Muere uno de los grandes compositores de la historia del rock & roll
[Ricardo Portmán]
Nos dejó uno de los artistas más polémicos del rock. Lou Reed, el que convirtió el ruido en arte, el que transformó el oficio de letrista. Nunca New York tuvo un trovador que la amara y la odiara tanto. Su talento volcánico definió un sonido y una generación que utilizó la sordidez como forma de expresión.
Todo se ha dicho de Lou. Biografías para llenar estadios. Este día de luto no es como otros. Es de las jornadas negras que quedarán en la memoria de muchos. Lou Reed fue nada más y nada menos que el motor creativo de The Velvet Underground. El artífice de Heroin, Venus in Furs y Waiting For The Man en ese primer disco del plátano. El alquimista de la distorsión en White Light/White Heat y Sister Ray. Su monumental ego le impidió seguir conspirando en la música con su aliado-némesis John Cale.
Quizás su mayor error fue bajar el pie del acelerador con la Velvet y buscar sonidos más melódicos. Para otros sería un acierto. Pero al final, la salida de Cale terminó por minar el entusiasmo de Lou por su grupo primigenio.
Luego su carrera en solitario ya fue otra cosa. David Bowie y Mick Ronson le arrimaron el hombro en su gran disco Transformer. El (para entonces) ambiguo Reed se sintió a sus anchas en el contexto camp de Bowie. En 1973 lanzó su obra magna Berlin. Desde entonces su carrera pendulaba como su inestable personalidad. Alternó discos meritorios con auto sabotajes.
Songs for Drella (1990) fue su homenaje junto a John Cale para Andy Warhol. Lulu (2011) su acercamiento a los sonidos pesados a la vera de Metallica.
Inquieto y contestatario, el cantante nos deja a su modo, sin despedidas ni sentimentalismos. Cortante final para una leyenda que vestía de negro. Se nos fue Lou a caminar por el lado salvaje. Hasta siempre, Lou Reed.
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