Especial | Nuestras 10 canciones de McEnroe

Nuestra firma Teresa Cerón selecciona y profundiza en el cancionero de punta de los de Getxo

[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo

No necesitan demasiada presentación. Para muchos de nosotros, la música española de los últimos diez años, no sería lo mismo sin McEnroe. En Ecos del Vinilo somos muy devotos de su cancionero, y para celebrar que están terminando la grabación de un nuevo disco de estudio previsto para este año 2019, hemos seleccionado diez de nuestras canciones preferidas de la formación para ir calentando motores.


El Sur De Mi Vida
Probablemente uno de nuestros temas favoritos de la discografía de los de Getxo. Corría el final de 2003, cuando el grupo grababa su primer larga duración bajo la batuta de Paco Loco, en el Puerto de Santa María (Cádiz). Al disco se le titula El Sur De Mi Vida y se autoedita bajo el sello Un Hombre Encantado.

La canción escogida advierte el potencial lírico de McEnroe, a pesar de sus versos breves. Es un poema potente que destila melancolía ahondando en la desilusión, la pérdida, y el sentimiento de abatimiento que genera otro fracaso amoroso.

Conforme avanza la letra, Ricardo Lezón (autor por excelencia de la formación) se recrea en los recuerdos que uno acumula a pesar del paso implacable del tiempo. Comprobando a lo largo de la canción, que nuestra memoria es tan selectiva como queramos que sea y que siempre nos agarramos a lo que ya no puede hacernos daño.

La sencillez de su música nos absorbe en una especie de remolino embriagador, mientras somos testigos  impasibles de la unión entre el día y la noche. Entre el norte y el sur del corazón. Nos encanta su verso final: “ Y ahora / que se ha hecho de día / viajo despacio / al sur de mi vida”.
Montreal

Segundo corte de Mundo Marino, disco que publican en 2008 con Subterfuge Records. Es el primer disco considerado “oficial“ de la formación integrada por Ricardo (voz y guitarras), Edu (batería y percusión), Gonzalo (guitarra eléctrica), Jaime (guitarras) y Pablo (bajo), el cual se incorpora en esta época enriqueciendo el sonido de futuras composiciones.

La letra de Montreal se enquista en la añoranza.  Da vueltas entorno a los momentos de felicidad compartida. Una felicidad que ya es pasado. Posee versos épicos de absoluta introspección: “Hoy he pensado en ti al caminar / ya sabes lo poco que me gusta andar / En cómo fabricabas todo ese arsenal /para no hacerlo nunca estallar”. La instrumentación es perfecta. Muy original. Básicamente  influida por la carga emocional y sentimental de la letra.


Planetas

Creemos que Planetas es una de las canciones que mejor advierte el sonido, o si queremos llamarlo de otro modo, el sello de la casa McEnroe. 

Es una pieza que destila fabricación de banda, un tema básico en el repertorio del grupo gracias a sus guitarras sobresalientes. Sus arreglos oscilan entre el pop y el rock casi al final del tema y su letra toca la fibra sensible convirtiéndola en un tesoro antiguo. Para nosotros, apunta maneras de clásico. Planetas nos turba emocionalmente justo en esa parte que apunta: ”No me canso de esperar / mi única oportunidad son tus palabras / Puedes verme sonreír / pensar que soy feliz / y estarás equivocada”.

Sin duda, uno de los temas más redondos y brillantes de Mundo Marino.



4 
La Noche De San Juan

Melancolía seductora, y por qué no decirlo, entrañable para este tema extraído de Tú Nunca Morirás, tercer disco del grupo publicado a finales de 2009, que les otorgó el reconocimiento por parte de la crítica especializada del país. Lo produjo Abel Hernández. Tú Nunca Morirás les brindó un nuevo estatus también, de cara a un público, cada vez más numeroso y leal.

Algunas voces lo calificaron como el trabajo más oscuro de McEnroe, nosotros no nos atrevemos a tanto, pero reconocemos que es el que encierra más atmósferas opresoras por canción. Contiene un puñado de buenos temas. Es complicado elegir una canción como predilecta; en realidad destacan muchas: El Alce, Tormentas, Los Valientes, o la tristísima Naoko. Podríamos hablar de cualquiera, pero nos quedamos con La Noche de San Juan por el simbolismo que encierra. Sus versos son muy inspiradores, transportándonos a la noche más larga del año. Sentimos mientras la escuchamos, que somos capaces de quemar en la hoguera todas esas cosas viejas que nos estorban, y junto a ellas los recuerdos que más nos duelen: “Sentir seguro / que hay gente como tú por los parques / Cambiaría mi vida por un instante / cómo explicarte ahora / después de haber pasado la noche de San Juan a tu lado / que mirando las hogueras arder / he cambiado”.

Magistral letra para un tema inagotable que cuenta con la colaboración de Miren Iza, líder de Tulsa,en los últimos minutos. Sus recursos melódicos la convierten en una obra de arte natural y transparente.


Cuando Suene This Night  

Otra gran canción que solo podría escribir Ricardo. Nos encanta que la melancolía vuelva a ser la protagonista indiscutible de la letra y analizar cómo divaga hasta el punto de entrar en bucle, confundiéndose con la desazón: “No van a volver/ pero no se van / las tardes en que todo parecía no tener final / Solías venir/solo con llamar / con tu camiseta rota de los Smiths / Siempre te querré / llegaste a decir”.

Canciones  como esta, que nunca llegan a ser singles, parecen perderse en el espacio discográfico del grupo. Realmente podríamos considerar Cuando Suene This Night de ese tipo de canciones que consolidan a Lezón como un poeta grandioso. Tristeza, tensión y complejidad sonora para un tema que dista de querer parecer pretencioso.


6
Arquitecto

Drama, melancolía (nuevamente) y un río interior que arrastra aguas turbulentas alimentando la sensación de abandono. Eso es Arquitecto, una letra de altos vuelos. Profunda. De una sonoridad espectacular. Una de las canciones más bellas de Las Orillas, el disco alegre, el disco optimista de los getxotarras. Fue publicado en el año 2012, bajo la producción de Raúl Pérez y nos ofrece otra cara de la moneda. Probablemente porque fuera grabado en el sur, en pleno verano, en Las Orillas entra el aire porque la ventana permanece abierta. Es aire fresco que renueva el ambiente, de ahí canciones como Vistahermosa, Agosto del 94 o Las Mareas.

En Arquitecto, la voz de Ricardo adquiere más protagonismo de lo habitual. Da la sensación de que el intérprete se ahoga entre sílabas, mientras las capas sonoras arropan a la incomprensión en versos como este: “Una mañana del uno de enero / de un año que yo creía nuevo / elegí el camino más corto / y ahora estamos mucho más lejos / Y lo mejor de toda esta historia / lo mejor es que yo a ti te quiero / y el amor con el que yo te quiero/no lo tira el frío, ni el viento”.


Las Mareas

De pronto un día el agua empezó a caer.
 Del suelo seco una flor empezó a crecer.
 Y no paró.
 Y no paró hasta llegar al fondo de tu corazón.
 De pronto un día, tus ojos empiezan a ver.
 Todo lo bueno que queda por conocer.
 Y no paró.
  Y no paró hasta llegar al fondo de tu corazón.
 Ya no temo a las mareas que vienen y van.
 Ahora me tumbo en la arena a verlas pasar.
 Ya no temo a las mareas que vienen y van.
 Ahora me tumbo en tus piernas a verlas bailar”.

Esta canción, es a nuestro parecer, la que mejor define el modo de proceder, entender y ejecutar la música que tienen los integrantes de McEnroe: Sin presiones, dejando que las ideas fluyan con naturalidad, sin premeditación, abordando temas que les inquietan o agobian.

Las Mareas llegó y se quedó como canción alegre y optimista dentro Las Orillas. Al ejecutarla en vivo, la luz y la felicidad que derrocha su letra zigzaguea en una melodía de folk exquisito que sana la fibra más sensible del ser humano.


8 
Vistahermosa

La canción con la que algún que otro miembro de este equipo, se enganchó a McEnroe.

Su letra es puro nihilismo. Un nihilismo propio del que se reconoce observador y es consciente de que las cosas no son como uno creía. Que la realidad explota ante nuestros ojos, es una evidencia que ya no puede ni debe maquillarse. Pero la voz que subyace en Vistahermosa es valiente, constante y ante todo, asume que sus sentimientos han sido malheridos huyendo del malditismo. Para muestra, estos versos perfectamente armados: “Una tarde en el agua / de pronto caí en la cuenta / de que tú no me amabas / que me habías dado la vuelta / Que tu amor era una idea / y esa idea era tan mala / como tú”.

En el apartado musical, la canción es de un despliegue asombroso. Se percibe que tocan mejor, importándoles muy poco el hacer algo más de ruido. Es en definitiva, un deleite para nuestros sentidos.

Cae La Noche

Abre Rugen Las Flores, último disco editado hasta la fecha con Subterfuge Records en 2015. 

Cae La Noche es un derroche de luz, una lluvia de felicidad bañada en cierta ingenuidad que nos anuncia un puñado de canciones que por sencillas son bellísimas. En Rugen Las Flores se trazan mapas, se viaja a Roma, Londres, y Manhattan, la luz nos absorbe en La Electricidad, y Lou Reed nos visita en Coney Island. No se nos ocurre mejor canción para abrir un disco que se mueve como pez en el agua en el plano de las emociones: “Cae la noche sobre mi / como un manto de aire feliz/ me das la mano sin avisar / y nos tumbamos a escuchar / Suena el pequeño balanceo de los árboles al bailar/ como queriendo anunciarnos/de que el viento va a cambiar”.

Sus guitarras al comienzo de la canción, nos avisan que existe la felicidad y la plenitud sensorial. Los recuerdos más bonitos son los más simples al fin y al cabo.


10 
Vendaval

Cierra Rugen Las Flores condensando el mensaje de todo el disco. Es un tema impulsivo y crudo. Una canción consistente, muy de banda, bestial en su desarrollo instrumental. Vendaval proyecta emoción, pero sin tanto peso. Hay dolor y sanación. Antes de que el amor se acumule y nos ahogue, se le deja ir en forma de explosión musical. Como muestra el final de la canción: “Buenas noches mi amor / que ya no sé dónde estás tú / dónde estoy yo / Siempre estarás junto a mi / que sea otro quién te haga feliz”.


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