Les contamos todo sobre su concierto del pasado 6 de marzo
[Lucía Monsalve] @ecosdelvinilo
Con una puntualidad inglesa, las puertas de la céntrica sala de la capital, la Sala 0, abrían a las 18:30 colgando el cartel de “entradas agotadas” para dar una calurosa bienvenida a una banda que, con apenas dos años de recorrido, ha logrado meterse en el bolsillo a un ejército de fieles seguidores.
Featherweight salía apenas una hora después ante un panorama muy distinto al que solemos encontrar en conciertos de su género. Esa música de guitarras, trazos de pop-punk, emo y punteos que oscilan más hacia lo alternativo, sin embargo, consiguió que las más de 100 personas aquella tarde se dejaran la voz cantando junto a (y en ocasiones hasta sobrepasando) la banda su repertorio de principio a fin.
Gente sentada, con mascarillas y reprimiendo las ganas de saltar y subirse al escenario es lo que podemos ver a día de hoy en cualquier evento o espectáculo cultural. En condiciones normales, el público se habría entregado de lleno y con los brazos abiertos al quinteto madrileño , que pisaba por primera vez el escenario desde que la COVID-19 se asentó en España. Y esta vez no fue menos, aunque respetando las medidas de seguridad; su forma de hacerlo se veía en el brillo de los ojos, mascarillas moviéndose, indicando que la gente se sabía las letras, y brazos al aire.
Si hay algo mágico que tiene la música es que puede revivir recuerdos y emociones . Fue tan sencilla la habilidad de los chicos para conectar con el público en esas circunstancias, que con la letra del tema que introdujo su actuación (‘Snowy Road’) consiguieron enganchar a los asistentes desde el “but together we stay strong” del primer verso y hasta “Sinking (Nothing’s Gonna Change)”, canción con la que cerraron el encuentro.
Además de presentar su segundo EP autoeditado , “Never Bloom” (2020) Featherweight no quiso dejar de lado el trabajo con el que se adentraron en la industria , su primer EP (también autoeditado) “A Place Where My Mind Crumbles” de 2019.
Será cierto eso de que hay sorpresas de guardan bajo la manga. Featherweight tenía tres, y jugaron a la perfección su baza con dos covers y un invitado muy especial, Salva, frontman de la banda Altair , que se unió a Miguel al micrófono para poner la guinda a una tarde en la que se demostró que la cultura es segura y necesaria para la supervivencia de todo el que está dentro de su atmósfera. |
Fotos: Marina Neira
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