10 años de Mundo Marino: Navegando en los mares de McEnroe

Teresa Cerón López nos regresa al primer álbum de la banda de Getxo

[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo

Abril de 2008. Una madre primeriza de veintiocho años (la que aquí suscribe) andaba frenética de un lugar a otro de la ciudad con un bebé de pocos días que lloraba sin consuelo.

Para poderlo sacar de casa, lo acomodaba en un pequeño marsupio y entrábamos en una vieja tienda de discos para que con el sonido se contuviera. Nunca lo lograba. El bebé se retorcía como un conejillo que se sabe a punto de morir y yo huía a casa despavorida.

Una mañana, mi suerte cambió. Acababa de llegar a la tienda el primer disco de una banda de Getxo llamada McEnroe. El disco lo editaba Subterfuge Records y tenía los mismos días de vida que mi hijo; se titulaba Mundo Marino.

Lo tenían puesto y se escuchaba bajito en unos altavoces impresionantes que envolvían el establecimiento, de ellos salían unas guitarras como aladas. No sabría cómo describirlas. La sensación era como de estar saltando nubes.

Al lactante del marsupio debieron gustarle tanto, que dejó de moverse y se durmió con un gesto que yo quise interpretar como de alegría. Por primera vez en su corta vida, me dio su aprobación en algo, así que rauda y veloz me hice con el disco. Recuerdo no dejar de mirar su portada durante el corto camino a casa. Me inquietaba la imagen de ese ejecutivo que con traje negro y maletín, cubría su cabeza con una pesada escafandra mientras andaba por la ría de Bilbao hacía ningún lugar en concreto.

Más tarde supe que el autor de la fotografía, Álvaro Bastero (1988-2010) también era el responsable de la portada de Tú Nunca Morirás (2009), segundo disco del grupo y que había fallecido a corta edad.

Desde que se editara Mundo Marino hasta hoy han pasado diez años en los que hemos crecido, evolucionando y cantado juntos. Los de Getxo, con Lezón a la cabeza, se han consolidado como una de las bandas más potentes del país con una discografía nada desdeñable. El bebé llorón, es hoy un niño que monta en patinete y reconoce Mundo Marino como su disco de nanas, y yo… Yo aún me pregunto por qué me acompaña McEnroe en mi trayectoria vital con tanta fidelidad.


Supongo que la voz de Ricardo Lezón es una de las causantes de que, a día de hoy, este primer disco sea considerado una pieza icónica dentro del indie patrio. Es una voz lineal (en eso todos estamos de acuerdo) pero en Mundo Marino Ricardo grita más que nunca entre susurros hipnóticos. Canta con magnetismo, con hermosura y decadencia.


Pensaba destripar los once cortes del vinilo, tal vez sea lo más correcto al hacer una valoración pasados tantos años, pero las letras de cualquier disco de McEnroe me superan. Y las de Mundo Marino, más. Me es imposible analizarlas, me emocionan demasiado. Suspendería en análisis y comentario de texto hasta quedar en ridículo. Prefiero decir que son once canciones que nacen del lamento y que representan la hermosura trasformada en canción.

¿Nunca os habéis imaginado una vela que intenta apagarse pero no puede dentro de una estancia abandonada y oscura?, eso es ‘Planetas’ para mí cuando Ricardo asegura que “algunas cosas aparecen una vez y nunca más“. ¿No habéis tenido la sensación de que el tiempo es un canalla que pasa inexorablemente?, eso es ‘El Relojero’. Un canto al tiempo que corre veloz y arrasa con todo a su paso decapitando al amor y a la juventud.

¿No os habéis sentido tan miserables que habéis creído envenenaros al tragar vuestra propia saliva?, ‘Mi Vietnam’ representa perfectamente esa sensación de repulsión hacia uno mismo.

¿Cuántas veces no le habremos pedido al ser amado que nos deje solos para podernos olvidar de él, queriendo vivir otras vidas para volverlo a conocer de nuevo?, ahí reside la grandeza de ‘Otras Vidas’. En su letra decadente y en la voz dulce de Miren Iza (Tulsa) que nos conduce en el estribillo del tema hasta una vieja taberna portuaria a punto de echar el cierre.

Interpretaciones a un lado, cada canción de McEnroe es un canto a la realidad. En ocasiones, pequeños balones de oxígeno que nos invitan a vivir con intensidad la vida, por muy perra que esta sea a veces.

Mundo Marino es el inicio de una aventura fascinante a la que siguió Tu Nunca Morirás en 2009, Las Orillas en 2012, Rugen las Flores en 2015 y Lluvia y Truenos en 2016 (en colaboración con The New Raemon) cuyo artífice es Carlos Galán.

Galán recibió de manos de Miren Iza la primera maqueta del grupo y sin dudarlo, decidió apostar por un puñado de canciones que sonaban diferente, que tenían un sonido inconfundible y entraban suavemente.

Subterfuge ha tenido el genial acierto de reeditar Mundo Marino en L.P. Fue  en 2016 y junto a él se lanzó Quiero Pensar Que Aún Queda Tiempo, una selección de temas extras e inéditos rescatados de distintas sesiones y discos de McEnroe. Incluye dos temazos en inglés  titulados ‘Sometimes’ y ‘She is’, ambos magistrales y pertenecientes a la maqueta Apaga El Día y Me Quedo (2002). 

En el disco podemos escuchar ‘El final de nuestros años de diversión’ con la que la banda inicia una nueva etapa de canciones compuestas en castellano y en la que se perfila el sonido que posteriormente caracterizará a McEnroe. Varias composiciones de El Trébol, que es el título de un EP que se publica en 2004 completan la lista. Entre ellas destacan ‘Las Peores Mitades’, ‘Restaurantes’ y ‘Londres’. ‘Brandon Marlo’ y ‘Magreb’, de la primera edición de Mundo Marino,  junto a ‘Resurrección’ completan un disco nada desdeñable. Un disco mucho más cortante y afilado que una navaja. Imprescindible para entender la grandeza que vendría posteriormente.


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