John Lennon: Imaginándole (con ochenta años recién cumplidos)

John Lennon: Imaginándole (con ochenta años recién cumplidos)

Nos dejamos llevar por elucubraciones sobre John en su cumpleaños




[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo 


El film Yesterday, aborrecido por muchos, nos dejó una imagen entrañable: John Lennon en su madurez, pintando a la orilla del mar en una casita llena de recuerdos. Admito que me hizo saltar las lágrimas la posibilidad de ese John vivo, disfrutando de una existencia pacífica. Hoy, 9 de octubre, que el Raw Beatle estaría cumpliendo ochenta años, me preguntaba qué estaría haciendo, tras varias décadas imaginarias desde aquel maldito diciembre de 1980.


John, en su etapa de amo de casa no sentía esa necesidad imperiosa de expresarse con la guitarra. Las mareas estaban bajas. Su rol de padre le llenaba; la tranquilidad de leer en su cama o preparar el pan le colmaba de una satisfacción doméstica y calmada. Sí, a veces regresaba al piano, grababa alguna tonada menor en cuatro por cuatro, pero era más la excepción que la regla. Double Fantasy fue el tour de force, la pleamar repentina, que le recordó a que sabían las mieles del éxito, pero la dinámica -y sobre todo la inercia- de Lennon me llevan a pensar que de seguir entre nosotros el músico no habría grabado tantos discos como solista y sería muy improbable que volviera a realizar conciertos.


No digo que Lennon habría abandonado la música, pero seguramente sus grabaciones estarían guiadas por el afán colaborativo con algún artista interesante, uno que explotara su creatividad. Yoko Ono, como buena empresaria, estaría dandole al látigo para que John grabara sin parar, sabedora del valor comercial de un disco firmado por JL, pero intuyo que la última palabra la tendría un Lennon de colmillo retorcido que se vería en medio de la explosión cultural/comunicacional post-1980. ¿Quién nos asegura que no se animaría a grabar algo con los Run DMC o electrónica con Depeche Mode? Los sonidos negros no le desagradaban y lo confirma su trabajo de guitarras con Carlos Alomar en el Fame de Bowie. Pero mucho cuidado, que no afirmo que Lennon comulgaría con todo lo que se viera en la incipiente MTV, porque John era un snob a la inversa, desconfiado ante los oportunistas musicales, pero la mass media le habría caído como anillo al dedo.




En los noventa John se habría desmelenado, de eso estoy convencido. Lo puedo imaginar compartiendo con iconos que le admiraban profundamente como Kurt Cobain, cuyas guitarras lacerantes estaban tan alineadas con el Well Well Well; hombro a hombro con Eddie Vedder conversando de política y sobre Napster, participando en el vanguardista Earthling con su amigo Bowie, todo esto sin incluir al britpop al completo, con Damon Albarn, Noel Gallagher o Richard Ashcroft literalmente a sus pies. Hoy estaría sin duda como productor y gran impulsor del The Claypool Lennon Delirium, aportando coros junto a su amado Sean o grabando algún fraseo con la guitarra. 


Este panorama hipotético me lo figuro como algo sumamente venenoso para Paul McCartney, que seguramente se habría visto opacado en los medios por su hermano musical. Con esto no afirmo que Macca y él serían enemigos (asumo que la madurez les habría acercado a un pacto de no agresión) pero no es igual compartir el trono que ser el monarca absoluto.


John Lennon, con las herramientas que nos permiten hoy grabar discos en casa, habría sido un dinamo. ¡Con internet! Escribiendo un blog, despotricando sobre todo desde el confinamiento, azotando con su scouse corrosivo a Bush y Trump, marchando ya en su vejez por el Black Lives Matter y portando una mascarilla con algún mensaje escrito en ella. Lennon, hoy, con ochenta años, quién sabe si haría todo lo que estructuro en mi mente o si sería todo lo contrario, pero que bien se siente imaginarle, con Yoko o sin ella, pero entre nosotros, gritando Power To The People, puño en alto. 









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