John, Bob Dylan, todos somos relativamente jóvenes. El juego no ha terminado. Todos hablan en términos del último disco o del último concierto de The Beatles, pero Dios mediante, habrán otros cuarenta años de productividad. No estoy juzgando si «I Am The Walrus» es mejor o peor que «Imagine». Eso lo deben juzgar otros. Yo lo estoy creando. Yo lo creo. No me paro atrás y juzgo. 

Playboy: Sigues diciendo que no quieres regresar 10 años, que hay demasiado que ha cambiado. ¿No sientes que sería interesante, no cósmico sino interesante, juntarse, con todas sus nuevas experiencias, y combinar sus talentos? 

Lennon: ¿No sería interesante traer a Elvis de regreso a su periodo con Sun Records? No lo se. Pero estoy contento con escuchar sus discos de esa época. No quiero sacarlo de la tumba. The Beatles no existen y nunca más podrán existir. John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Richard Starkey podrían montar un concierto, pero nunca serían The Beatles cantando «Strawberry Fields» o «I Am The Walrus» de nuevo porque ya no tenemos 20 años. No podemos ser ellos de nuevo ni lo puede ser la gente que nos escucharía. 

Playboy: ¿Pero no eres tú el que le está dando demasiada importancia? ¿Qué tal si fuera sólo por diversión nostálgica? ¿Cómo una reunión de ex alumnos de una escuela? 

Lennon: Yo nunca fui a las reuniones de ex alumnos. Mi política es, fuera de la vista, fuera de la mente. Esa es mi actitud en cuanto a la vida. Así que no tengo romanticismo sobre cualquier parte de mi pasado. Pienso en el pasado en términos de placer o en términos de lo que me ayudó a crecer psicológicamente. Esto es lo único que me interesa sobre el ayer. No creo en el ayer, por cierto. Tú sabes que no creo en el ayer. Sólo me interesa lo que hago hoy. 

Playboy: ¿Y qué hay de la gente de tu generación, los que sintieron que un cierto tipo de música -y espíritu- murió cuando The Beatles se separaron? 

Lennon: Si no entendieron a The Beatles y la década de los sesenta, entonces, ¿qué demonios podemos hacer por ellos ahora? ¿Tenemos que dividir el pescado y el pan para las multitudes de nuevo? ¿Tendremos que ser crucificados otra vez? ¿Tenemos que caminar en agua de nuevo porque una pila de tonto no lo vieron por primera vez o porque no lo creyeron cuando lo vieron? Tal vez por eso están pidiendo: «Bájate de la cruz. No entendí todavía la primera parte, ¿puedes hacerlo de nuevo?». De ninguna manera. No puedes regresar a casa. No existe. 



Continuará…