Crítica | Damien Jurado: Diez canciones de folk delicado

InThe Shape Of Storm 
[Loose Music
★★★★



[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo

Admitámoslo abiertamente. Damien Jurado se ha despachado uno de los discos imprescindibles esta primavera. Un puñado de canciones lujosas, delicadas y sentidas. Un disco grabado de forma express, al que este hombre corriente de Seattle, tan solo ha dedicado dos horas durante su proceso de grabación. In The Shape of Storm (Loose Music,19) es desnudez en estado puro. El regalo perfecto para todos aquellos que nos sentimos colgados del “susurro Jurado”, príncipe indiscutible del folk americano más frágil. Este elepé pisa los talones al magno “The Horizon Just  Laughed” (Secretly Canadian,18), publicado hace apenas un año, y al que muchos seguidores consideran antecesor del que nos traemos entre manos, y con el que se cerraría un círculo de continuidad que yo, permítanme la osadía, no consigo ver por ningún lado.

Opiniones al margen, lo que está claro es que In The Shape Of Storm es un disco más que clásico. Podríamos considerarlo, el producto de la delicadeza y el cuidado con el que Damien gesta cada composición que lanza al espacio, esperando la conexión  del público por respuesta. Está armado por diez temas arropados al calor de su guitarra acústica y su excelente timbre de voz. En ocasiones, le acompaña su inseparable Seth Gordon, para dar intensidad a las interpretaciones tipo pastoral que Jurado borda como nadie. Pocos autores impregnan de emoción letras tan crudas y realistas como él.

El disco abre con Lincoln, un tema a pelo, fácil de digerir que nos arrebata por su austeridad y belleza. Newspaper Gown y Oh Weather, presentan dos historias profundas perfectamente representadas a través de versos vívidos y de hondo calado poético. Emociona la interpretación vocal de Jurado, ese modo suyo de entrar sin esfuerzo en la cabeza del oyente hasta poseerlo por completo, mientras da la bienvenida sibilinamente  a South, elegido como primer single del elepé. South es un tema oscuro, el propio autor lo define como aislado y con toques de vals. En él, empuña la acústica con devoción hasta superarse a sí mismo, rematando una letra magistral, con silbidos punzantes de trovador noble. Throw Me Now Your Arms  suena a puro folk etéreo, es frágil y sin arreglos que rematan porque en esta canción, al igual que les ocurre al resto, no son necesarios. Le sucede Where You Want Me To Be, prueba de que Damien Jurado, domina el género como pocos. Con una letra que enamora, nos rendimos a los pies de una de las composiciones más logradas y emotivas del disco. Su exquisitez da paso a Silver Ball, mayúscula donde las haya y candidata a entrar en el top diez de sus mejores canciones. Es de esos temas que sacuden con suavidad cubriéndote la piel con su pátina plateada, y dejando tras de sí una estela insuperable.

The Shape Of A Storm suena cálida y creíble. Cuidadosamente sencilla, remata nuestra emoción, desnudando su historia pausadamente. Anchors no se queda atrás, y nos devuelve a un cantautor creativo que lanza verdades como ondas expansivas, sin perder la quietud, ni el tono intimista que lo caracteriza. 

El último disco de Jurado se despide con Hands On The Table, quizás para recordarnos que una canción puede ser bellísima alejada de todo ruido, si sus estrofas, están tan bien planteadas como estas. Es perfecta para llevarnos a otro lugar guiados por la embriagadora voz de Damien, decidido a no bajarse de la cima de los cantautores ampliamente creativos con este trabajo. Hands On The Table es una canción necesaria, pieza clave para cerrar un disco, que nos dice adiós entre susurros.

Podemos confiar ciegamente en la autenticidad como creador del de Seattle, un artista que lleva más de veinte años explorando sus capacidades musicales. Facturando  discos soberbios como el que amasa panes, acelerando el ritmo si le apetece, o dando la mano a la psicodelia (escuchen la trilogía de sus discos  conceptuales grabados bajo el ala del desaparecido Richard Swiff) pero aunando todo lo que graba a través de una personalidad inconfundible. Jurado es maestro como pocos en el folk más doliente y estoico, un tipo de folk el suyo, que cuando está a punto de matarte por la melancolía, alumbra tu alma, y la trae de regreso  con una tenue luz azul.







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