In A-Gadda-Da-Vida: En el Jardín del Edén

Recordamos la génesis de este tema clásico de The Iron Butterfly


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Corría el año del mayo francés, del Beggars Banquet y del White Album. Hablamos de un 1968 donde la psicodelia empezaba a languidecer lentamente para entrar en un rock híbrido entre protesta y distorsión. Es en este marco que la banda proto-heavy The Iron Butterfly lanzó un tema llamado a convertirse en un clásico por derecho propio: In A-Gadda-Da-Vida. Los Iron Butterfly entraron a los Ultrasonic Studios en Hempstead, Long Island (NY) para grabar el que sería su segundo elepé, a la órdenes del productor Jim Hilton y el ingeniero Don Casale y lo hicieron, como era habitual para ellos en aquellos días, en un estado alterado de conciencia.


Ante el retraso del productor, Casale le sugirió a la banda que ensayara algunos de los temas para así tenerlas a punto para el momento de empezar a grabar. El grupo comenzó tocando su nueva canción In A-Gadda-Da-Vida. El tecladista y cantante Doug Ingle había ideado el tema para que fuera corto, que tuviera un par de interludios instrumentales y poco más. Conforme la interpretaban se dejaron llevar por el momento (y por las sustancias ingeridas) hasta alcanzar unos gloriosos 17 minutos de performance. Esto hubiera quedado en el olvido si no fuera porque el ingeniero grabó la jam completa, sin imaginar que terminaría por convertirse en la versión definitiva. Cuando Hilton llegó finalmente decidió que la toma era perfecta. A-Gadda-Da-Vida ya estaba enlatada.

Sobre el nombre de la canción es conocida la leyenda que cuando Casale les preguntó a los músicos, aun en la cabina de grabación, el nombre del tema para apuntarlo en la caja de la cinta, Doug Ingle le dijo «In A Garden Of Eden», arrastrando las palabras (así se encontraría). Al baterista Ron Bushy (el único de los músicos que estaba junto al ingeniero) le pareció entender In-A-Gadda-Da-Vida y así mismo lo comunicó. Sin embargo esta anécdota no cuadra con el hecho que Ingle ya cantaba claramente el título definitivo en la jam, por lo que todo esto ha caído en el terreno de la especulación.


Lo que vino después ya es de conocimiento público. El larga duración que salió de estas sesiones vendió en su tiempo la friolera de 8 millones de copias,  convirtiéndose así en el primer Disco de Platino de la historia de la música, dado que rebasó los valores para otorgar Disco de Oro. Hoy en día supera los 30 millones de discos vendidos. In A-Gadda-Da-Vida es un tema que se ha instalado como uno de los himnos definitivos de la contracultura y se le han hecho infinidad de covers. Incluso hasta en la serie animada Los Simpsons tuvo su momento de gloria cuando Bart sustituye las partituras del órgano de la iglesia, obligando a la anciana organista a convertirse temporalmente en Doug Ingle. In A-Gadda-Da-Vida es un viaje, todavía en desarrollo, a los confines figurados de un Jardín del Edén sonoro, donde el minutaje, la métrica y la lírica son accesorios ante las emociones generadas durante esos 17 minutos de puro éxtasis. 

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