Crítica | Morrissey: Grandeza y calma en tiempos de incertidumbre

Crítica | Morrissey: Grandeza y calma en tiempos de incertidumbre
I Am Not a Dog on a Chain
[BMG
★★



[Amparo Pinar] @ecosdelvinilo | @Canela_molia

Solo hace falta escuchar unos compases del primer tema para saber que estás ante una gran producción, no hace falta haber leído la nota promocional o las primeras críticas para percibirlo. Energía, punch electrónico, teatralidad, elegancia y flema inglesa, excelentemente bien combinados. Mensajes precisos, contundentes, melodías y voces honestas y directas, que pronto se hacen entender y que en solo una primera escucha tiendes a hacer propias y recordar. No me ha hecho falta una segunda para hacerlo mío, familiar, para en definitiva, conectar con él. Obviamente sí, para seguir disfrutándolo.

Jim Jim Falls es un comienzo de disco muy potente, con energía. Estas bellas cascadas del norte de Australia sirven a Morrissey como inspiración para reflexionar acerca de actuar y no solo hablar de ello, a no pensar tanto las cosas, y a hacerlas de verdad. Si vas a saltar, salta: “If you’re gonna sing then sing, Don’t think about it, If you’re gonna live then live, Don’t go on about it, If you’re gonna kill yourself, Then for God’s sake…”. Para mi, es más que un posible candidato a convertirse en comienzo de concierto, en himno festivalero como un soberbio warming up.. ¡Qué ganas de volver a sentir esa sensación!

En Love is on its way out, la parte más reivindicativa y social del artista vuelve a resurgir una vez más para recordarnos que en este mundo, el amor está de salida, se está yendo tristemente y poco podemos hacer: “Did you see the sad rich hunting down, shooting down elephants and lions? Love is broken down, it’s on its way out”. De marcado carácter electrónico, cercano al trip hop, esta canción nos hace además, entrar en una especie de mantra, de mentalización, preparación para algo, quizás lo que todavía nos espera a lo largo del disco. 

Bobby, don’t you think they know? Musicalmente, este tema nos lleva a sonidos clásicos en un dueto con Thelma Houston que brilla con luz propia. Hace tiempo que no escuchaba algo así, ¿Por qué no, rescatar esta clásica fórmula? Atmósfera de thriller, con elementos de oscuridad, sensualidad, misterio… casi de película de gangsters. Muy bien ambientada si ciertamente la canción hace referencia al hecho de esconder una adicción: “Little Jo in the snow, Bobby, don’t you think they know? Aren’t you tired of pretending?I know, you’re tortured below”.

I am not a dog on a chain es además de la canción que da título al disco, una declaración de intenciones, un tema bien estructurado, de pegadizo y sonoro estribillo y marcado ritmo, que va creciendo a medida que avanza: ”I raise my hand, I hammer twice, I see no point in being nice, I am not a dog on a chain, I use my own brain, I do not read newspapers, they are troublemakers”. (Ya nos lo imaginábamos viniendo de él de todos modos).

What kind of people live in these houses Este tema, bastante más relajado, retrata tanto musicalmente como con su contenido el british way of life, esa flema inglesa, y tradición musical made in UK. Nos recuerda al Morrissey más clásico y correcto. También por la descripción que hace, creo que pretende ser un retrato de la sociedad inglesa, y reflejarlo también con el sonido. Quizás sea de las canciones que menos me aporten al disco: “They sleep with who they sleep with only because they are afraid to taste change… They look at television thinking it’s their window to the world.That’s got to hurt!”.



Knockabout World Algo más sencillo que otros temas, esta canción fue escogida ya como uno de los singles de presentación del disco. Con toques ochenteros, y en general tema tranquilo y reconfortante, tiene un mensaje esperanzador donde nos alienta a seguir adelante y continuar a pesar de lo disparatado de este mundo: “Congratulations, You’re still okay, I’d kiss your lips off, Any day. Be careful in this knockabout world”.

Darling, I hug a pillow En este tema bastante oldie parece que los vientos hacen un canto, un llamamiento a ese amor o roce a menos, que tanto ansiamos: “Why can’t you give me some physical love? Everything else is in place, except physical love”. Como siempre, reclamamos amor de quien menos dispuesto a dárnoslo está. 

Once I saw the river clean: Sintetizadores, recuerdos y melodías propias de sus raíces irlandesas, es fácil empatizar con ella: “I walked with my grandmother, Cornbrook Street, where incomplete, She would never be again, A Dublin dancer, free and Young”.

The truth about Ruth es la teatralidad, o cómo trasladarnos al recargado y sensual ambiente de un cabaret. Podría encajar perfectamente en un musical. La particular dicción, cualidad vocal e interpretación de Steven Patrick Morrissey está más presente que nunca en esta dramática historia, en la que la verdad sobre Ruth nos es (rápidamente) desvelada. La intensa melodía con tintes casi de ópera-rock no puede sino afectar a nuestros sentidos. Magnífica orquestación donde elementos como la mandolina, el órgano y los coros nos absorben completamente. Para mí, es casi un regalo.

The Secret of Music Si el anterior tema me parecía un regalo, The Secret of Music es ya una fantasía. Esta “obra” de 7:52 minutos va fluyendo a través de los instrumentos, a través de todas las fases, de todos los elementos de una canción, otorgándote una sensación de elevación, de ir flotando de nube en nube, de galaxia en galaxia, en un viaje casi alucinógeno. No sabes a dónde te lleva, pero solo quieres permanecer ahí eternamente, de instrumento en instrumento, de efecto en efecto… ¿Llegaremos a desvelar cuál es el secreto? La delicadeza y frescura hacen que sus casi 8 minutos se me queden cortos. ¿Por qué tiene que acabar este viaje?

My hurling days are gone: “Oh, time, Oh, time, No friend of mine. Oh mama, mama and teddy bear were the first full firm spectrum of time”. Dulzura, folk y ritmo casi marcial, combinados para despedir el disco, lanzando un mensaje contradictorio entre esperanza y desesperanza. El ya conocido recurso de cantar al paso del tiempo y a su duro devenir se hace presente en este tema. El título de esta canción quizás podría ser un juego de palabras con la canción de Cornershop “My Dancing Days Are Done”.

Muy rico musicalmente y con una muy cuidada producción detrás (como no podía ser de otra forma) I am a not a dog on a chain es un disco capaz de abrazarte y de acariciarte siendo a la vez original y arriesgado. Aunque he de reconocer que yo soy particularmente admiradora de una ejecución vocal clara, contundente y con los matices, clase y elegancia como la del polémico Moz. 








Copyright © 2020 Ecos del Vinilo.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.