Eric Clapton / John Mayall: God & Beano

Eric Clapton / John Mayall: God & Beano

Regresamos al disco de blues más influyente de la historia

[Ricardo Portman] @ecosdelvinilo | @ricardoportman_

Cuando se hace referencia a discos de culto, se abusa del término ‘seminal’. Pero en el caso del John Mayall Bluesbreakers with Eric Clapton se queda corto. Obra fundamental y piedra fundacional del boom del british blues en los sesentas. 

El cantante, multi-instrumentista y diseñador gráfico John Mayall (Macclesfield, 1933), siempre fue un entusiasta del blues y el jazz. Ya a los trece años dominaba la guitarra, el piano y el ukelele, siendo sus principales influencias Muddy Waters, Meade ‘Lux’ Lewis, Josh White y Big Bill Broonzy. Ya en 1955 fundó su primer grupo, The Powerhouse Four,  junto al baterista Peter Ward y un número variable de músicos itinerantes. Para cubrir su sustento se empleó como diseñador en una agencia de publicidad de Manchester, pero nunca abandonó el sueño de hacer algo prominente en la escena musical británica. Su vida cambió una noche de 1962, cuando abrió un show en The Bodega Jazz Club para el precursor del jazz y blues en Inglaterra, Alexis Korner y sus Blues Incorporated.  Su amistad fue instantánea y Korner pasó a convertirse en el mentor musical de Mayall. Ese mismo año se une en Manchester a la banda The Blues Syndicate, creada por el trompetista John Rowlands. En este grupo ya tocaba un excelente baterista llamado Hughie Flint, futuro miembro de sus Bluesbreakers. Ante la insistencia de Alexis Korner, John decide radicarse definitivamente en Londres en 1963 para dedicarse a tiempo completo a la música.

A través de Korner, John Mayall fue introducido en la sociedad bluesera londinense, empezó a conocer e interactuar con músicos afines a su visión musical. En febrero de 1963 funda su primera banda bajo la sagrada denominación The Bluesbreakers. Las primeras formaciones eran inestables, e incluyeron entre otros músicos al guitarrista Davy Graham y los bajistas Ricky Brown y Peter Burford. Para abril de ese año se une al grupo un miembro fundamental, John McVie al bajo. Su primer gran día de triunfo fue teloneando a los Manfred Mann en The Marquee Club. En este legendario bolo del 4 de noviembre de 1963 se empezó a forjar con letras de oro el destino del grupo. El line up incluyó a John (voz, teclados, armónica) Bernie Watson (guitarra),  John McVie (bajo) y Peter Ward (batería). Se convirtió en la principal atracción del Marquee y esto llamó la atención del productor Mike Vernon del sello Decca. Esto les procuró su primer y draconiano contrato discográfico para sacar sólo un single. El 20 de abril de 1964 grabaron este sencillo, Crawling up a Hill / Mr. James. Al poco tiempo, Ward abandonaba el combo. Luego hizo lo propio Watson. Martin Hart entro a la percusión pero duró muy poco. Mayall se acordó entonces de Hughie Flint y lo incluyó junto con el nuevo guitarrista Roger Dean. 

Con esta nueva formación se lanzaron a la carretera, con un tour de cuatro semanas apoyando al legendario bluesman John Lee Hooker. Mientras tanto, su primer single tenía críticas favorables pero ventas muy pobres (500 copias vendidas). A pesar de esto, la Decca decidió apostar por Mayall y su banda y decidió que debían sacar su primer Lp. Una grabación en vivo. La actuación del 7 de diciembre del 64 fue la elegida e inmortalizada en el disco John Mayall plays John Mayall (publicado en marzo de 1965). El siguiente mes también se lanzó otro single, Crocodile Walk / Blues City Shakedown

Poco tiempo después, Mayall escuchó la cara B del último single de The Yardbirds, Got to Hurry con un jovencísimo Eric Clapton en todo su esplendor bluesero. Eric acababa de dejar su antiguo grupo en esos días. En ese momento supo que Clapton debía estar en los Bluesbreakers. Los días de Roger Dean en el grupo estaban contados. La primera grabación de Clapton con Mayall  fue el 26 de abril del 65, en los estudios de la BBC, para el programa Saturday Club.

Una de las misiones de John Mayall era mostrar los horizontes del blues a Eric. Fue él quien le presentó el aguerrido estilo de Freddie King. Una de las consecuencias de esto fue el paso de Eric de la guitarra Fender Telecaster a la Gibson Les Paul y los amplificadores Marshall. Su sonido cambió sustancialmente hacia una violencia contenida, un torrente de fuerza y estilo sin parangón. Con una puesta en escena salvaje y visceral, nacieron esos famosos graffitis en todas las paredes de Londres: Clapton es Dios. Un sambenito que ha perseguido a Clapton desde entonces. 

A pesar del nuevo empuje, Decca decide no darles más oportunidades. Los Bluesbreakers firman con el sello Immediate de Andrew Loog Oldham. En los estudios de grabación Pye, Mayall y compañía enlataron su siguiente single, I’m your Witchdoctor / Telephone Blues, con un productor de excepción, también guitarrista de sesión, llamado Jimmy Page. El sencillo se lanzó en octubre de 1965.  

En medio de una interminable serie de actuaciones, Clapton le comunicó a Mayall que abandonaba temporalmente el grupo para irse a recorrer mundo con un grupo de amigos músicos. John, reponiéndose del duro golpe, empezó a incluir una nómina variable de guitarristas, que incluyó a John McLaughlin, John Weider, John Slaughter y Geoff Krivit. Un noche en el club Zodiac, un joven llamado Peter Green le pidió a Mayall que le dejara demostrar sus destrezas a las seis cuerdas. Entró sin problemas, hizo tres conciertos fabulosos, hasta que inesperadamente Clapton regresó de su maldito viaje. Eric volvió a Bluesbreakers. Ya llegaría el tiempo de gloria para Peter Green más adelante.

Al poco de regresar grabaron un nuevo single, The Lonely Years / Bernard Jenkins. En esos días entró temporalmente en el grupo el bajista Jack Bruce en lugar de McVie. Un cambio que duró muy poco, ante la marcha de Bruce a los Manfred Mann. John McVie regresó para grabar en diciembre de 1965 On Top of the World, otra vez con producción de Jimmy Page.

Ante la insistencia de Mike Vernon, en 1966 Decca recupera su interés en los Bluesbreakers. Firman un nuevo contrato y en marzo entran a los estudios West Hampstead, para grabar el que seguramente sea mejor disco de blues de todos los tiempos, John Mayall Bluesbreakers with Eric Clapton.

Este es un disco visceral, profundo, con un sonido de guitarra vanguardista para ese tiempo. La combinación de la Gibson Les Paul y el Marshall fue toda una declaración de principios. La destreza proverbial de Clapton se plasmó en el instrumental de Freddie King Hideaway y en Stepping Out. La versión de Parchman Farm de Mose Allison es toda una performance para la armónica de Mayall. Double Crossing Time habla de la partida de Jack Bruce. También resaltan Key to Love, la incendiaria All your Love y el cover del Ramblin’ on my Mind de Robert Johnson, con Clapton a la voz por primera vez en su carrera. La grabación se terminó finalmente el 2 de abril.

El disco fue lanzado en julio de 1966 y alcanzó el sexto lugar en las listas de éxito británicas, un hecho sin precedentes para un disco de blues. Un hecho anecdótico es que a los pocos días de salir el álbum, Eric Clapton renunciaba a los Bluesbreakers, para formar con Jack Bruce y Ginger Baker el primer power trío de la historia del rock: Cream

La influencia del John Mayall Bluesbreakers with Eric Clapton ha trascendido el tiempo, las modas y los cambios en la industria musical. A servido como vehículo de inspiración para grandes guitarristas, incluso para artistas del calibre de ese joven norteamericano, que a través de su manager, Chas Chandler, se dejó llevar por las oleadas de blues de sus cortes: Jimi Hendrix

Casi cincuenta y siete años después de su lanzamiento, este clásico, con su icónica portada de Eric leyendo el cómic Beano, sigue sonando fresco, inmaculado y eterno. Nunca es demasiado tarde para regresar a este monumento sonoro. |

Sobre el autor del artículo:

RICARDO PORTMAN: Fundador y editor de Ecos del Vinilo, es periodista y crítico musical, criado y alimentado por el rock n’ roll; creció a la vera de The Beatles, los Stones, The Doors, Pink Floyd y Queen, compañeros de viaje que fueron nutriendo el banco de datos de una mente que siempre se ha movido en acordes, estrofas y vinilos. – @ricardoportman_ | @ecosdelvinilo

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