Concierto | Fito Páez: Liberando la noche de Santo Domingo

Les contamos como fue el concierto del rosarino en la capital dominicana

Foto: Carlos E. Padilla

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Fito Páez es un habitual en tierras quisqueyanas. Su último recital, hace casi tres años, fue armado de piano y voz, y ahora desembarcó con banda el completo para desarrollar una puesta en escena sencilla y potente en el marco de su Gira Ciudad Liberada. Esto pasó este viernes 3 de mayo en el Hotel Jaragua de Santo Domingo y las expectativas estaban al alza, vista y oida la calidad de su disco más reciente, que ha significado el renacer del Fito grande.

Precisamente la canción Ciudad Liberada abría el espectáculo, siendo un acto revelador de la forma en que Páez concibe la naturaleza de una ciudad libre, sin límites y con pasiones expansivas. De Ciudad de Pobres Corazones a Ciudad Liberada ha corrido mucha agua bajo los puentes y esta feliz madurez le ha sentado al argentino como guante.

Lo que siguió fue un repaso a conciencia de uno de los cancioneros imprescindibles de una Latinoamérica que en algún momento fue terreno del rock: Aleluya al Sol, Cable a Tierra, Tu Sonrisa Inolvidable, Fue Amor, Tumbas de la Gloria y Plegaria completaron un primer segmento con un público aún acomodándose en las vibraciones de Páez, cambiando el chip mental para poder asimilar las maravillas surgidas de un músico total, que pasa del piano a la guitarra como quien pasa páginas de un buen libro. Su voz, intacta, nos llevaba a lugares conocidos y pretéritos.

El argentino suele ser generoso en comentarios entre canciones y en esta velada dominicana hizo honor a esa fama. Relató el origen de muchas de sus canciones y fue particularmente emotiva la forma como le dio un lugar de privilegio a Un Vestido y un Amor, tema que compuso para su eterna Cecilia Roth. 


El pulso del aforo se aceleró con el tema más consistente de Ciudad Liberada, Se Terminó, redondeando el despertar del público con la siempre ganadora Al Lado del Camino, un canto irresistible para ser coreado con mucho calor.

Con Circo Beat llegamos a una de las cumbres del recital es este un tema incendiario, funk rabioso que nos muestra al Fito Páez más visceral. Luego calmó las aguas con la fascinante Brillante sobre el Mic del clásico El Amor Después del Amor.

Ciudad de Pobres Corazones es el oro del botín Páez, su composición más dolorosa por los hechos que lo originaron y marcaron la vida del rosarino. Sin dejar que bajara la marea, Fito entonó a la perfección A Rodar mi Vida, otro de los temas destacados de El Amor Después del Amor.

El encore no se hizo esperar, con Dar es Dar y Mariposa Tecknicolor como dardos envenenados para confirmar un triunfo sin paliativos. Fito Páez cerró el circulo al filo de la medianoche, dejando para los registros un concierto impecable, vibrante y atemporal, porque este Fito de hoy es el mismo que hace una década, o dos, nos hacía cantar a voz en grito. Páez liberó la noche, para quien les escribe y para todos los que tuvieron la fortuna de compartir con el genio argentino, justo al lado del camino.








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