Crítica | Zahara: Un viaje por el universo Zahara

Crítica | Zahara: Un viaje por el universo Zahara
Astronauta
[G.O.Z.Z. Records]
★ ★ ★ 
[Teresa Cerón López] @ecosdelvinilo
 
Somos en Ecos Del Vinilo muy fans de Zahara y no vamos a ocultarlo. Somos fans de su poesía sutil, del modo tan bonito que tiene la ubetense de musicalizar historias cotidianas y escenas corrientes, desde la óptica del amor. Nos gusta su manera de cuidar hasta el más mínimo detalle haciendo partícipe al oyente de sus historias y decisiones, utilizando en muchas ocasiones un humor muy sabio.
 
Hace apenas un par de meses publicaba Astronauta (G.O.Z.Z, 2018), su quinto disco de estudio tras tres años de silencio, en los que a Zahara le ha dado tiempo a dar una vuelta por el espacio y hacernos muy buenos regalos mientras duraba su travesía. Nos referimos a un libro precioso titulado “Trabajo, Piso, Pareja”, un EP en el que homenajeaba a sus series favoritas, y un tierno bebé, apodado “el bichín“ por la propia Zahara el cual es responsable, en cierto modo, del sentimiento y el mimo que destila Astronauta. Porque las diez canciones que conforman este disco son un auténtico viaje hacia lo desconocido que, en Ecos Del Vinilo, llevamos casi dos meses disfrutando y por qué no decirlo: Saboreando lentamente mientras deambulamos perdidos por el universo Zahara conscientes, eso sí, del deleite que  supone para nuestros sentidos. Nos encanta seguir presos por su voz aterciopelada, protagonista de una dimensión gigante en la que abunda la magia y las buenas melodías.
 

Astronauta supone para nosotros la continuidad de un camino que la intérprete de “Con Las Ganas” inició en Santa (G.O.Z.Z, 2015), un disco redondo de pop en el que predominaban los instrumentos múltiples y las capas que envolvían las canciones dotándolas de complejidad y enriqueciéndolas al máximo. Pues bien, creemos que ese humilde caminito, se ha consolidado en Astronauta.

 
El vuelo despega con “David Duchovny“, un tema muy potente, heredero de sonoridades pasadas. Una canción impactante en la que se mezclan el pop, el rock, y la electrónica. Su letra no tiene desperdicio. Quería Zahara narrarnos su pedida de mano en Nueva York sin caer en lo cursi, y utiliza para ello, referencias constantes a Expediente X y a Cómo Conocí A Vuestra Madre. Consigue que bailemos y nos enganchemos a su historia desde el inicio de la canción.
 
Le sigue “Guerra Y Paz”, uno de nuestros temas preferidos. En esta ocasión, Zahara cuenta con la colaboración de Santi Balmes para musicalizar una historia de desamor, ruptura y pérdida a ritmo de sintetizadores y piano. Sus versos son demoledores. Como prueba este: ”¿Cómo era el amor que sentías por mí? No consigo recordarlo”. Expresa perfectamente ese punto de la relación en la que ya no conoces al otro. Posee un sonido completo y envolvente en el que se pueden apreciar múltiples detalles y la esencia de Zahara, antes de dar paso a “El Fango”, una canción de pop clásico que nos podría recordar a sus anteriores trabajos, pero que lleva un sello inigualable: La madurez como compositora de la artista. Es una canción bellísima a la par que triste, y nos gusta la rabia que rezuma su voz en el estribillo, como queriendo dar una patada a un fallido y mediocre pasado.
 
“El Fango” abre paso a “Big Bang”, una balada intimista. Realmente una joya que cuenta con la voz de Miguel Rivera de Maga. Apostillaba  Zahara que la letra de la canción, está inspirada en un poema del propio Miguel. Ambas voces empastan a la perfección saliendo airosas de este duelo. Zahara cuenta con otra mano amiga para envolvernos con cadencia y complicidad y realmente, lo vuelve a conseguir.
 
Hemos de confesar que se nota el toque maestro del productor Matthew Twaites prácticamente en todo el trabajo, salvando “David Duchovny “ y “Bandera Blanca”, orquestados por la batuta de uno de los grandes aliados de Zahara desde tiempos inmemoriales: Nos referimos a Sergio Sastre, integrante del grupo Miss Caffeina y pre-productor de estas dos canciones, las cuales podrían traernos a la memoria los primeros sonidos que dieron a conocer a esa jovencita de Úbeda que recorría escenarios pegada a una guitarra y que, miraba al público que acudía a sus primeros shows, con una mezcla de miedo e incredulidad. 
 
La canción que viene a continuación es “Bandera Blanca”, dicen que aspiraba a recibir el honor de ser el primer single de la producción, pero se quedó a medio camino. Es  sólida y también muy triste. Utiliza la retórica para transmitir dolor y añoranza por lo que pudo ser y nunca será. Va prácticamente de la mano de “Multiverso”, segundo  single de Astronauta. En un principio cuesta conectar con el mensaje. La interpretamos como una especie de cuento cuyos protagonistas son  hijos hablando, o haciendo recordar a sus padres hechos y vivencias en teoría olvidados por el paso del tiempo. “Multiverso” es ante todo un diálogo con nuestras propias emociones, y suponemos que la reciente maternidad de Zahara tiene mucha responsabilidad en los versos de la canción. A ratos, podría parecer pesada, pero cuaja, lo cual la convierte en una pieza fundamental en el engranaje de la nave.
 
De la siguiente canción, “Hoy La Bestia Cena En Casa” está todo dicho, o creemos que casi todo. Le arrebató el honor de ser primer single a “Bandera Blanca”, y aterrizó acompañada por un videoclip rompedor lleno de luces, sombras y brillos, dispuesta a convertirse en todo un himno generacional feminista. Es la canción diferente. El parte aguas de Astronauta. Un tema reivindicativo que abofetea a todo aquel que considera legal comercializar con la vida humana, y que en la totalidad del disco, podría antojarse a la vida allá arriba, en el espacio. Solitaria y aislada. Así  es “la bestia” dentro de este compendio de canciones.
 
“El Diluvio Universal” completa la tristeza con magia y belleza. Es Preciosa por su lenguaje, por sus capas suaves, porque nos envuelve….
 
Casi llegando al final del vuelo, nos topamos de bruces con “Adjunto Foto del Café Verbena”, que nos transporta a un bucólico balneario de Jaraba abarrotado de abuelitos que irradian felicidad. Es intimista y pequeñita. Muy Zahara. Muy nosotros también, convirtiéndose en la antesala de “El Astronauta“, tema que cierra el trabajo con broche de oro. Es una nana que nos impulsa a decir adiós al mundo conocido.Una metáfora de la maternidad pura y dura. En la versión exclusiva de Spotify, Zahara despide el disco con un bonus track de “Guerra y Paz”. La canta bajito, a una sola voz, y nos dice adiós sin hacer demasiado ruido. 
 
En su afán por sorprender a los tripulantes, la astronauta Gordillo nos regala el disco dentro de una hermosa caja diseñada por Emilio Lorente que contiene una foto del Café Verbena, una carta que sólo se puede abrir en caso de emergencia, relatos que acompañan las letras, soles, planetas, carnets espaciales y una original portada holográfica que ilumina cualquier estancia que se precie.
Astronauta es ya uno de nuestros discos favoritos del desaparecido 2018, aunque creemos que nos va a acompañar a lo largo de este año que recién empieza, porque en Ecos del Vinilo somos muy fans del buen hacer, del lirismo, de los pequeños detalles y de los compositores que adquieren solidez con el paso de los años. Creemos que a Zahara le sobran cualidades para convertirse en la estrella que para nosotros ya es, y le damos las gracias por este bonito viaje hacia las profundidades de nuestros miedos y fobias titulado Astronauta. Un trabajo lleno de lirismo y de exquisita calidad musical.


 

Copyright © 2018 Ecos del Vinilo.
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin previa autorización del autor.