Crítica | Perry Farrell: Fanáticamente fiel a sí mismo

Kind Heaven
[BMG
★★★


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Cada nuevo disco de Perry Farrell, partiendo del ya lejano Porno For Pyros (1993), es un salto al vacío, sin la certeza que haya red se seguridad. Kind Heaven no es la excepción y sí, tiene red de seguridad. Es un trabajo todo ambición, ausencia de contención y excentricidad, es decir, es un clásico disco de Farrell, ni más ni menos. El cantante tiró de sus relaciones para rodearse bien para la grabación del álbum: Taylor Hawkins, Mike Garson, Phil X y Matt Chamberlain destacan en el apartado instrumental, mientras que a los mandos está el mítico Toni Visconti.

Kind Heaven tiene buen blues-rock contemporáneo en (Red, White And Blue) Cheerfulness; guiños a la polirritmia pseudo-africana en Where You Have Been All My Life y funk alternativo a la antigua usansa en Pirate Punk Politician. Lo mejor del disco lo encontramos en la melódica Snakes Have Many Hips; lo peor en la grandilocuente Let’s All Pray For This World.

Perry Farrell es un artista adicto a la metamorfosis, a tensar la cuerda y tomar senderos ignotos en pos de una música que podrá ser más o menos acertada, pero que nunca es aburrida. Farrell conserva, después de tantos años, una fidelidad fanática por su peculiar concepción creativa y eso le honra.







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