Crítica | León Benavente: Cuando la expectativa queda en anécdota

Vamos a Volvernos Locos
[Warner
★★1/2



[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

León Benavente nació grande, con nombres de calibre provenientes de la escena rock patria, y eso les llevó a primera linea de batalla, donde los héroes se forjan pero los muertos se multiplican. Hoy, después de dos referencias que les han puesto en el contexto adecuado, llegó el gran disco de estos leones hambrientos. Vamos a Volvernos Locos es el disco que deja la expectativa en anécdota, superando cualquier idea preconcebida.

El tiempo transcurrido en su carrera les ha ido dejando lecciones bien aprendidas y mejor aplicadas en su presente. Ya no es la fuerza de la naturaleza desencadenada, ahora es la furia fría y la sensatez en la balanza de la diosa Themis. Vamos a Volvernos Locos no acepta negativas del oyente. Los diez cortes que configuran el álbum se sostienen entre el rock metronómico de línea de montaje, pasando por un reverberante sonido electrónico imperceptiblemente emparentado con Erasure y NIN (!), terminando en medios tiempos de una aparente sencillez, pero que tienen mucha miga.

Cuatro Monos parece retomar y unir con un buen zurcido donde quedó su segundo disco; esto es un eslabón y un punto final. Amo es el single incontestable, con Eva Amaral poniendo los acentos norteños. No Hay Miedo apuesta por el sintetizador y la letra casi declamada, desarrollándose en una canción que se adhiere a la psiquis con la firmeza del himno pop. Como La Piedra Que Flota es el retrato sonoro del reino de las máquinas y la dulzura de la sirena María Arnal. La Canción del Daño es una revelación en sí misma; es la prueba que estas cuatro fieras también saben apretar el corazón del escucha. 

Ayer Salí rompe la siesta en Torremolinos con una llamarada de programaciones y una linea melódica cantada con mala uva y colmillo presto. Mano de Santo es minimalista, euro sonido eléctrico, fugaces espejismos de la coda del Acrobat de Achtung Baby y la maravilla que es contar con Miren Iza como hermana-vocal. Disparando a Los Caballos es frenética, una jauría (sí, de leones, como no podía ser de otra manera) que persigue espoleada por un sonido muy Suicide. 

Volando Alto rompe aún más los esquemas, con una disruptiva oda synth/pop que es una caja de pandora que se abre cuando la escuchas con los cascos. Tu Vida en Directo es el corte final, que despide desde un desarrollo muy Depeche Mode-Music For The Masses.

Vamos a Volvernos Locos es de esos discos que se deben escuchar por etapas, porque la información sensorial es abrumadora y la lírica requiere escucha activa. León Benavente ya tienen un clásico propio, una referencia de la que se hablará en un futuro de máquinas y de personas que se seguirán enamorando en clave pop.









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