Entrevista | Sara LaVil: “Creo que hago música para quien quiera escucharla”

Entrevista | Sara LaVil: “Creo que hago música para quien quiera escucharla”

Andrea Colino conversa con la artista, quien nos descubre lo que hay detrás de sus sonidos 

[Andrea Colino] @ecosdelvinilo | @andreaacolino

“El Incendio” es natural y se permite el lujo de ser perfecta en su crudeza. Un poco como el mensaje que transmite. Este nuevo lanzamiento de la vocalista, guitarrista y compositora española Sara LaVil (Árida y Veracrvz) inaugura una nueva etapa en solitario en la carrera de la artista, que según ella puede durar más o menos, pero desde luego está abanderada por el mimo. 

El desamor después del amor es el concepto que Sara narra en esta canción, y lo hace tanto lírica como musicalmente de una manera madura y asentada, desde un lugar de admiración hacia el proceso de sanar y de reconectar consigo. Una despedida sin rencores, una mirada esperanzada hacia el futuro y un abrazo a sí misma. Eso es en resumen “El Incendio”. 

Un cálido punteo eléctrico y americanizado acompaña a una rítmica acústica, y juntos recogen los versos de la artista. Punzantes. Liberadores. Cercanos y distantes, dependiendo de quién escuche. La progresión de acordes hace de la melodía un baile acogedor algo melancólico, pero que cuando llega al final se convierte en un definitivo “adiós” lleno de amor propio y la ocasional duda.

Hoy tenemos la suerte de hablar con la artista y descubrir qué hay detrás de su nuevo tema en solitario: “El Incendio”.

Andrea Colino: ¿Cómo surge la idea de “El Incendio”? 

Sara LaVil: “El Incendio”, aunque ha sido grabada y sacada ahora, la empecé a escribir el verano pasado. Uso mucho los veranos para escribir: tengo más tiempo y además me encanta ese momento en el que Madrid se queda vacío. Ese silencio que se genera en los barrios en agosto, cuando se oyen las chicharras por la noche, me inspira mogollón para componer. 

El verano pasado un día estaba sentada al piano, porque esta canción empecé a componerla con el piano, aunque luego haya tomado otra forma, y estaba pensando en ese momento en el que quieres dejar atrás una relación, una relación en principio de amor pero que luego se torna en dolor. Y justo estaba yo ahí tocando los acordes, buscando por dónde ir, cuando me vino un olor por la ventana como a quemado. Ahí fue cuando me vino la idea del incendio, de un fuego, y enseguida lo uní a eso que ya tenía en la cabeza de cuando algo se quema y desaparece y lo único que quedan son esas cenizas. Un efecto transformador, que se lleve todo lo que estás sintiendo y que pueda dejar espacio para algo nuevo. 

La metáfora de “El Incendio” para mí es como si le dieras a una especie de botón de pause a ese momento justo antes de coger la puerta y marcharte de una relación, esa pausa en la que te sientas, como dice la letra, a observar como si la relación fuera un paisaje de montaña seca que empieza a quemarse. Y ya tienes la mano en el pomo de la puerta. 

AC: Además de a la música, te dedicas a la psicología, ¿verdad? 

SL: Sí, hasta hace muy poquito me he dedicado plenamente, a nivel profesional, a la psicología. Me especialicé en un perfil más de clínica, y con el tiempo fui incorporando un perfil más social para intentar sumar una perspectiva de género que me parecía que faltaba en la profesión.

Siempre he estado dividida en dos: por un lado, la artista, música, feminista, activista, y por otro la psicóloga, la que ayuda. Quería un proyecto profesional que pudiera aunar todo eso y hace unos años creé mi propia consulta que se llama Psicología Riot. El nombre viene del movimiento Riot Grrrl y Girls to the Front que tanto me han inspirado a mí y a tantas mujeres en el mundo de la música. Psicología Riot nació para que mujeres como yo se pudieran sentir identificadas de alguna manera y entendieran que esto iba de revolucionar su vida y de ponerse al frente, de darse voz.

Pero hace unos años tuve una especie de crisis vital y, aunque amo mucho mi trabajo, me gusta lo que he construido y las personas que trabajan conmigo en general están muy contentas, yo no me sentía muy plena. Me paré y me di cuenta de que yo lo que realmente quería hacer era trabajar haciendo música. Pensé, “si puedo estar mi día a día haciendo esto, voy a ser tan feliz…”. 

Me dio mucho miedo; en nuestro mundo [la música] parece que tienes que estar muy asentada en una profesión o tener las cosas muy claras, pero di un volantazo y cambié de dirección. Empecé a estudiar un poco de piano porque entendí que me ayudaría a comprender mejor composición, me puse a dar algunas clases sueltas de producción y a dar algunas clases de canto. Y el año pasado me metí en un curso de 2 años de producción musical, que es como una vuelta al cole total.  

Sigo trabajando como psicóloga, porque es lo que me permite seguir pagando mis facturas, pero estoy absolutamente volcada en la producción musical, porque me he dado cuenta de que quiero ser productora además de poder hacer mi música. Me encantaría ayudar a otras artistas, otras bandas, a poder llevar a cabo sus proyectos. Cuando he trabajado con otros productores, que he tenido la suerte de dar con algunas personas increíbles, siempre me ha fascinado verlos en el estudio trabajando, desarrollando sus ideas, y casi siempre he visto a hombres. Quizá también puede ser que una parte de que no me haya atrevido antes o no me haya dado cuenta de lo mucho que yo quería hacer esto tenga que ver con que no he visto prácticamente mujeres en ese rol. Cuando no tienes referentes y no ves a mujeres ocupando esos lugares, es más difícil que se te ocurra que tú también puedes estar ahí.

AC: ¿Crees que tu “Sara psicóloga” es parte del arte que creas?

SL: Creo que las cosas que yo sé como psicóloga inevitablemente forman parte de mí, mi manera de entender el mundo, mi manera de hablar sobre las relaciones o las emociones, y es posible que se refleje en mi música. Es posible que a la hora de contar mis historias la manera de reflejarlas o de hablar de ellas sea más profunda o desde otros planos.

AC: Yo, personalmente, cuando escuché “El Incendio” pensé que alguien que no haya tenido un pequeño proceso de introspección no podría escribir lo que has escrito tú.

SL: Pues creo que más allá del análisis que podamos hacer, al final todas estamos hechas de la misma pasta. Todas sentimos de maneras muy parecidas, nos pasan cosas similares, el dolor lo sentimos igual, el amor lo sentimos igual. Creo que no hace falta ser psicóloga para conectar con una letra como en “El Incendio” o poder ser capaz de contar algo íntimo o algo profundo. Eso lo llevamos todas impregnado en lo que somos. Aunque me parece muy bonito que sea eso lo que te ha llegado. 

AC: ¿Crear “El Incendio” te ha ayudado a curar? 

SL: Supongo que en parte sí. Me gustaría ser menos transparente, pero creo que no va con cómo soy y cuando algo me emociona o cuando algo me duele recurro muchísimo a la música, es súper terapéutico para mí. 

Evidentemente cuando algo te duele de verdad, hacen falta muchas canciones para que se cure, pero ayuda poderlo compartir y que no sea solo tuyo. Incluso es muy bonito que a raíz de haberlo sacado algunas personas me han escrito y me han dicho cómo esta letra les está acompañando en un duelo o una ruptura, y se han sentido identificadas con ella. Eso me ha parecido súper bonito. Cómo dolor tuyo puede convertirse en algo que acompaña y ayuda al dolor de otras personas. 

AC: Estilísticamente hablando, “El Incendio” es muy distinto a lo que sueles hacer normalmente, sobre todo en Árida. ¿De dónde ha surgido la necesidad de cambiar de tercio y porque has elegido ese tipo de sonoridad? 

SL: Desde hace muchos años, la manera en la que hago música siempre, incluso para proyectos como Árida o Veracrvz, es en casa con la guitarra acústica y cantando encima. Desde hace poco con piano también. Entonces, en general mis canciones en un primer estado suelen tener un formato y un sonido muy acústico y muy de canción de cantautora, por así decirlo. Hay algunas canciones que cuando nacen me gusta respetar así, como “El Incendio”. Esta es una canción que no quería macarrear de ninguna manera ni quería distorsionar. No quería ni siquiera que tuviera muchos elementos, y de hecho es una producción muy sencilla y minimalista porque me gustaba cruda, como cuando alguien te cuenta algo al oído. 

Además, personalmente, me gusta mucho el sonido más folk y acústico de muchas canciones. Cuando estoy en mi casa es más probable que me veas escuchando cosas como Regina Spektor o Fiona Apple. También Alanis Morissette en su formato más acústico, o Tori Amos. Casi todas mujeres, además. 

[Con “El Incendio”] quería hacer algo que luego a mí me encantara escuchar, que a lo mejor no es el género que más de moda está, pero a mí me hace muy feliz. 

Pensé que era el momento de darme la oportunidad de hacer algo que me encanta, que es diferente y que además es una nueva fase por explorar, porque para hacer rock, soltar un montón de energía y contar otras cosas ya tengo otros espacios. 

AC: ¿Qué tal ha sido la experiencia de grabar, producir y masterizar todo tú sola? 

SL: Pues masterizar no lo he hecho yo, lo ha hecho Javier Roldón que trabaja bajo el nombre de Vacuum Mastering en Zaragoza y que es una persona maravillosa. Además, ha hecho también el máster en el último disco de Árida y del primero de Veracrvz. Yo el proceso de mastering aún no lo controlo y Javi sabe muchísimo, pero además quería alguien al otro lado que me apoyase de verdad, alguien que por supuesto pudiese ser honesto conmigo pero que confiase en mí como profesional y que no me cuestionase. Javi es una persona, en ese sentido, excepcional. 

Por otro lado, yo he estado haciendo toda la grabación, la producción y la mezcla del audio. Ha sido muy emocionante, porque es un poco para lo que yo estoy ahora tan volcada, estudiando tanto y dando tanto de mí. Como artista me ha encantado, porque yo sabía muy bien lo que quería hacer y cómo quería hacerlo, y tener tanto control en el proceso me ha gustado muchísimo. Me ha permitido explorar muchas cosas: “me gustaría meter aquí este arreglo, voy a probar sonidos hasta que dé con el que quiero, me gustaría meter unas voces de sirena como yo las llamo por ahí” y todas esas ideas que yo tenía. Por otro lado, ponerme al cargo de la mezcla ha sido un reto porque mezclar es todo un mundo y no es fácil, pero me ha gustado mucho. He aprendido un montón.

Cada vez que me pongo al volante de un nuevo proyecto, ya sea mío o de otra persona, doy un pasito hacia adelante y me siento mejor productora, mejor mezcladora, mejor todo. A ver si repito pronto.

AC: ¿Es “El Incendio” lo que querías que fuera? 

SL: Creo que es mejor. No he tenido una gran ambición más que sacar esta canción lo mejor posible, y el proceso de pararme a producirla, elegir arreglos, sonidos, etc. tomar ese tipo de decisiones me ha gustado mucho. 

AC: ¿Quién crees que conectará con tu música? 

SL: Creo que hago música para quien quiera escucharla. No me dirijo a alguien en concreto, porque no tengo ni idea de quién va a estar al otro lado dispuesto a escuchar. Comparto lo que tengo, y quién quiera detenerse a escucharlo o a sentir lo que sea que tenga que sentir, es para esa persona. Me dirijo a quien quiera detenerse a escucharlo. 

AC: Grabada, producida y mezclada por la misma Sara, “El Incendio” ya está disponible en todas las plataformas. Masticad y disfrutad. |

Sobre la autora de la entrevista:

ANDREA COLINO: Inspirada, apasionada, bastante intensa y aprendiendo a compartir todo ello con el mundo. – @andreaacolino | @andreaacolinoph

Copyright © 2023 Ecos del Vinilo. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.