Crítica | Santero y Los Muchachos: Una lección de estilo

[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo | @terethali

Royal Cantina derrocha vida por los cuatro costados; es uno de esos discos que bendices como oyente una y mil veces. Se asemeja a una conversación inabarcable que puede llevarte por cualquier derrotero infinito, de esas que pides no tengan interrupciones ni final.

Es un disco intenso, como lo es la banda de rock que se ha dejado la piel en su factura. Santero Y Los Muchachos, o lo que es lo mismo: Miguel Ángel Escrivá, Joseman Escrivá, Javier Escrivá, Soni Artal y Pau García-Serra, tienen el carisma y la materia prima necesaria para pasar a la historia de la música española como músicos inmensos e inabarcables. Tras el éxito cosechado con Rioflorido (2019), podrían no haber cambiado apenas cosas, pero de casta les viene el valiente arte de la superación. ¿Hay sudor y electricidad en Royal Cantina?La respuesta es sí, pero, ante todo, encontramos un manifiesto empeño por disfrutar de los matices, y eso lo hace inmenso. Sucede que Royal completa con nueve canciones la primera parte del álbum titulada Cantina cuya publicación se produjo el verano pasado. Sí, firman dos álbumes: uno eléctrico (dentro de los cánones “reposados” de la banda), y otro que juega a sonar lo más acústico posible.

Tanto Sheriff como Sálvame De Mi y Ojos Pardos, son cartas de presentación santeras hasta los huesos. Tres pelotazos mágicos e irrebatibles; tres hits sumamente disfrutables cuyas letras le pegan duro al amor propio y al romántico. A ese amor que no te esperas porque entra avasallador y lo cambia todo para mejor. Complicado es una reverencia al padre, al gran músico Pepe Escrivá, faro de este proyecto musical desde sus modestos inicios; Pepe, al que siempre agasajan colgando alguna de sus canciones en sus trabajos, los guía y aconseja con la paciencia y templanza que sólo otorgan los años, y su innegable experiencia como interprete. Está presente en una de las canciones más redondas de Royal. Complicado es un rescate maravilloso que apuntala el nuevo repertorio perfilando una dirección novedosa que les traerá mucha rueda y gasolina.

No hay disco de Santero que se atasque, cuando entran a grabar van a piñón fijo; lo demostraron con Ventura, un primer disco publicado en 2017 que hacía gala de engranaje impoluto. Royal Cantiname recuerda a una enérgica Sheryl Crow a principio de los noventa, a Hendrix, a los Stones y a Tom Petty, si Tom Petty hubiera sido mediterráneo. Qué bueno que los valencianos sigan dando lecciones de estilo, de solventes armonías vocales, o placer absoluto cada vez que Miguel Ángel toma posiciones micro en mano.

Aportando mucho margen para la diversión nos entregan ¿Quién Te Da Más?, romanticismo y alegría en vena; la misma que irradia Otro Vaso con sus acordes gancho, y un estribillo engalanado para la ocasión. La cadencia de Piel Lagarto transita por terreno conquistado y desdibujado, es un acierto, una joya que huye de exhibicionismo para delicia de nuestros oídos. A Alguien Normal no pueden anotársele tropiezos en su ejecución, es un cuidado medio tiempo inspirador. Un track certero y redondo que viste su mejor abrigo para la ocasión.

Con Río Bravo llegan a tierras lejanas despidiéndose de un volumen de leyenda. Es el cierre de un disco en el que no se contempla la palabra derrota, a pesar del desconsuelo que flota en su última canción. Quedémonos con la grandeza de su letra como abrazo que rescata del abismo: “Sueños a la leña/ley salvadoreña/ salva lo que ha sido”. Esta preciosa estampa poética se ha convertido en un pulmón que transpira melodía, versos y voz. Con Royal Cantina Santero y Los Muchachos amplían su legado y nosotros les seguiremos hasta la gloria.

Sobre la autora del artículo:

TERESA CERÓN LÓPEZ: Arqueóloga y melómana. Es la pluma fina y el verbo exacto, con Lezón y Rosenvinge en el corazón. Es parte fundamental de Ecos del Vinilo desde el big-bang. – @terethali