Entrevista | Los Marañones: “Es una constante en nuestras canciones los viajes con la imaginación y lo abstracto”

Entrevista | Los Marañones: “Es una constante en nuestras canciones los viajes con la imaginación y lo abstracto”
Conversamos en profundidad sobre su nuevo disco La Máquina del Tiempo



[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo | @terethali

Los Marañones están aquí, en el año todos hemos visto las calles desde las ventanas, como si de un museo urbano se tratara, con un disco que nos alivia la espera por día mejores: La Máquina del Tiempo, el número trece de su discografía. Su anterior referencia nos lleva hasta el 2015, con aquel preciosista ejercicio titulado A Contratiempo. La Máquina del Tiempo nos remite a H. G. Wells y a George Pal, es la ciencia ficción del rock n’ roll clásico y de la psicodelia espacial. Es el futuro dentro de las pieles de un sonido orgánico y atemporal.

Desde el confinamiento hemos podido conversar largo y tendido con Miguel Bañón y Román García, quienes nos revelaron los entresijos de esa máquina que tiene embelesados tanto al público como a la crítica. Nosotros también nos sumamos a esa congregación que tiene en La Máquina del Tiempo un soundtrack de puño apretado y matices fascinantes.





Teresa Cerón López: Disco número 13.

Miguel Bañón: Creo que sí, si no contamos el de Rarezas 1988-2012, el musical Cruzando las galaxias y  unos cuantos recopilatorios y demás donde aparecen canciones inéditas.

Román García: Últimamente, cuando estamos preparando un disco y todavía no le hemos puesto nombre, utilizamos el número para organizarnos un poco y guardar los archivos en carpetas. Según nuestras cuentas, éste era el «Disco XIII».

TCL: Definís La máquina del tiempo como un viaje lisérgico por el imaginario de la banda. Explicadnos esto.

MB: Es una constante en nuestras canciones los viajes con la imaginación, lo abstracto y lo absurdo a veces, todo ello cargado de altas dosis de endorfinas. Creo que a lo largo de nuestra discografía hemos ido creando un mundo imaginario y fantástico que nos es propio.

TCL: Al escuchar el disco, siento que habéis ampliado vuestro abanico de influencias. Sigue habiendo rock porque es vuestra impronta, pero esta vez, acompañado de altas dosis de psicodelia.

MB: Desde el principio nuestros discos han sido bastante eclécticos, en cada uno de ellos ha habido una mezcla, en ocasiones un poco inquietante para el que escucha, de muchos tipos de música. En este sentido, nuestra principal influencia es la forma de funcionar que tenían muchos grupos en los años 60 (Beatles, Kinks, The Who, etc.) que eran capaces de pasar del pop al rock, de éste a la psicodelia, al blues… En definitiva todo valía y lo que aglutina, y realmente importa, es la propia impronta que el grupo pueda tener, sin necesidad de encasillarse del todo en algún estilo. De hecho, creo que somos un grupo muy pop, en el sentido en que las armonías y melodías tienen generalmente una importancia por encima de riffs de guitarra (por ejemplo). El componente psicodélico ha estado presente desde nuestro primer disco, y efectivamente en éste hemos decidido centrarnos en esta característica.

TCL: No habíais vuelto a grabar desde 2015, fecha en la que se publicó A contratiempo. ¿La máquina del tiempo es vuestro disco más ambicioso?

MB: En A Contratiempo decidimos hacer un disco temático, de canciones de 3 minutos muy frescas, como si dijéramos de la primera mitad de los 60’s, ya sabes: pop, twist, rock n’ roll, soul… Nada más acabar aquel disco decidimos que teníamos material en la recámara para hacer otro disco temático, esta vez más progresivo y psicodélico. 

Todos tenemos proyectos paralelos, donde editamos otros discos. Eso, y que básicamente no tenemos ninguna prisa, puede que haya hecho que se demorase un poco la salida de éste. Nuestra noción del tiempo es un poco difusa, como el propio disco indica, y siempre que sacas algo nuevo es tu proyecto más ambicioso, es inherente a la condición de artista.





TCL: El tratamiento de las guitarras es fantástico. Creo que deja patente que seguís siendo una de las bandas más contundentes de este país. ¿Qué tipo de guitarras habéis utilizado? ¿Y bajo?

MB: Pues tengo unas cuantas guitarras, algunas son de marcas conocidas y tienen entre 40 y 50 años, pero siempre acabo tocando con las que yo mismo me monto y a las que pongo el pseudónimo de Huracán (el que uso para mis discos en solitario). Este disco lo he grabado con una telecaster Huracán casi en su totalidad enchufada a un ampli de 15 vatios, un Pro Junior, excepto alguna canción en la que he usado una Danelectro (concebida en su origen para ser la guitarra más barata del mercado). El fetichismo guitarrístico no es mi fuerte y siempre he pensado que lo importante son los dedos.

RG: El bajo es un Fender Precision Special, el mismo que venimos usando casi desde siempre. Está grabado en casa utilizando un previo y parece que hemos conseguido un buen sonido.

TCL: La instrumentación tiene muchos matices, tanto que las canciones son muy diferentes las unas a las otras en el fondo.

MB: En casi todos nuestros discos hemos intentado que la instrumentación fuera lo más sencilla y fiel al grupo tocando en directo, es decir, una producción ‘no sobreproducida’. Aunque ya hicimos un disco en el que usamos muchos samples, El mundo al revés, que es junto con éste el más marcadamente psicodélico. 

Además de los habituales teclados de Carlos, en La máquina del tiempo hemos usado sintetizadores para producir efectos rítmicos y de otra índole. Y hemos introducido arreglos con Mellotron, que es un instrumento muy antiguo que se anticipaba al concepto del sampler moderno, adjudicando a cada tecla una cinta magnetofónica sin fin con el sonido a reproducir pregrabado. Pero la imperfección del funcionamiento del mellotron le confiere un aire onírico que instrumentos reales, o el sampler no tienen.

TCL: Como fan vuestra, me gustaría confesaros que siempre ha sido muy interesante la lectura de vuestras canciones. En este nuevo disco, con una maquinaria perfectamente engrasada, nos ponéis sobre la mesa un montón de temas sin abandonar nunca el amor y el desamor. Me refiero a canciones como “No tienes corazón”, “La llave”, o “El infinito, tú y yo” en el otro extremo. Los sentimientos se suceden hasta convertir al oyente en un observador de la historia.

MB: Creo que nuestras canciones tienen una narrativa evocadora, por decirlo de alguna manera. Pueden hablar de viajes o lugares insospechados para finalmente llevarte a un sentimiento, o viceversa. En este disco se hace bastante patente en algunas canciones que van de lo galáctico a la introspección, por ejemplo. Es una especie de realismo mágico marañón.

RG: Muchas de nuestras canciones son como pequeñas historias o situaciones que nos imaginamos en las que tratamos de averiguar cómo se comportarían los protagonistas, cómo reaccionan a una separación, o cómo se puede mantener una relación a través del tiempo y del espacio.

TCL: Miguel, vuelves a encargarte de la producción. ¿Tú eres el que marca la dirección?

MB: Considero muy importante el nivel de comprensión e implicación del productor con el concepto del grupo y el disco, en ese sentido no hay problema. Pero también el que pueda aportar elementos nuevos a dicho concepto. Lo que intento en todo momento es tener una visión externa y objetiva de todo.

Lo primero que hacemos es una selección, entre un buen puñado de canciones, que tenga coherencia en sí misma, tanto musicalmente como en cuanto a letras se refiere. Yo doy cierta forma previa a éstas en casa en cuanto a algunos arreglos y estructuras que intento que salgan de mi cabeza antes que de mis dedos, así que las grabo con una guitarra y los arreglos los tarareo con la voz. Después todo esto va al ensayo donde las canciones siguen evolucionando con aportaciones e ideas de todos hasta tener la grabación bastante afianzada. Durante la grabación también surgen más ideas y aportes, nada es inamovible. 

Lo importante durante este proceso es que se va forjando el espíritu propio del disco, una noción que voy a tener muy en cuenta a la hora de mezclar y masterizar.





TCL: 13 canciones, un disco de casi una hora de duración. Después de tantos años, ¿Qué os ha empujado a volver a grabar?

RG: Hemos contado muchas veces que el grupo surgió de unos amigos que nos juntábamos en casa para hacer canciones y grabarlas en cintas de cassette. En cierto modo, seguimos haciendo lo mismo: de vez en cuando, reunimos unas cuantas canciones y las grabamos. El tiempo que pasa entre disco y disco es fruto del azar. No tenemos presiones de compañías discográficas ni de agencias ni nada parecido, así que nosotros mismos nos marcamos el ritmo, y a veces los años pasan volando.

TCL: ¿Son las canciones que buscabais?

RG: Son las canciones que nos hemos encontrado, por decirlo de alguna manera. Para nosotros, las canciones no tienen fecha de caducidad, así que siempre cabe la posibilidad de que encuentren su lugar antes o después. A la hora de hacer este disco, hemos recuperado algunas canciones que nos gustaban mucho y que hasta ahora no habían encajado en otros discos.

TCL: ¿Teníais más temas en la recámara?

RG: Llevamos haciendo canciones juntos desde hace décadas, y lo que publicamos es apenas, como se dice, la punta del iceberg. La clave de la dirección que toman nuestros discos está en esa selección previa de canciones. A veces nos juntamos con cuarenta posibles canciones, y conforme vamos haciendo cribas, vamos viendo el camino que puede ir tomando el disco y descartamos algunas de las favoritas porque no terminan de encajar. No queremos hacer discos excesivamente largos, entre cuarenta y cinco minutos y una hora ya está bien, así que siempre se quedan canciones fuera. Y, como decía, nunca son abandonadas del todo.

TCL: ¿Habéis trabajado la música y las letras de forma independiente, o sois de los que pensáis que deben ser un todo?

MB: No hay necesariamente un método fijo. Nosotros trabajamos letra y música de manera independiente pero, consideramos que una canción es un todo, debe ser redonda y transmitir una sensación especial en cada caso. No tenemos reparo en probar varias letras para una música, cambiar partes, melodía… hasta estar satisfechos.

TCL: ¿Cuáles fueron las primeras en nacer?

MB: No sabría decirlo, porque es complicado. Los Marañones surge de una pandilla de amigos que grabábamos cintas y cintas de cassette llenas de canciones propias antes de tocar como grupo. 

Las músicas suelen correr a cargo de Ricardo Perpén y mía (y en este disco hay una canción de Carlos), las letras las hacemos generalmente Román o/y yo (aunque Ricardo firma dos en este disco y hay alguna de Pedro J. Castillo). Y, para liarlo más, estas músicas y letras pueden ser individuales o conjuntas.

A lo largo de los años todas las canciones van quedando ahí, y aunque hagamos canciones nuevas siempre consideramos el total de las que no están aún editadas a la hora de hacer un disco nuevo, y siempre en función del concepto global del disco como obra. Creo que esto es así gracias al carácter atemporal de las canciones.

RG: Una vez que seleccionamos una canción para prepararla y grabarla, deja de tener importancia si la música tiene veinte años o la letra diez o si todo se hizo la semana pasada. Lo importante es que funcione junto al resto y que hagan que el disco se convierta en un todo coherente. Si miramos en los archivos, en este disco hay canciones que pueden ser muy antiguas junto a otras muy, muy recientes, pero conforme el disco va tomando forma, nosotros mismos nos olvidamos de todo eso.

TCL: ¿Os dejáis llevar por lo que os transmiten las canciones antes de grabarlas?

RG: Realmente, lo que nos transmiten no llega a tomar forma definitiva hasta que el disco está terminado. El proceso es largo y en cierto modo parecido a la escultura. A partir de una composición musical básica, se va adaptando un texto que termina afectando a la propia composición y viceversa, la instrumentación va ayudando a que la idea sea más clara, y finalmente la mezcla y la secuencia del disco son las que terminan de darle forma al mensaje.

TCL: El disco abre con “El nómada”. Quizá la canción que mejor refleja el espíritu de este disco.

MB: Creo que hay varias canciones que definen bastante bien el espíritu del disco, sin ir más lejos la que da título al disco también lo hace. El caso de “El nómada” para abrir es como preparar al oyente para lo que va a venir después, una especie de “déjate llevar”. Normalmente, y como último paso antes de masterizar propongo a mis compañeros un orden de canciones para el disco con el que suelen estar bastante de acuerdo. Puede ser algo objetivo, pero no lo es tanto, hay muchos factores que influyen en dicho orden, musicales y narrativos, tantos que sería muy largo de delimitar en una entrevista.





TCL: Las letra parecen hablar de todas vuestras inquietudes. Cortes como “No hay tiempo que perder”, “En el mar” o “La máquina del tiempo”, contienen imágenes de vuestros sueños.

MB: La fuente de inspiración de nuestras canciones puede ser muy diversa. Experiencias propias, libros, películas, una frase, una sensación… Intentamos dar un enfoque personal a todas y convertirlo en algo muy nuestro. Pero en todas ellas pretendemos dar rienda suelta a la imaginación, la evasión, para evocar en el oyente sus propias sensaciones e interpretaciones.

RG: El mundo de los sueños, una vez que dejas de intentar interpretarlos, es un mundo sin límites.

TCL: “Las siete de la tarde” y “Hoy me siento bien” son pequeñas ventanas a una esperanza muy necesaria en estos tiempos convulsos.

MB: Es curioso, estas y otras canciones del disco casan bastante bien con lo que estamos viviendo, pese a haber sido concebidas antes. No creo que sea casual del todo. Hay otra constante en nuestras letras, que es cierto optimismo y cierta invitación a viajar a otros estadios o lugares y a olvidar los problemas por un momento, a ver las cosas con cierto humor y quitarle un poco de hierro a la vida.

TCL: Dicen que los finales son importantísimos al contar una historia; la de este disco termina con “Cómo voy a salvar nuestra situación”. Es un buen corte, un broche de oro.

MB: Gracias, me pareció que era la canción que mejor podía cerrar el disco por muchas razones. La letra, en un entorno astral, tiene momentos muy personales y emotivos, al mismo tiempo que cierta autocrítica irónica. Musicalmente tiene un desarrollo final con varios cambios de tonalidad siempre hacia arriba lo que me parece muy esperanzador.

TCL: La prensa alaba vuestros trabajos. ¿Tenéis la clave?

MB: Tengo la llave que abrirá tu corazón… o tal vez no”. No pretendemos hacer discos para la crítica, los hacemos para, mediante las canciones, mover el alma de quien los escucha, creo que nuestros discos están dirigidos por igual a personas de distinta edad o condición.

RG: Realmente hacemos lo que nos gusta, sin plantearnos mucho si está de moda o si le va a gustar a alguien más. Nos lo hemos pasado muy bien grabando el disco y estamos muy contentos con el resultado. Si además lo que hacemos le llega a más gente, mejor que mejor.

TCL: ¿Qué le pedís a la vida?

MB: Salud y buenos alimentos. |








Copyright © 2020 Ecos del Vinilo.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.