Crítica | The Black Keys: Con buenas intenciones está empedrado el camino al infierno

Let’s Rock
[Easy Eye Sound / Nonesuch / Warner
★★★


[Ricardo Portmán@ecosdelvinilo

Cuando The Black Keys lanzaron el single Lo/Hi se dispararon las alarmas (las buenas) porque parecía que regresaban con el poderío y el colmillo de El Camino y Brothers. Tras la escucha de los doce cortes de Let’s Rock solo se puede responder a este aparente resurgir: Sí, pero no. Los escasos treinta y ocho minutos tienen luces y sombras en un porcentaje preocupante. La intención de Dan Auerbach y Patrick Carney era la de revitalizar el sonido, electrificar su impacto sin con ello poner en riesgo los dividendos obtenidos frente al oyente promedio, pero con buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. No se traicionan pero no se fuerzan; en definitiva, aquí no hay sudor. 

Shine A Little Light abre la reproducción y esta elección es la primera sombra, porque tiene un rancio regusto a rock comercial. Eagle Birds nos saca del sopor -este tuvo que ser el tema de apertura- con esa lectura retorcida del blues tan Auerbach. Lo/Hi es el hit instantáneo, un jugoso despliegue de nervio rock n’ roll. Walk Across The Water es un corte de medianías, tiene su encanto pero le falta solidez y actitud. Tell Me Lies es otro de los temas que pretende sonar sofisticado pero no pasa de un querer y no poder, a pesar de ese estribillo reminiscente al grupo América.

Get Yourself Together parece arreglar el entuerto con un retazo del rock marca-de-la-casa (es el corte que suena más cercano a El Camino). Sit A Round And Miss You es agradable, melódica, ideal para ser escuchada mientras se conduce por una larga carretera interestatal, pero esa sensación no debe esconder el hecho que como composición es un remedo del sonido de Stealers Wheel. Go es un buen tema pero sin lanzar las campanas al vuelo. Mientras Breaking Down es blanda a más no poder (casi AOR) Under The Gun sube las pulsaciones, pero ese tufillo de AC/DC del intro espanta (¿por qué Auerbach, con sus capacidades, hace esto?). Para cerrar, Fire Walk With Me salva los muebles con un buen ejercicio bluesy, con una marcada métrica casi ferroviaria. 

Let’s Rock es un disco solvente a secas, con una producción que recupera algunos de los mejores matices sonoros de sus trabajos más célebrados, pero que solo la mitad del tracklist haga honor a sus autores debe ser visto como un llamado de atención. Queda muy claro que Auerbach y Carney no están por la labor de tomar el camino difícil. Let’s Rock es, en una palabra, acomodaticio.






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