Concierto | The Rolling Stones: El regreso de los dioses eléctricos

Concierto | The Rolling Stones: El regreso de los dioses eléctricos

Les contamos cada detalle de su concierto de este 1 de junio en Madrid

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo | @portman918

Se dice que las deidades están por encima del bien y del mal, de la mortalidad y de los cuatro elementos, y eso, el estar out of time es la naturaleza de The Rolling Stones en un regreso triunfal por la puerta de los mitos a Madrid, al Wanda Metropolitano, anoche, 1 de junio de 2022, día para la historia. Celebran sesenta años como banda en un tour del mismo nombre (Sixty) y bien pudieron haberse formado como grupo ayer, porque estos caballeros casi octogenarios siguen siendo nervio rock, músculo pop, fuerza groove y alma blues. 

Este es nuestro primer tour en Europa sin Charlie, le echamos de menos” nos decía Mick Jagger y sí, Charlie Watts ‘abrió’ el concierto con una serie de imágenes en las pantallas de diferentes etapas suyas en el grupo. Mr. Watts, gracias y disfruta desde donde estés viendo a tu banda darlo todo.

Con Street Fighting Man abrieron la caja de los truenos, seguida de un maravilloso 19th Nervous Breakdown que nos regresó a la histeria de la etapa Brian Jones. Los roles fueron los de siempre: Keith Richards y el cumpleañero Ronnie Wood flanqueando con sus guitarras insaciables a un tornado Jagger que no paró ni un segundo de darnos punch-tras-punch: Es el frontman más grande de los todos tiempos. Punto.

Habían prometido una selección distinta, sorprendente, y así fue: Sad, Sad, Sad del álbum Steel Wheels fue tan inesperada como el estreno en directo de una joya oscura, indispensable para cualquier stoniano: Out Of Time del Aftermath de 1966. El propio Mick creo que no se esperaba un recibimiento tan efusivo por parte del público para esta maravilla de canción y en su cara se dibujó un rictus de sonrisa agradecida. Entre medias tocaron la imponente Tumbling Dice, con animaciones de dados en las pantallas, los coros gospel de Bernard Fowler y Sasha Allen y el binomio Keith/Ronnie practicando el noble arte del guitar-weaving.

Yo había votado en el request del público por Beast of Burden y al fin gané unas elecciones: Esta delicia del Some Girls nos hizo viajar a las brillantes sesiones del Pathé Marconi parisino. Posteriormente Jagger cogió la Gibson acústica para iniciar un You Can’t Always Get What You Want que nos sacó las lágrimas a muchos (no sería la única vez durante el concierto). Tras la coreada -y reciente- Living in a Ghost Town llegó el Apocalipsis vudú, el sexo sonoro de Honky Tonk Women, con esa intro de la Telecaster afinada en Sol abierto de nuestro Keith y el piano arrabalero de Chuck Leavell. Casi puedo asegurar que se produjeron orgasmos espontáneos durante sus fraseos.

Llegaba el momento de Keith Richards en el punto focal. Una ovación cerrada y visceral de un público entregado le sacó una enorme sonrisa a nuestro pirata favorito, que abrumado daba las gracias con un brillo juvenil en sus ojos que tanto han visto. Siguió con su Happy, nos hizo felices hasta el paroxismo; con su Slippin’ Away nos llevó a abrazarnos a memorias que se niegan a desaparecer. Richards estaba suelto, cómodo en su matizada faceta vocal, henchido de orgullo. Se le notaba y lo transmitía.

Con Miss You nos fuimos a la disco, al acto de apareamiento funky, con Jagger tocando su Stratocaster en este tema (como viene haciendo desde hace algunas décadas) y luego bailando como si no hubiera un mañana. El solo de bajo del maestro Darryl Jones rasgó de arriba a abajo nuestras cabezas con líneas asesinas de black-soul.

Luego arribó a puerto el barco cajún de Midnight Rambler, una canción que es un ejercicio de bendito malditismo, de invocación a la tradición del blues caliente, y la performance fue definitiva, lascerante, con Ronnie taladrando con su Les Paul, Mick recordándonos que es un armonicista supremo, Keith sonriendo desde detrás de su mástil y con un Steve Jordan monolítico en la batería (estuvo impresionante cada minuto del show).

Continuaba el zafarrancho de combate con un nuevo zarpazo: Start Me Up, sin anestesia, sin aviso, sin piedad. Lo poco de garganta que nos quedaba murió ahí, con la masa humana dando saltos enloquecidos. Hicieron a muchos hombres mayores llorar. A continuación se colgó Wood el electric sitar para la siempre emocionante Paint It Black, tribal, moruna, generacional.

Tras esto llegó el momento del aquelarre, de llamar a la puerta del maligno: Sympathy For The Devil. Cincuenta y cinco mil woo-woos en bucle infinito acompañaron a Jagger hacia las profundidades del Beggars Banquet. Sin dejarnos recuperar el aliento seguían con el clásico de clásicos, Jumpin’ Jack Flash, rotunda, sin misericordia, con ese riff nacido en la encrucijada huracanada. A estas alturas del concierto la banda no mostraba ningún signo de cansancio, todo lo contrario, a cada canción se mostraban más fuertes, más decididos: ¡que son los Stones, maldita sea!

Para el encore tocaron la que para mí fue la canción de la noche por muchas razones: Gimme Shelter. Potentísima, atemporal, más rock que nada en esta tierra, con Mick Jagger y Sasha Allen retándose vocalmente en la pasarela y con ese momento que nos dejó rotos a todos: la bandera de Ucrania en las pantallas pasando en un lento plano a las imágenes de una ciudad ucraniana arrasada por los rusos. Nos hemos echado las manos a la cabeza en esta era de muerte que lamentablemente se mantiene ahí, en la realidad, tanto en 1969 como en 2022. 

La traca final con (I Can’t Get No) Satisfaction nos llevó en volandas a 1965, a los seres queridos que ya no están, al primer sexo adolescente, al primer acorde que aprendimos en la guitarra, al primer disco de los Stones que tuvimos en las manos de niños. El concierto de The Rolling Stones en el Wanda madrileño ha sido una celebración de la vida, del rock n’ roll y de la capacidad que tienen estos dioses eléctricos Jagger, Richards y Wood de burlarse del tiempo y el espacio. Ellos nos enterrarán a todos nosotros. Que así sea. |

Setlist – The Rolling Stones, Sixty Tour, Madrid 1 de junio:

Street Fighting Man, 19th Nervous Breakdown, Sad, Sad, Sad, Tumbling Dice, Out Of Time, Beast of Burden, You Can’t Always Get What You Want, Living in a Ghost Town, Honky Tonk Women, Happy, Slippin’ Away, Miss You, Midnight Rambler, Start Me Up, Paint It Black, Sympathy For The Devil, Jumpin’ Jack Flash, Gimme Shelter, (I Can’t Get No) Satisfaction.

Sobre el autor del artículo:

RICARDO PORTMÁN: Fundador y editor de Ecos del Vinilo, es periodista y crítico musical, criado y alimentado por el rock n’ roll; creció a la vera de The Beatles, los Stones, The Doors, Pink Floyd y Queen, compañeros de viaje que fueron nutriendo el banco de datos de una mente que siempre se ha movido en acordes, estrofas y vinilos. – @portman918 | @ecosdelvinilo

Foto de cabecera: Dave Hogan

Copyright © 2022 Ecos del Vinilo. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.