[Ricardo Portman] @ecosdelvinilo | @portman918
Una obra de arte. Sí, de inicio lo dejo sobre la mesa. Supongo que The Car no le gustará a los que prefieren el lado lúdico de los Arctic Monkeys, pero no dudo que a los que valoramos el Tranquility Base Hotel & Casino el nuevo álbum nos sonará a coros celestiales.
Los diez cortes son la plenitud sonora y la expansión del Alex-Turner-crooner en modo Station To Station. Estas composiciones evidentemente surgieron del piano y esa riqueza tonal que aportan las teclas se percibe en cada compás. Este no es un disco para hacer la colada mientras lo escuchas, no; The Car es para sentarse a respirar y paladear.
Hablemos de algunos de los temas. La sombra alargada de Bowie llega hasta Body Paint (pone los pelos como escarpias) y el sonido Filadelfía retorna triunfal en I Ain’t Quite Where I Think I Am y Jet Skis On The Moat. Casi pueden verse las formas de las progresiones vocales de Alex en la delicada ensoñación Sculptures Of Anything Goes. El tema que titula el disco nos lleva a un diván de melancolía encantadora, con esos timbales poniendo acentos lejanos y los arpegios de guitarra que acompañan como un diablillo sobre el hombro, desembocando en un solo brevísimo, áspero e imprescindible. La joya absoluta la encuentro en Mr. Schwartz, una tonada perfecta, profunda, de las que te aprietan el corazón hasta matarte. Perfect Sense cierra con un staccato orquestal finísimo, emotivo, y la voz de Alex clavando su bandera en la cima.
Merecen mención aparte los suntuosos arreglos de cuerda a lo largo de todo el tracklist, extendiendo un manto de elegancia inédita en estos tiempos de burda inmediatez. Y pienso: Cuanto bien le ha hecho a Turner el proyecto The Last Shadow Puppets.
Arctic Monkeys lo han vuelto a lograr: hacer un álbum perfecto, una obra de arte tan vintage como futurista, porque el mañana musical siempre volverá a las fuentes originarias. The Car es -desde ya- un clásico contemporáneo.
Sobre el autor del artículo:
RICARDO PORTMÁN: Fundador y editor de Ecos del Vinilo, es periodista y crítico musical, criado y alimentado por el rock n’ roll; creció a la vera de The Beatles, los Stones, The Doors, Pink Floyd y Queen, compañeros de viaje que fueron nutriendo el banco de datos de una mente que siempre se ha movido en acordes, estrofas y vinilos. – @portman918 | @ecosdelvinilo
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