Concierto | Ariel Rot y Kiko Veneno: Encendido San Javier

Concierto | Ariel Rot y Kiko Veneno: Encendido San Javier

Les contamos al detalle su presentación del pasado 20 de agosto

[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo | @terethali

Sábado 20 de agosto. Atravesamos las puertas del Parque Almansa de San Javier para ver a Ariel Rot y Kiko Veneno en el San Javier Fest. Venimos a la presentación murciana de un repertorio conjunto titulado “Un País Para Cantarlo” plagado de nostalgia, recuerdos y mucha alegría. Dos históricos de nuestra música juntos, compartiendo escenario en una gira irrepetible, como podremos comprobar a lo largo de dos horas en las que desplegarán un espectáculo soberbio que recoge dos impecables trayectorias que defenderán con soltura. Dos formas diferentes de entender la música para un mismo lenguaje. Dos voces que empastan mirando a un pasado muy reciente. Nos impulsarán a atravesar épocas con la maquinaria bien engrasada, respetando el guion establecido, huyendo de un show previsible.

Suenan los primeros acordes cuando la banda salta al imponente escenario en un arranque muy Veneno al son de Memphis Blues. Calientan la hoguera inicial sabedores de que el público es incapaz de apartar la mirada de ellos trenzando ambas raíces desde esta primera canción. Kiko Veneno nos lleva en volandas a 1995, al año en el que explotó este blues delicioso que inyecta ganas de vivir y derrocha alegría con la complicidad de un Ariel Rot que toca y  defiende su parte hasta que acabamos cayendo en su red. Con el mástil bien sujeto nos revuelven en nuestros asientos con Dulce Condena, uno de los mayores éxitos de Los Rodríguez; nacida a la luz de una vela durante un apagón, nos conducirá por un paraje sentimental que Rot sabrá arropar con electricidad. Tienen la virtud de conectar con el público sin apenas esfuerzo, se siente el disfrute, el amor por la música y el respeto que profesan a los invitados variopintos que desfilan en cada una de las paradas de este barco. Harán que nos olvidemos del calor desvistiéndonos con exquisitez y elegancia antes de encarar con soltura Mi Abanico De Cristal, haciendo gala de pura simbiosis cuando Rot ejecuta los coros sin tachones ni bajadas. “En la boca del lobo/ estamos solos/ Y entre sus dientes/ ya sabes lo que se siente”, advierte el argentino en el siguiente trallazo: El Mundo De Ayer. Suena majestuosa e igualmente espectacular aún haciéndonos bajar las revoluciones. No pierde un ápice de emoción en vivo, nos toca la tecla adecuada.

Sin aminorar la intensidad salta al escenario Maryan Frutos, vocalista de Kuve. Será la primera invitada de la noche. Kiko Veneno se retira a un lado del escenario cediendo todo el protagonismo a la imponente voz de la artista murciana que acompañada por las filigranas de la guitarra de Ariel, homenajea a otra artista de la tierra: la cantautora Mari Trini, derrochando voz y tablas en la preciosa Yo No Soy Esa. Qué acertada elección. Qué desinhibición vocal la de Maryan al defender uno de los mayores hits de la música española como si sus versos acabaran de ser escritos. La siempre aplaudida Lobo López da pie a que Kiko vuelva al escenario, guitarra en mano, bajo la atenta mirada del público y de la propia Maryan, con quien se encarará en un vis a vis de estrofas y sonrisas que difícilmente podremos olvidar. Una catarata de palmas abraza entre vítores y piropos  Lo Que Me Importa Eres Tú, una traca tremenda de poesía urbana que abre Está Muy Bien Eso Del Cariño, probablemente uno de los discos que mejor envejece de Kiko Veneno, y que esta noche, suena juguetona y en comunión con las cuerdas que acaricia Rot.

Los recuerdos se inflan, nos queman en un conjuro titulado Me Estás Atrapando Otra Vez. Es otro regalo que recibimos emocionados atragantados por un puñado de versos que tienen el don de expresarlo todo en esta canción de soul argentino que firma Ariel Rot con gloria y desparpajo. Sus metáforas maquillan una historia truculenta que muchos recordamos con el corazón encogido porque percibimos el peligro y la atracción hacia alguien o algo muy nocivo y tóxico. El escenario se ilumina y revoluciona cuando los murcianos Crudo Pimiento derrochan su arte salvaje y extravagante impulsando a la grada a volar muy alto. Eligen para tocar todos juntos Dice La Gente, engalanada con un reggae trotón de coros inmaculados que apuestan a un caballo ganador. Seguimos revisitando el pasado a lomos En Un Mercedes Blanco, otra vuelta de tuerca con la que los protagonistas se pasean con naturalidad por un campo de instrumentos frescos que engrandecen a esta “niña bonita” de Kiko Veneno con la que celebramos el verano, y por qué no decirlo, la vida. Esta noche  vuelven a recuperarla como el que rescata un amuleto que no siente el desgaste del tiempo. 

El auditorio enmudece cuando bajan las luces, y las revoluciones, con la introducción de La Milonga Del Marinero Y El Capitán, otro guiño a Los Rodríguez y a ese Palabras Más, Palabras Menos que sigue sonando fresco, majestuoso y tan imponente como la pieza que lo catapultó a los primeros puestos de las listas de ventas en 1995. Reivindican el buen rock de factura castellana con Baile De Ilusiones ante la felicidad de un público que abandona el protocolo, salta de la grada, y se apea a pie de escenario para llegar al corazón jovial del estribillo. Bebemos unos de otros cuando Rot nos invita a “subirnos a un sueño” esparciendo un puñado de polvos mágicos que nos darán emoción y aliento para recibir con los brazos abiertos un Echo De Menos de camas revueltas, zumos de naranja y revistas abiertas ante la alegre mirada de la luna. Para el final se guardan varias sorpresas. Una de ellas es Mucho Mejor que ya lleva unas cuantas giras entre pecho y espalda y sigue sonando explosiva con la banda al completo. Al igual que Salta, con la que picamos en la etapa “tequilera” de Rot , que, generoso, nos insta a rugir y desmelenarnos sin mesura. Kiko Veneno y Ariel Rot dominan el escenario, el ritmo, la interpretación de cada una de las piezas que dan forma a este mágico formato que se despide como lo hacen los conciertos que nos gustan,  los conciertos de siempre, con toda la banda y sus invitados interpretando al unísono Volando Voy. Intensos, rítmicos y plagados de grandeza se marchan tras defender un setlist arrebatador y brillante. En San Javier ya se les echa de menos, aquí les esperamos con la lección bien aprendida. Conscientes de que hay que enamorarse de la vida aunque a veces duela.

Sobre la autora del artículo:

TERESA CERÓN LÓPEZ: Arqueóloga y melómana.  Es la pluma fina y el verbo exacto, con Lezón y Rosenvinge en el corazón. Es parte fundamental de Ecos del Vinilo desde el big-bang. – @terethali

Fotos: Teresa Cerón L.

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