Fon Román: La Chispa, la Llama y el Humo

“En un paraje de ensueño, casi mágico, Fon Román es atravesado por un halo de luz que contrasta con la sombra de su cuerpo”



[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo

Algunas veces la magia se esconde en el inicio de un disco, en los primeros versos de la primera canción que el artista esculpe para transmitir a través de una letra, lo que no se atreve a confesar sin armadura.

Creo que ese es el atractivo de “La Chispa”, la canción con la que Fon Román (el que fuera guitarrista de Piratas) abre su flamante último disco, “La Chispa, la Llama y el Humo”. Ya en los primeros versos del tema, Fon decide poner las cartas y los sentimientos sobre la mesa a ritmo de un pop bailongo, exultantemente latino, para hablarnos del amor más puro y bello; el que nos conecta a todos sin más necesidad que una mirada, o un primer beso electrizante que hace el suelo tambalear.

Y es que Fon parece decidido a hablar alto y claro de sentimientos rompiendo, si es necesario, sus propios muros de contención con tal de que el oyente se acerque sin miedo a su particular imaginario. Creemos que “La Chispa, la Llama y el Humo” es un disco que ante todo, desprende unidad. No hay canción que se pierda por los senderos de lo desconocido, quizás porque a Roman le satisface sobremanera que cada uno de los temas que salen del estudio de grabación, posean la misma relevancia y nos acunen mientras deambulamos por las entrañas de su obra. A través de once canciones que transitan por el lirismo y el buen gusto, el oyente conecta con el lado más hermoso de la vida. Y se siente fresco, y se siente feliz al mismo tiempo, porque se identifica con un buen puñado de letras acogedoras.

Nadie diría al escuchar, “Lo que no soy capaz” o “Latido Unánime”, que a Fon le costó reencontrarse con la música tras su marcha a Ciudad de México, y después de haber parido dos discos de empaque como fueron, “Silencio cómodo en un jardín descuidado” ( 2006 ) y “Entretelas” (2011). Cuesta imaginárselo en el dique seco cuando escupe las primeras estrofas de “El equilibrio es posible” -guiño a Piratas delicioso- incitándonos con su canto a querernos, a aceptarnos como somos para reconciliarnos con nuestro yo más profundo, a sintonizarnos para salir indemnes de la malicia que arroja el mundo exterior.

En “Gente Puentes” su voz es perfecta, y desprende flow a raudales para apuntalar un mensaje de esperanza y conciliación, que eriza la piel en versos como: “Quizás lo que nos afecta de otros/está en nosotros/Cada uno lo ve/desde su satélite” . Decía Fon, que con “La Llama”, su deseo es acercarnos a los sentimientos más imperecederos de nuestro corazón, porque como ocurre con las meigas: Haberlos haylos; pero lo hace de un modo muy bello, calmado, personal, (si queremos seguir usando calificativos), dando un fruto brillante. En la inolvidable “Lennon y Yoko” impera el buen rollo y el pacifismo exquisito; creemos que está en el extremo opuesto a “Territorio Herido”, en la que repasa las crisis personales que nos quiebran hasta que sanan las heridas.

Nuestra predilecta es “Canción de Luna a Mariña”, un lujo para los sentidos; una composición que en una primera escucha, puede parecer pequeñita, pero engaña con mucha facilidad, porque cuando al disco se le da un segundo repaso, su melodía y personalidad, arrebatan la razón completamente; con “El Humo” se cierra un disco de matrícula de honor cuyo broche de oro es un tema que regala clasicismo y confort. Sensación de andar por casa en pijama y zapatillas cada vez que el autor nos canta.

Mención especial merece la portada del elepé: En un paraje de ensueño, casi mágico, Fon Román es atravesado por un halo de luz que contrasta con la sombra de su cuerpo. Un cuerpo inerte que se sabe penetrado por la claridad porque en realidad, ese es el objetivo del disco: Que salga la luz para que la claridad gane a la sombra.

Qué necesarias son canciones como estas en estos tiempos. Gracias, Fon.









Copyright © 2019 Ecos del Vinilo.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.