Radiohead: Nunca es demasiado tarde para escuchar OK Computer

Radiohead: Nunca es demasiado tarde para escuchar OK Computer

“Fitter Happier podría estar en Wall-e, en Matrix, en los semáforos, en las radios, en la sala de crossfit, en el Instagram de los influencers, en Telecinco, en HBO”

[Azul Escolar] @ecosdelvinilo 

En el año 1997 pasaron muchas cosas que han marcado el futuro cultural de generaciones. La oveja Dolly, el primer libro de Harry Potter, el primer episodio de Pokémon, el primer manga de One Piece, el primer capítulo de South Park, el Titanic… La publicación de OK Computer.

Hacía cinco años que Thom Yorke, Jonny Greenwood, Ed O’Brien, Collin Greenwood y Phill Selway (Radiohead) eran »Creep». Se les conocía por este gran hit (y sólo por este gran hit) que alcanzó el número dos en la lista de los premios Billboard Modern Rocks de Estados Unidos; pero OK Computer marcó un antes y un después en su trayectoria y en la música. El álbum les consiguió el primer puesto de las listas británicas y un Grammy al mejor álbum de música alternativa, pero, ¿Qué hace tan especial a este álbum? ¿Por qué dicen que con él nace una nueva época en el Rock?

Para responder estas preguntas primero tendremos que hablar de cómo se crea este trabajo de 12 temas. El proceso de composición y grabación fue muy orgánico y natural, intencionalmente. Las voces de Yorke son en gran mayoría primeras tomas, y la grabación fue principalmente en vivo, incluso en la sala de ensayo de la banda (en el estudio Canned Applause, situado en un cobertizo en medio de un vacío rural cerca de Didcot, Oxfordshire); sin acceso a agua corriente, retretes -en palabras de los propios músicos, orinaban en »la esquina»-, ni supermercados cercanos. Su segunda localización es aún más llamativa, pues continuarían la grabación después de una gira en la Corte de Santa Catalina, una mansión del siglo XVI de la que aprovecharían al máximo el ambiente sonoro que ofrecían sus estancias (llegando a utilizar una escalera interior o un salón de baile para crear un eco natural).

También conviene entender las influencias de este trabajo, Yorke señaló a Miles Davis y su Bitches Brew, junto con Pet Sounds de los Beach Boys y las composiciones para la gran pantalla de Ennio Morricone y Krzysztof Penderecki (El Resplandor, El Exorcista); y a esta ambiciosa masa añadieron su ingenio y una gran dosis de realidad y protesta política y social, retratando temas actuales y aterradores para aquellos momentos, como la globalización, la evolución de las tecnologías o la sociedad, la situación política del Reino Unido y los transportes; temas que a día de hoy siguen siendo actuales, situando este álbum en una brecha temporal que abarca 25 años de fuerte progreso. A todo esto hay que sumarle un amplio abanico de timbres musicales, entre sus acordes distorsionados encajaron instrumentos de cuerda, pianos eléctricos, metalófonos y efectos electrónicos. Con toda esta mezcla, innovación y buen timing, no es de extrañar que tanto críticos como fieles seguidores consideren este álbum como uno de los grandes, comparándolo con Sgt. Peppers de los Beatles o The Dark Side of the Moon de Pink Floyd.

Espera un segundo, si nunca has oído OK Computer al completo pero sí has escuchado Muse, Coldplay, Snow Patrol, Keane… Te aconsejo que ahora escuches OK Computer, porque vamos a hablar de los temas, y comprobarás con tus oídos como estos grandes músicos han mamado directamente de este álbum.

La primera canción es Airbag. Trata sobre un accidente automovilístico. »En un estallido interstelar, he vuelto para salvar el universo. En un profundo, profundo sueño de inocencia vuelvo a nacer en un rápido coche alemán, estoy sorprendido de haber sobrevivido, un airbag me ha salvado la vida’’.

En múltiples ocasiones Yorke ha hablado de su miedo a los automóviles, y haciendo críticas a la alienación y al sistema, diciendo no entender por qué la gente se montaba en esas máquinas tan peligrosas para ir del sofá al trabajo y del trabajo al sofá. Hay teorías sobre si este tema se compuso por una experiencia del propio músico, pero no declaraciones al respecto. 

Todo el álbum es oscuro y contemporáneo, despierta emociones tristes y amplias. La atmósfera que perseguían y consiguieron deja espacio de sobra a la canción, su mensaje y tus pensamientos al respecto. Airbag es un tema »caótico» con un bajo que va y viene, cascabeles, coros, ecos y punteos sangrantes. Lo curioso de estas letras es que señalan todos esos problemas modernos de una forma vaga y no acusatoria, señalando detalles y aportando ideas sobre un feo engendro en la sociedad, pero sin llegar a ponerle nombre y apellidos. Lo hace con sensaciones, conceptos, imágenes… »En un estallido interestelar» se refiere literalmente a la experiencia de chocar dentro de un coche. Es una imagen mucho más grande, no sólo espacialmente, también temporalmente. Un accidente dura segundos, pero un estallido interestelar casi recuerda a un astronauta, varado, dejándose ir sin esperanza de volver a su nave o a su planeta. Es esa sensación cuando ocurre algo impactante, como si fuésemos otra persona viendo la escena hasta que aterrizamos en nuestro propio cuerpo. 

La segunda es Paranoid Android, que le debe su nombre a »Marvin, el Androide Paranoico» de la Guía para el Autoestopista Galáctico y su extraña estructura »a trozos» de temas como Happiness is a Warm Gun de los Beatles, o Bohemian Rhapsody de Queen. A día de hoy sigue siendo la grabación de estudio más larga de la banda (6:23 minutos, aunque la versión principal llegó a durar 14) y surgió por un encuentro nocturno bastante desagradable de los músicos con un grupo de cocainómanos en un club de Los Ángeles. Se concibió como una broma, una suerte de juego en la que el grupo creaba su propio Frankenstein musical, y así este tema se convierte en uno de los más desenfadados de la banda. »What’s that? (I may be paranoid, but not an android)». Como ya os había dicho, si habéis oído Muse y de pronto descubrís esta canción, entenderéis muchas cosas. En realidad es un tema muy agradable, con vocales limpias y notas alargadas de un vibrato limpio, mientras resuena una voz robótica. Los punteos de la guitarra son vertiginosos pero graves, por lo que no resuenan en el oído, y los que sí lo hacen son ligeros y bien elegidos, como un triángulo en una orquesta. Luego va subiendo la intensidad con la frase »¿Por qué no recuerdas mi nombre? Tío, ¡Córtale la cabeza!» y estalla en percusión, distorsión, guitarras en estéreo y caos para aterrizar en un coro casi eclesiástico, con ese eco del que habíamos hablado, de nuevo estéreo y juegos de octavas y armonías. »Rain down, rain down, come on rain down on me, from a great height, from a great height, height» -Llueve, vamos, llueve en mí desde una gran altura, desde una gran altura- »God loves his children» -Dios ama a sus hijos- Y vuelta al estallido, a las guitarras, los efectos, la distorsión, los redobles, los efectos…

Subterranean Homesick Alien es la tercera (su título original iba a ser Uptight, pero lo cambiaron en honor a Subterranean Homesick Blues, tema de Bob Dylan, y es uno de los temas más psicodélicos del álbum, tanto en su sonido como en su temática. Hace referencia a abducciones alienígenas, idea que se ve brillantemente reforzada gracias al uso de efectos digitales. Consiguen que el oyente tenga una fantástica sensación de ingravidez, comparable a algunos temas del Dark Side of the Moon de Pink Floyd. »Arriba en lo alto aliens flotan haciendo grabaciones para los amigos en casa. Se agujerean a sí mismos y viven por sus secretos». Psicodelia, abstracción, sonidos que recorren tus orejas como en Fantasía de Disney, cuando después de la tormenta caían las gotitas de agua de una en una, y hacían un ruido cada una, para acabar en un gran lago y crear una onda. Este álbum significó una gran ruptura en estos tiempos, un cambio de perspectiva; pero visto desde aquí sólo soy capaz de evocar imágenes. Aunque os aseguro que merecen la pena. 

Le sigue Exit Music (For a film), inspirada por »Romeo y Julieta» de William Shakespeare, compuesta para el Romeo+Julieta de Baz Luhrman (Sí, esta adaptación en la que los amantes de Verona pertenecen a familias de mafiosos italoamericanos y van vestidos con camisas hawaianas) para los créditos. El solo de la canción, magistralmente introducido, utiliza un compás distinto al del resto del tema. Este es mi favorito, como suele pasarme con esos temas »abanico», que empiezan con ternura y de pronto lo rompen todo. Esos temas que te dan una pequeña muestra de todo lo que hay, tan pequeña que sólo te despierta unas ganas horribles de escuchar más. »Cántanos una canción, una canción que nos de calor, hace tanto frío, tanto frío…» Y un redoble simple de batería que precede a las guitarras, toda la tensión del tema aumenta en un instante, aparentemente sin gran esfuerzo. Ahí está el genio, está escondido en ese detalle; esas cosas que hacen con tanta maña que parecen sencillas pero son absolutamente exhaustivas. No les he preguntado, pero estoy convencida de que no fue tan sencillo como parece pensarlo, y muchísimo menos hacerlo. »Y te puedes reír, una risa despiadada. Esperamos que tus reglas y sabiduría te asfixien» Y ahora sí, el bajo vertiginoso se mueve como en una espiral y si lo escuchas con un buen equipo te pone los pelos de punta, te lo aseguro, mientras Yorke sube la voz: »Somos uno solo en una eterna paz, esperamos que te asfixies, que te asfixies». 

Let Down sería la quinta. Habla del tránsito en la ciudad, de los desplazamientos y de la decepción, de la evasión en el alcohol; de cómo aunque te emborraches sigue sin pasar absolutamente nada. Es probablemente uno de los temas más tristes que he oído. Metáforas con un bicho aplastado, metáforas que asesinan la esperanza sobre cómo nada va a cambiar, sobre cómo no debes emocionarte… »Y un día me crecerán alas, una reacción química histérica e inútil, histérica y… Decepcionado y por ahí, aplastado como un bicho en el suelo…”. Cuando parece que esas alas de las que habla le iban a salvar, de pronto son sólo una reacción química histérica, fuerza bruta, un accidente, azar… Es un tema muy triste, pero muy real. Todos nos hemos sentido así, de una forma u otra. 

Karma Police, número seis. Es una de las más conocidas con un mensaje claro y directo. Acusa a figuras que le desagradan por un motivo u otro, »Esto es lo que consigues cuando te metes con nosotros». Habla de ese sesgo que todos tenemos, de esos reflejos que hay en la sociedad, que señalan y acorralan cualquier cosa que salga un poco de nuestra zona de confort. En un momento dado el narrador quiere salir de este círculo de acusaciones, pero sigue en deuda y encuentra obstáculos para romperlo. Tocan temas sensibles y a la orden del día, ¿No? Ya empiezan a aparecer documentales en plataformas de series online sobre experimentos con personas, sobre este sesgo. Resulta que la gente más atractiva tiene condenas menores por los mismos crímenes que la gente menos agraciada, ¿Pero no lo sabías? Lo siento, Radiohead, 25 años después sigue pasando, no sé si más, menos o simplemente diferente pero… El sesgo sigue muy presente.

Fitter Happier es esa canción que podría estar en Wall-e, en Matrix, en los semáforos, en las radios, en la sala de crossfit, en el Instagram de los influencers, en Telecinco, en HBO. Parece imposible sentirse tan absolutamente en sincronía con una letra de hace 25 años. »Más en forma, más contento, más productivo, cómodo. No bebiendo demasiado, con ejercicio frecuente en el gimnasio (tres días a la semana)… Comer bien (No más cenas de microondas ni grasas saturadas)». Podrías coger un vídeo de »My quarantine routine» y escuchar esta canción a la vez, pero después tendrías que esforzarte mucho por no embriagarte o pensar en otra cosa, porque pesa, se hace insoportable lo evidente de esta letra. Lo están poniendo en palabras; en sus tiempos, claro. La voz robótica te da una lista de la compra de cómo hacer las cosas bien, hay ruido todo el rato, como interferencias, un piano que asusta, otra voz en tu oreja derecha. Es una fotografía que congela una idea, un momento, una serie de sucesos; y la deja congelada veinte años. Seguimos en esa fotografía… No me voy a poner filosófica, pero si OK Computer cambió el mundo, este tema definitivamente me ha cambiado a mí. (También me da ansiedad, pero macro-ansiedad, de esa de preocuparse por muchas cosas a la vez en vez de pequeños detalles y tonterías de tu vida, de esa que luego te da perspectiva en vez de más ansiedad).

Electioneering (antes de que nos entre la paranoia), vamos con la ocho. Esta es más literal y te desentraña un poco menos porque la verdad que habla es más evidente. Habla de política: ‘‘no me tendré ante nada, diré lo correcto durante la campaña, confío en que sólo puedo depender de tu voto» »Cuando voy hacia adelante tú vas hacia atrás, y en alguna parte nos encontraremos, ha ha ha!’”. Habla de las Reaganomics, son políticas económicas del gobierno de Ronald Reagan en los 80, en Estados Unidos, que resultaron ser bastante ineficaces. Habla de todos estos elementos como instrumentos de convicción, de ese juego psicológico con tus necesidades y cómo se apoyan en el miedo a la pérdida de los ciudadanos para sus medidas, en vez de en situaciones reales. »Si no me votas, puedes quedarte sin dinero…’’.

Climbing up the Walls es la terrorífica nueve. La teoría es que se trata de un monólogo reflexivo en el que el narrador habla consigo mismo con dos voces (dos octavas) y se repite una y otra vez que vaya a donde vaya, no podrá librarse de él; de esa parte mala dentro de su cabeza. Que le observa desde el armario, que pone en peligro a sus niños, que no le permite divertirse… Me resulta sencillo asociarlo a Karma Police, pero esta vez »hacia dentro». En vez de señalar a todos los demás, habla de sí mismo, se amenaza y encierra, se acosa, se castiga. No sigo con esta, porque sé de primera mano que si estáis viviendo una situación así, preferiríais saltar de párrafo a ponerle palabras a esta experiencia tan dolorosa. Sin embargo, si ya habéis »salido» de ese bache o al menos tomado distancia, os recomiendo que escuchéis este tema. Esos sonidos apocalípticos, esos gritos, los ruidos, las notas que se distorsionan como en un sintetizador, la lugubridad, coros, sonidos que se abren y se cierran… Son una bonita mirada atrás, es como ver ese gran agujero negro en el suelo del que de alguna forma has conseguido salir; a lo mejor sólo necesitabas tiempo. (Por cierto, si habéis escuchado Arctic Monkeys ahora podéis presumir de saber de dónde vienen, de qué maman. Estaréis de acuerdo conmigo).

No Surprises es la diez, y mi segundo tema favorito del álbum. Empieza de una forma dulce, como una canción de una caja de música, es una sensación dulce que recuerda un poco a »Fireflies» o a ese tema de Shrek cuando abre la cajita de la habitación de Fiona, creo que es en la dos. Pero en realidad la letra es tristísima, refleja agotamiento, haber tirado la toalla… Literalmente. »Un corazón lleno como un vertedero, un trabajo que te mata poco a poco, heridas que no se curan. Pareces cansado e infeliz, derrumba el gobierno, ellos no hablan por nosotros». Me da esa sensación de ruptura, o de fallecimiento de una mascota, o de proyecto final echado a perder por un fallo informático. Es esa gota que colma el vaso, ese darte cuenta de que acabas de perder a un ser querido cuando te encuentras llorando porque se te ha roto la mina de un lápiz. Estaba  dentro de ti, toda esa tristeza; lo sabías. Y te pilla por sorpresa. De pronto estás harto de ese trabajo que antes soportabas (Bueno, me permite comprar cosas que necesito, pensabas), de pronto te acuerdas de esa chiquilla o chiquillo que te pegó un chicle en el pelo en primaria, que se metió contigo durante años (Pero si no me acordaba ni de su cara, ¿Por qué me sigue doliendo tanto?), y de pronto tu malestar se ensancha, porque no te cabe en sólo recuerdos, y caes en que el gobierno no te representa, que han recortado en salud o han antepuesto intereses económicos a necesidades sociales (Pero en realidad nadie nunca está contento con todo lo que hace un gobierno, y eso ya lo sabías).  »Este es mi último golpe, mi último dolor de estómago, sin alarmas ni sorpresas, por favor». Ya no puedes hacer más que esta canción, no puedes soportar que se te muera el hámster ahora, o que se te rompan tu único par de zapatos buenos, o una pandemia mundial; necesitas que dejen de pasar cosas terribles. (Pero al final todo sigue, incluso Yorke, con todos estos sentimientos, incluso tú).

La número once, Lucky. Empieza tranquila, las guitarras tienen delay y son graves y lentas, la voz es tranquila hasta el estribillo, mientras nos cuenta que se siente afortunado, que Sarah le mató de amor, que va a ser un buen día, que es un superhéroe y que el presidente le llama pero a él no le importa, no tiene tiempo para eso: Hoy va a ser un gran día. En todo esto la melodía e instrumental han ido ondeando y alcanzando puntos altos y recaídas, más intensidad y de pronto calma. -Están al límite- Un ruido que acompañaba el tema al principio desaparece tras el último estribillo, y la guitarra toma las riendas. Si la estás oyendo, estira la espalda y deja que te lleve.

Cerramos este viaje con The Tourist, número 12. La canción empieza tranquila, alargando las frases… Todo el tema habla de la velocidad, evoca esa sensación de querer abarcar demasiado, de tener prisa por conseguir lo que quieres porque sientes que se te escapa de las manos (Vienna de Ben Platt habla de esto también, pero con fantasía y ese ímpetu americano inexplicable que de alguna forma se te contagia, pero sólo al 10% o así.). »Ey, hombre, ¡frena, frena! Idiota, ¡frena, frena!» »Me preguntan a dónde voy a 1000 pies por segundo». Qué mejor nombre que The Tourist, ¿No? Cuando vas tan rápido en todo lo que crees que tienes que hacer, de la forma que crees que tienes que hacerlo que no estás realmente en ningún sitio. Los perros te ladran sólo a ti, porque eres el extraño. La melodía de la voz en este tema es una de las que más me gusta, además tiene ese toque retro que le falta al resto del álbum… Supongo que me refiero a que se parece más a sus antecesores de lo que sus sucesores a ellos. Acaba con una especie de »cling» de una especie de triángulo. No sólo este tema, si lo piensas, todo el álbum. Como una guindilla sobre una copa de helado de proporciones áureas. 

Crecí escuchando música que venía de esto, pero nunca este álbum. Al menos hasta que he tenido que hacerlo hace unos cuantos días para este trabajo. Tengo la sensación de que todos hacemos eso, de que ya no escuchamos álbumes enteros. Este me ha sorprendido aunque ya hubiese escuchado muchísimas cosas que venían directamente de aquí, aunque yo naciese con ordenadores y Spotify y Youtube… Es interesante, ¿No? No culparía a mis padres por no enseñármelo antes, aunque podría. Lo que quiero decir es que nunca es demasiado tarde para escuchar OK Computer, de Radiohead.

I grew up listening to music that came from this, but never this album. At least untill I had to, a few days ago, for this work. I feel like we all do that, we don’t listen to full albums anymore. This álbum surprised me, even though I had already listened to a lot of stuff that came straight from this, even though I was born with computers, and Spotify, and Youtube… That’s quite interesting, isn’t it? I wouldn’t blame my parents for not showing me this album earlier. I could though. My point is, it’s never too late to listen to OK Computer, by Radiohead”. |

Copyright © 2022 Ecos del Vinilo. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.