Las ruedas dentadas de la factoría del trovador no se detienen
Poco podía imaginarse el escultor austriaco Carl Kundmann, cuando terminó de esculpir en 1902 una estatua inspirada por el «éxtasis de Santa Teresa» de Bernini, y dedicada a la diosa griega Atenea frente al parlamento en Viena, que terminaría siendo imagen de la portada de un disco del artista más relevante de la historia de los Estados Unidos.
Tempest, el nuevo disco de estudio de Bob Dylan, ya está terminado y se publicará el 11 de septiembre próximo. Columbia Records, su discográfica de siempre, lanzó el primer single del álbum, «Duquesne Whistle» el 28 de agosto en formato de descarga digital. A manera de promoción subliminal, varios fragmentos de «Early Roman Kings» y «Scarley Town» han sido reproducidos en la serie de TV Strike Back:Vengeance.
Los estudios Groove Master (propiedad de Jackson Browne) fueron los elegidos para grabar el disco. Dylan dejó de hacer conciertos entre enero y marzo de 2012 para dedicarse de lleno a las sesiones. Uno de los músicos habituales de Bob, David Hidalgo, de Los Lobos, ofreció una entrevista sobre la grabación de Tempest. Llama la atención su inclusión del instrumento cubano llamado «tres» (una variación de la guitarra) más propio del bolero que del folk. El cantante alucinó con su sonido y decidió incluirlo.
La canción que titula el disco es un largo desarrollo de 14 minutos. El track esta inspirado en la tragedia del Titanic y (aunque parezca increíble) en la película del hundimiento de James Cameron. «Roll on John» es su particular homenaje a John Lennon (su antiguo cómplice de letras y canutos).
Surgen disyuntivas sobre el panorama artístico del trovador de Minnesota. Después de recibir la Medalla Presidencial de la Libertad de manos del presidente Obama y de medio siglo de grabaciones, ¿todavía es necesario y pertinente un nuevo disco de Bob Dylan?. No se puede ocultar que algunos de sus últimos lanzamientos carecen de la impronta y esa fuerza cruda característica de Dylan. La edad, las comodidades, los desengaños y la adulación propia de una leyenda viva han dejado su huella en el lienzo creativo del cantante.
Solo queda esperar y afinar los oídos ante Tempest. Dylan ha cultivado sabiamente una credibilidad casi inagotable en varias generaciones de fieles, siempre expectantes ante las divagaciones y los afilados versos del creador de «Like a Rolling Stone». Pero lo dicho, su crédito es CASI (no absolutamente ) infinito.
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