Crítica | Marta Tchai: Firme como una roca

Crítica | Marta Tchai: Firme como una roca


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo 

A Marta Tchai la conocemos de su tiempo en Berlin Texas, pero ahora esto va con su nombre y con su cara de frente hacia el ojo del huracán con un disco que hace honor a su título, El Eclipse, porque si algo logra a la primera escucha es generar un sutil e interno fenómeno astral. Esto son once temas grabados con elegancia, durante el primer año de la maldita pandemia, y que ahora nos llega como un bálsamo tras el ácido de la postergación que ha quemado a nuestros músicos. La espera ha valido la pena.

Antes de iniciar nuestro vuelo por el tracklist hay que destacar el gran trabajo de los músicos involucrados: Marcus Wilson, Mario Barbero y Héctor Cebrián (integrantes de Berlin Texas) y la participación destacada a la batería -en cuatro de los temas- de una de las mejores profesionales de nuestros estudios de grabación/escenarios, Mariana Mott. La producción de Raúl Pérez (y Sergio Salvi en el último corte, La Roca) destaca cada ángulo de unas canciones que son todo orfebrería.  

Los Besos, con un inicio a lo Strat-The Edge, es la presentación de credenciales de la voz de Marta. Un cariñoso gancho a la mandíbula que sacude el árbol y deja caer esa fruta madura y prohibida de la atención -el oyente será the first catch of the day-. Me Asusta abre al alza; es la pulsión pop con el estribillo redondo (no es casual su elección como sencillo promocional). Me Quedo sube aun más el listón con una base llevada por un bajo contundente, de los que te hacen mover de manera compulsiva el pie, llevando el ritmo; una delicatessen melódica cortesía de una voz que ejerce nuevas formas de magnetismo. 

La Violencia suma matices casi percusivos (rasguños rock n’ roll) en conjunción con la estructura del clásico single rompedor. Pan de Oro baja las revoluciones de la máquina y nos brinda un esbozo nashvilleano desde la óptica privilegiada de su autora. Nihilistas nos lleva un escalón todavía más profundo hacia la melancolía entroncada con el brit-mood. Falta de Tacto retoma la senda americana y la preciosa tristeza del twang, dejándonos la sensación que, con lo escuchado, ya tenemos suficiente para considerar que El Eclipse es un gran disco, pero no, porque  el tercio final del álbum es una auténtica maravilla con cuatro temas que ya muchos ‘consagrados’ quisieran tener la capacidad de crear: Como en los Peces, Puerto Escondido, Presente Simple y La Roca, siendo este último el cénit de El Eclipse. Un cierre brillante y pasional.

Con este álbum Marta Tchai ha presentado su candidatura a un lugar destacado entre lo mejor de un año en el cual nuestras artistas han dado el golpe sobre la mesa. Marta es firme como una roca y no hay temporal que pueda con ella. Bravo por eso. 

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