Hey Bulldog: la última canción Beatle

Después de esta grabación nada volvió a ser lo mismo para los Fab Four




[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Ni  Let it Be ni The Long and Winding Road. Ni You Know My Name ni I Me Mine. El último tema plenamente beatle de los de Liverpool fue a parar injustamente al cajón de descartes del disco Yellow Submarine(1969). Hablamos de Hey Bulldog. Nunca se volvería a generar tal ambiente de creatividad, camaradería y desenfado como ese 11 de febrero de 1968. Los Beatles se disponían a grabar un clip promocional para el single Lady Madonna, hasta que el siempre impaciente Lennon torció los renglones de la sesión hacia un marchoso tema bluesy que tenía casi listo. McCartney le ayudó a terminarlo y darle sentido a algunos versos, para proceder a grabar a toda máquina. John se encargó de las voces, el piano y la guitarra rítmica. Paul tocó su bajo Rickenbacker e hizo las armonías vocales. George a la guitarra solista con su Gibson SG (la misma que utilizó en Paperback Writer y Rain) y Ringo la batería y pandereta.

Con George Martin a la producción y el siempre eficaz Geoff Emerick a los controles, el estudio 3 de los estudios Abbey Road se convirtió en el epicentro del canto de cisne de los Beatles como banda y como amigos. 

Para la posteridad nos queda que el video grabado contiene el sonido de Lady Madonna pero la imagen de los chicos en plena  performance de Hey Bulldog. La mezcla final enfatiza una líneas de bajo que sobresalen sobre la compacta instrumentación de la banda, enmarcando la fuerza telúrica de la voz de Lennon.
Es en esta sesión cuando se dio el carpetazo final a la etapa psicodélica de John, dejando atrás la pasividad que le caracterizó en las sesiones del Sgt. Peppers. Otro hito  que hace que esta canción sea realmente la última de los Beatles, tal y como los conocimos, es que fue la primera con la presencia de Yoko Ono. 


Lo que siguió a esto ya fue otra historia. La India, la guerra fría del White Album, la guerra abierta de las Get Back Sessions, la frialdad del Abbey Road. Cada disco, más allá de la calidad musical, era una reafirmación de que en el seno beatle cada quien nadaba en aguas de resentimiento, reproches y desconfianza. Roza la ironía que el estribillo de su postrera muestra de amistad dijera If you’re lonely, you can talk to me. El silencio, lastimosamente, se apoderó de los cuatro músicos en los siguientes dos años.


* Artículo original de Ecos del Vinilo publicado en la web aliada elukelele.com




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