Let It Bleed: historia de una portada agridulce

Los detalles detrás de su mítico pastel




Si hay una portada que destaca, dentro de un tiempo en que los artes de los Lps eran obras de arte, esa es la del legendario disco Let It Bleed de los Rolling Stones. Considerado por muchos como su mejor trabajo, la calidad gráfica de su cover no se quedó atrás. 

Robert Brownjohn fue el encargado de diseñar la imagen del disco continuación del Beggars Banquet. 1969 se presentaba como el capítulo final de Brian Jones en los Stones. Esto se notó en la escasa participación (en sólo dos tracks) de Jones en Let It Bleed.


El título provisional del disco era «Automatic Changer» (tocadiscos automático). Según Bill Wyman, esto sirvió como punto de partida para el diseño de Brownjohn. Sobre una tarta de boda (cuya última capa es la única dulce) se posan las figuras de los cinco músicos. Esta capa fue elaborada por Delia Smith, una famosa cocinera y presentadora de televisión británica. Los pisos por debajo de la tarta eran un neumático, una pizza, el panel de un reloj y una lata de cinta magnética. Una combinación de ecléctica bizarría.

Todo se encuentra sobre un tocadiscos, con un vinilo cuya etiqueta o «galleta» central roja tiene la imagen de los Stones. La contraportada no se queda atrás en irreverencia, mostrando todo el conjunto destrozado.

El orden de canciones fue alterado por el diseñador, aduciendo razones «estéticas». Brownjohn así dejó su toque de rebelión y sabotaje en un disco clásico. 

Let It Bleed, cuya recomendación «Esta grabación debería reproducirse con un volumen elevado» es de por sí una declaración de principios en toda regla, cerró la década prodigiosa de los Stones, preparándoles para lo que estaba por venir en los setentas, ya con el virtuoso Mick Taylor como miembro permanente. Let It Bleed es historia viva y su portada su estandarte perfecto.



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