Basado En Hechos Reales: La madurez de Rulo Y La Contrabanda

“Gracias a este disco somos testigos de una nueva búsqueda de identidad en la que, ante todo, brilla su voz por encima de cualquier instrumento”



[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo

Hace algunos meses que se estrenó el videoclip “Verano del 95”, una canción que servía como carta de presentación de Basado En Hechos Reales, y que nos transportaba a nuestra adolescencia de calle, vinilos y primeros amores sin móvil dando la brasa. Después de dos años de trabajo, Rulo nos entrega un nuevo disco tan redondo como perfecto en el que se ha encontrado a sí mismo como demuestra en diez canciones que piden pista desde la primera escucha.

En este nuevo material, el de Reinosa, sigue acompañado por la Contrabanda -grandes músicos y compañeros que le sirven como brújula eficaz en sus horas de extravío- que lo arropa en una nueva aventura en la que va más allá de su amado rock de toda la vida; rock que ha sido su seña de identidad junto a la voz compacta, rocosa, e inconfundible que posee, pero que, intuimos, ya no es suficiente. Ahora,  se atreve con el pop e incluso con canciones con poso de cantautor saliendo ileso del salto. 

Confieso que Basado En Hechos Reales, me ha parecido un disco cuyo planteamiento desafía cualquier tipo de tendencia o moda rompiendo de este modo ideas preconcebidas y muchos prejuicios absurdos que sobrevuelan su carrera desde el aciago día (para algunos) que decidió abandonar La Fuga por desavenencias con algunos compañeros. Pero es que Rulo ya no es el mismo; ha madurado a la par que nosotros, y gracias a este disco somos testigos de una nueva búsqueda de identidad en la que, ante todo, brilla su voz por encima de cualquier instrumento. Así sucede con “Todavía”, en cuyos versos se desnuda con voz contenida al interpretar  estrofas como: “Todavía no hay tormenta/Pero nos mojamos/Todavía sopla el viento/Pero es a favor”. A “Todavía” le sigue “The End” canción con poso peliculero hasta en el modo de hacer vibrar sus acordes  y que sirve para arrastrar una bonita historia de desamor dueña de una de las estrofas más inteligentes del elepé: “Me voy antes que se acorten los abrazos/ Me voy antes/Quédate la poesía/ No pondré tu vida patas arriba”. Palabras mágicas acunadas por un teclado que sirve, en este caso, para arrullarlas.

Sin perder la honestidad ni la emoción, nos damos de bruces con “Las Señales”, donde la voz de Rulo se acopla a las mil maravillas a un piano para narrarnos una historia de amor tocada y hundida en una cuneta donde siempre se hace tarde.

La mayoría de las letras del disco nacieron durante la gira El Doble De Tu Mitad, es quizás por lo que nos adentran en un viaje trepidante a través de nuestros miedos y emociones más ocultas. En “Mal de Altura” utiliza un estribillo pegadizo para exponernos sin tapujos un drama familiar valiéndose de versos que lo abren en canal: “Nadie me escucha cuando pido pista/ Y hay fuego en mi motor izquierdo/ De día tengo miedo/ De noche tengo insomnio”, reza el cantante parapetado en un montón de metáforas que calan hondo.

Y justo ahí, tras “Mal de Altura”, Rulo nos sorprende con “Polaroid”; la escucha da un nuevo giro para demostrar que debajo de su piel de estrella del rock patrio hay cuerdas suaves, melosas, y sutiles que arropan la truncada historia de dos trenes que acaban chocando. “Bienes y Males” dibuja con trazo seguro la nostalgia, el echar de menos al amigo del alma cómplice de un sin fin de aventuras: “Te escribo desde mi doble de uso individual”, le espeta  a la amistad perdida en la cara, mientras lo imaginamos, eliminando su contacto del teléfono con más rabia que pena.

Y acercándonos a los últimos minutajes aparece otra joya “Con La Luna” cuyas guitarras eléctricas y furiosas la dotan de sensación de banda. Uno se la imagina haciéndose más grande conforme la Contrabanda la toca en directo para darle solidez frente al respetable, sirviendo de escuderos a Rulo en estrofas como: “Tan malo fue encontrarte/ Como haberte perdido”.

“El Blues De Los Sueños Rotos” es muy de piel adentro; aquí la voz del artista se quiebra al mostrarnos un puñado de historias de perdedores que acaban confesando sus miserias en la oscuridad de un bar que no distingue clases sociales, porque cuando la pena te agarra, no hay billetera que te salve de sentirte una rata que anda en las cloacas. Desde el respeto y con delicadeza, Rulo se despide con “La Última Bala”, un tema que paradójicamente define su carrera: “Por encima del bien y del mal/ Por encima de todas las rosas/ Por encima de lo que dirán/ Por debajo de todas las mesas/ Dispare muchas veces al aire/ También a mis pies”. Pero aquí sigue el cántabro, continúa empeñado en que la última canción del disco que nos traemos entre manos, no hable “de trenes perdidos”. 

Me quito el sombrero ante semejante proposición y disco, Ruleti.









Copyright © 2019 Ecos del Vinilo.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.