Entrevista | McEnroe: “Hay que encontrar siempre la distancia adecuada, saber romper la que te separa de lo que eres”

McEnroe acaba de lanzar La Distancia y sobre esto conversamos en profundidad con Ricardo Lezón


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Sobre el amor al padre, al amigo, al hijo, a la naturaleza, a quien amas. Sobre el amor en sus muchas formas se canta en las nueve canciones de La Distancia, el nuevo álbum de McEnroe, su sexta placa dentro de una discografía soberbia, genuina y atemporal. Ellos mismos han definido a la perfección su presente y lo que sienten sobre La Distancia: “Estamos felices de haber hecho este disco. De habernos rodeado tan bien de nuevo, de que una artista a quien admiramos tanto como Silvia Grav haya querido ponerle imágenes, de que Jimena haya cantado tranquila y feliz. De a donde nos ha llevado el impulso… Quien sabe si habrá otro disco. ¿Qué más da si habrá otro disco? Este está aquí, y este aquí siempre estará cerca”.

Ricardo Lezón, voz, compositor y la cara más visible del quinteto de Getxo ha contestado con generosidad en detalles a nuestras preguntas, revelándonos matices íntimos de uno de los discos más importantes de este año (y de los años que vendrán). McEnroe es de esos nombres propios que generan respeto y admiración a partes iguales y sus palabras nos reafirman en esos sentires.





Ricardo Portmán: A veces la distancia realmente une. ¿McEnroe habría sido lo mismo sin la persistente distancia geográfica entre sus integrantes?

Ricardo Lezón: No, no hubiese sido lo mismo. La distancia geográfica nos ha servido muchas veces para echarnos de menos y también para disolver un poco el carácter que tenemos que es poco dado a la disciplina y muy al libre albedrío. No se lo que hubiese ocurrido si hubiésemos tenido la posibilidad de poder ensayar todos los días pero tampoco me importa mucho. Estamos muy cómodos y tranquilos con lo que somos. Siempre nos hemos sentido muy cerca y esa sensación de querer aprovechar las oportunidades que hemos tenido esta en las canciones.

RP: Vuestro anterior Rugen Las Flores tiene el aura de disco definitivo, de cumbre, pero esos discos también pueden significar finales de carrera ¿Pudo ser aquel vuestro álbum final?

RL: Cuando acabamos la gira de Rugen las Flores sentimos que habíamos llegado a algún sitio que no se bien como llamar, una especie de convencimiento sordo de que lo próximo tenía que llegar sin buscarlo y que si no llegaba pues no pasaba nada. Pudo ser el último disco si, y puede también que lo sea este. 

RP: ¿Quedaron cosas por decir en Rugen Las Flores, que ahora se dicen en La Distancia?

RL: No era tanto una cuestión de tener cosas que decir sino de si hacia falta decirlas y de tener ganas de hacerlo. La Distancia es un disco muy diferente, esa es nuestra sensación. Rugen era eso, un rugido, un decir en alto muchas cosas y La Distancia es decirlo sosegadamente.

RP: ¿Cuándo sentiste que McEnroe debía tener nuevo disco? ¿Cuál fue esa canción que generó la chispa de la llamarada de La Distancia? 

RL: Tenía varias canciones grabadas con el ipad, soy un desastre tecnológico y métrico y sonaba como el infierno pero me gustaban. Un día en casa de Gonzalo le enseñe una, la ensayamos con el piano y vimos que había llegado la hora. La canción era Asfalto (Libres los Animales). A partir de ahí nos entro el ímpetu y cuando nos entra se va contagiando y lo hacemos todo muy rápido, como con la idea de que si dejamos que se seque se pudre.

RP: ¿Qué experiencias y nuevas artes te dejó Lluvias y Truenos (con The New Raemon) y tu disco solista Esperanza? 

RL: Con Ramón aprendí muchas cosas y también haciendo Esperanza. La gira con The New Raemon fue fantástica, tuve la oportunidad de tocar en muchos sitios y salí muy contento. Con Esperanza todo fue positivo y enriquecedor.

RP: Ricardo, ¿Qué matices hacen que una canción sea para McEnroe o sea para otros proyectos paralelos?

RL: Pues lo sé de antemano. Cuando me siento a escribir o cojo la guitarra ya sé que es lo que estoy haciendo y para qué. McEnroe somos un grupo, las decisiones las tomamos entre todos, de la primera composición o idea a la canción final hay un camino que decidimos todos. 


RP: El amor como argumento central de una canción. ¿Consideras que siempre quedan cosas que decir del amor, sin sonar repetitivo? 

RL: Todas las canciones que me han emocionado en mi vida hablaban de amor y McEnroe hacemos canciones para que nos emocionen, no tenemos más recompensa que ésa. Sobre el amor se puede escribir desde muchos sitios. La Distancia habla del amor a un amigo, a unos padres, a los hijos, a paisajes o a uno mismo. Si hay que repetirse sobre algo que sea sobre eso.

RP: ¿Podría ser que la vida es ya de por sí demasiado dura y perra como para meterle política, tristeza o rencor a las canciones? 

RL: La política, la tristeza y el rencor ya están por todos lados. No tengo ninguna gana de escribir sobre cosas que no me producen ninguna alegría o que me producen sensaciones malas. La vida es dura y perra pero también es luminosa.

RP: Los nueve temas de La Distancia transmiten mucha paz y una serena introspección. Incluso un dejo nostálgico a lo Automatic For The People… 

RL: Creo que es un disco muy sosegado, en cierta manera onírico y que esta muy en el presente. Transmitir paz es algo de lo que te puedes sentir muy orgulloso en los tiempos que corren.

RP: ¿Coincidisteis los cinco McEnroe en el estudio? ¿Cómo se vivió y sintió esa primera sesión?

RL: Sí. Grabamos el disco en dos tandas. Las bases las grabamos en directo en los estudios Tío Pete de Urduliz y allí coincidimos todos. Después bajamos a La Mina Gonzalo y yo y lo terminamos con Raúl. Fue muy emocionante todo el proceso, lo hicimos con calma, ilusión y cariño y creo que todo eso está en las canciones.

RP: La distancia -siempre volvemos a la distancia como concepto- entre los involucrados representaría un reto para programar la grabación…

RL: Aprovechamos las Navidades, Pablo venía de México y Gonzalo de Madrid. Teníamos un poco de miedo de tener el tiempo tan justo pero fuimos muy concienciados y todo fue muy fácil, como si todas las ganas condensadas en estos cinco años saliesen de manera ordenada y suave.

RP: En Asfalto (Libres los Animales) canta tu hija Jimena, que repite tras la brillante Arena y Romero. ¿Esa sincera conexión artística padre-hija podría ser una de las mejores y más importantes ‘consecuencias’ de tu etapa solista para el presente de McEnroe? 

RL: Jimena ya cantó con nosotros en Rayo de Luz. Siempre nos ha gustado el contrapeso de una voz femenina, Miren canto con nosotros en los primeros discos y ahora tenemos la suerte de que Jimena quiera cantar con nosotros. Para mí poder hacerlo con mi hija es lo más grande que me ha pasado en esto de la música. Creo que aporta mucha luz.

RP: Continuando con Asfalto, podemos percibir en su letra, en la manera que es cantada, que es como si hablara otra persona a través de ti…

RL: Asfalto (Libres los Animales) es un pasaje real. Un paseo que di con Jimena y es ella quien habla a través de mi voz. Sucedió hace unos años y ahora me sucederá cada vez que escuche la canción.

RP: “Nieves en los tejados… briznas de hierba… luz en el alba y rocío en las calles”. En Cerezas parecen aflorar dentro del relato imágenes evocadoras a tu tiempo en la naturaleza soriana. ¿Echas de menos ese entorno, tan propicio para crear desde la sencillez de lo natural?

RL: Echo mucho de menos aquellos paisajes y aquel tiempo, toda aquella paz. Ahora también vivo algo apartado y cerca de la naturaleza. Me inspira mucho, me da mucha felicidad y siempre me gusta escribir sobre lo que me aporta felicidad. En la naturaleza lo encuentro todo. 

RP: ¿Se puede componer con la misma naturalidad entre el estéril concreto citadino? 

RL: Las ciudades no me gustan, no me siento a gusto y no me inspiran para escribir, me conformo con sobrevivir a ellas. No me gusta la velocidad, la sensación de competición, el ruido.


RP: En La Distancia del Lobo cantas “Hay un lugar en mi al que nunca voy por miedo a quedarme”. ¿Cuál es ese lugar -con el que guardas, precisamente- distancias? Transmite un sutil nomadismo emocional…

RL: Esa canción habla de corazón y razón, la lucha eterna. Del miedo a dejarte llevar por la emoción, de contenerte por pavor a fracasar cuando el fracaso es no hacerlo. Habla de rendirse a lo que sientes de verdad. De lanzarte a vivir la vida que quieres vivir en lugar de estar contándola o soñándola. De vencer al miedo en realidad. Esa es la idea, básicamente. 

RP: El nexo conceptual entre todos los artes del disco y singles es una llamarada en medio de situaciones diferenciadas. ¿Quizás sea ésa la mejor representación de lo que es la distancia entre las personas que se quieren y -por qué no- también de McEnroe como un grupo de amigos separados por las millas… la persistencia de la emoción a pesar de la lejanía?

RL: Va por ahí, sí. La distancia es un concepto muy voluble y difuso, puedes manejarla a veces, para alejarte de lo que no quieres, para acercarte a lo que hace sentir bien, también funciona de esa manera, estar lejos geográficamente no significa estar lejos emocionalmente y viceversa. Hay que mantener siempre viva la llama. Hay que encontrar siempre la distancia adecuada, saber romper la que te separa de lo que eres. 

RP: La gira promocional supondrá un reto logístico, al no estar todos los ‘McEnroes’ en el mismo continente…

RL: Bueno, tenemos ya mucha experiencia en hacer malabarismos. Haremos los conciertos que nos haga ilusión, no una gira convencional. Nos acompañará Pablo Jaén, de Gringo y Trampas, al bajo cuando Pablo Isusi no pueda estar y también Jaime Arteche, ex Joe La Reina y Tulsa, a los teclados. Intentaremos hacerlo bien como lo hemos intentado siempre.

RP: Para cerrar. En la nota promocional dicen “Quien sabe si habrá otro disco. ¿Qué más da si habrá otro disco? Este está aquí, y este aquí siempre estará cerca”. ¿Os queda la misma sensación del final de Rugen Las Flores? ¿La Distancia también podría ser -de alguna manera- La Despedida de una etapa o una forma de abordar vuestra música?

RL: Solo sabemos que este es nuestro último disco, ahora. No hacemos planes, no nos gustan y se nos dan muy mal. Ahora a disfrutar de tocar estas canciones y después lo que llegue. Siempre vamos a estar juntos, haciendo discos o tomándonos unas cervezas y yendo a conciertos. No va a ser una despedida de nada, eso seguro. |








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