[Ricardo Portman] @ecosdelvinilo | @ricardoportman_
Un nuevo comienzo. Un big-bang analógico. Enrique Bunbury se muda a un lugar artísticamente suntuoso y honesto con un disco muy esperado y que, en un principio, nos sonaba a enigma: Greta Garbo. Tras compartirnos la razón del título y el trasfondo lírico todo se ubicó en las coordenadas exactas. Estas diez canciones son el presente sin filtros, en modo impresionista, de un artista fundamental que experimentó la más terapéutica de las metamorfosis.
Los singles batieron las ramas para que cayera la fruta deseada: Invulnerables sabe a rock contemporáneo y muscular, Alaska a un legítimo deseo de evasión espacio temporal. Estos dos extremos del espectro Bunbury acunan en sus ángulos la emoción del tema Desaparecer que clava su pica en el corazón (con esa sublime batería a lo Plastic Ono Band), el poderío iniciático de la eléctrica Nuestros Mundos No Obedecen a Tus Mapas, el rico rumor americano de Para Ser Inolvidables, el latin-twang de Armagedón por Compasión, el funky charm combativo de La Tormenta Perfecta, la pequeña joya secreta de Autos de Choque y un cierre deluxe con la grandiosa Corregir El Mundo Con Una Canción.
Mención aparte merece la conciencia y el alma del tracklist: De Vuelta A Casa, una confesión cargada de ojos cansados y nuevas sabidurías fruto del tiempo, la distancia y las circunstancias.
“Tuve que ceder a la presión de la ocasión, salir del paso a lo Greta Garbo sin ofrecer una explicación” canta Enrique en Desaparecer; afortunadamente su acto de escapismo de los spotlights se convirtió en un renacer a lo ave fénix. Tras reflexionarlo en profundidad no tengo ninguna duda: Greta Garbo, posiblemente, tenga el mejor sonido de toda su discografía y muchas de sus mejores estrofas, y esto son palabras mayores a la sombra de la extensa obra de un Bunbury magistral que hoy nos vuelve a conquistar.
Sobre el autor del artículo:
RICARDO PORTMAN: Fundador y editor de Ecos del Vinilo, es periodista y crítico musical, criado y alimentado por el rock n’ roll; creció a la vera de The Beatles, los Stones, The Doors, Pink Floyd y Queen, compañeros de viaje que fueron nutriendo el banco de datos de una mente que siempre se ha movido en acordes, estrofas y vinilos. – @ricardoportman_ | @ecosdelvinilo
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