Queen: Informe A Kind of Magic (1986)

Planeta De Agostini lanza la completísima Queen The Vinyl Collection 



[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

La relación de Queen con los films tuvo en su primera intentona, Flash Gordon, sus claros y oscuros, incluso ellos mismos definieron aquella banda sonora como de una sola canción (Flash) junto con un arsenal de temas incidentales que acompañaban a los hombres Halcón o la dinámica partida de fútbol americano de Gordon en el palacio de su regio enemigo.

Cuando Russell Mulcahy ideaba en su cabeza los sonidos que acompañarían al film Highlander tenía clarísimo que necesitaba la fuerza Queen. Por su parte la banda británica, renovada emocionalmente tras el Live Aid, quería apretar tuercas y acelerar su marcha ascendente en la mitad de los ochentas y ese espíritu de multitudes inspiró a Freddie Mercury para espolear a May, Taylor y Deacon para enlatar un tema compuesto de forma grupal, One Vision, en septiembre de 1985. Fue su primer single con crédito colectivo. Se grabaría incluso un vídeo. Esto en el marco de las sesiones de A Kind of Magic, disco fundamental para el sano fluir de Queen en su última década de real actividad como banda.

En este proceso de génesis del A Kind of Magic aún no existía la sombra del SIDA sobre el mejor cantante de los todos los tiempos (se le diagnosticaría en 1987) y el futuro lucía prometedor, fértil. El disco se grabaría, en la mejor tradición del Queen post Jazz en los Mountain Studios de Montreux (Suiza), con paso por los Musicland Studios de Munich (el inefable Mack asoma la cabeza como co-productor de cabecera en la bisagra 70-80) y en los Townhouse londinenses donde se grabó el grueso del álbum. Las orquestaciones, como no podía ser de otra manera, se grabaron en los estudios de la EMI (¿os suena Abbey Road?).

A Kind of Magic tiene la característica marca-de-la-casa de toda la discografía de Queen: discos con tres, cuatro, cinco himnos incontestables junto con temas más oscuros, variables, caprichosos o válidos solo para incondicionales. Pista tras pista, esto es A Kind of Magic, lanzado el 2 de junio de 1986.

One Vision es la resaca del Live Aid, es el impulso del Mercury que se sintió incompleto tras sus aventuras solistas, pálidas recreaciones de la gloria que alcanzaba con Queen. Roger Taylor ha afirmado que la canción originalmente era suya, influenciado por las palabras de Martin Luther King. Como era habitual, las canciones del baterista eran iniciales visiones profundamente rock, rudos bocetos luego embellecidos por la sutileza grupal. One Vision fue reformada por el siempre suntuoso Freddie, para convertirse en el tema de entrada de cada concierto en la gira posterior. El Yamaha DX-7, casi siempre operado por Brian May, hacía su entrada triunfal.

A Kind of Magic, el tema titular, fue el último clásico de Roger Taylor como autor individual. Freddie puliría la letra y curiosamente aportaría la línea de bajo, reestructurando la canción en la ausencia del rubio baterista -éste lo agradecería luego-. A Kind of Magic sería el gran sencillo del disco, musicando con absoluto acierto el verano del 86, reforzado por un videoclip muy de su tiempo (animaciones, desarrollo de historias cortas que ponen en contexto los sonidos). Queda como anécdota que fue la primera vez que un tema suelto aportaba el título de un álbum de Queen, porque Sheer Heart Attack no saldría en el disco del mismo título, y Play the Game (The Game) y More of that jazz (Jazz) solo sumaban alguna referencia secundaria.

One Year of Love y Pain Is So Close to Pleasure entraban en el terreno del escarceo son las tendencia imperantes. Pop elegante, muy mainstream ochentas, ambas con John Deacon como autor (Mercury co-escribe con el bajista la segunda). Pain Is So Close to Pleasure sería una de las últimas canciones cantadas por Freddie en falsete.

Friends Will Be Friends, escrita por Mercury y Deacon, no aparecería en el filme pero se convertiría en un tema puntal en la gira posterior, ocupando el sacrosanto lugar entre We Will Rock You y We Are The Champions en la traca final. Llegaría al lugar catorce en las listas británicas por su dulce carácter pop/rock y una letra tan empática como accesible para todos los públicos. 

La cara dos (o B) del A Kind of Magic iniciaba con la balada por definición del Highlander: Who Wants to Live Forever, inspirada por el momento más emotivo y hasta desgarrante de la película, que fue la muerte de Heather en los brazos de McLeod. Brian May se sintió profundamente conmovido por la idea de la vida de Coonor sin su esposa hasta el fin de los tiempos y eso le inspiró a componer mientras conducía a casa. John Deacon no participaría en la canción, y Taylor muy poco (caja de ritmos, algún coro y poco más) con un Michael Kamen en el centro de todo dirigiendo los arreglos orquestales. En la versión del disco May se encargaría de la voz solista; en directo, no había quién le tosiera a Freddie.

Gimme the Prize (Kurgan’s Theme) era el tema pesado, potente, la cercanía con el idioma heavy, siendo el tema que menos le gustaba al director Mulcahy, pero es innegable que encajaba -envasado al vacío- con la personalidad de el Kurgan, uno de los villanos más paradigmáticos de los ochentas. Según Brian May, autor de la canción, Mercury y Deacon la odiaban, lo cual revela la cercanía conceptual del cantante y el bajista, cosa que explica mucho el porqué el alejamiento de Deacon de todo lo que tenía que ver con Queen posterior a la muerte de Freddie. La amistad era firme. Don’t Lose Your Head partía de una frase en el film, tomada por Roger Taylor como punto de partida para componer, incluía a Joan Armatrading y se sería otro de los cortes que pasaría a engrosar la lista de canciones del baterista que no llegarían ningún lugar.   

Princes of the Universe (título inicial de la película) para muchos es el gran tema de A Kind of Magic. Es la única canción que firmó Freddie Mercury como autor único en el disco. Es muy hard rock en el terreno clásico de Queen y es tan potente que se utilizaría en los créditos iniciales de Highlander. En el vídeo Mercury luchaba con McLeod, pie de micrófono contra espada, y Freddie mantuvo su cabeza pegada al cuerpo (un triunfo para el frontman de Zanzibar).

A Kind of Magic tendría éxito en las listas, daría pie a la última gran gira de Queen y, tristemente, sería el último impulso real en la carrera de la banda, porque The Miracle e Innuendo serían realmente las patadas de ahogado de un Mercury desesperado por apurar la última copa antes de sucumbir. A Kind of Magic es un trabajo digno, inspirado y perdurable, porque su influencia se ha expandido y la calidad de muchas de sus canciones ha trascendido en el tiempo y las generaciones. El Live At Wembley Stadium, registro en vivo de A Kind of Magic, sería el canto de cisne ante las multitudes de una banda histórica que permanece vigente en la historia musical del rock contemporáneo.




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