Entrevista | Arizona Baby: “Crítica, público y compañeros de escena nos hacen sentir vigentes y relevantes”

Hablamos con Javier Vielba sobre Sonora, el presente de la banda y sus entresijos creativos 

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Hay que decirlo de entrada: los pucelanos Arizona Baby consumaron este año un nuevo acto magistral con su álbum Sonora, un trabajo que enamorado a propios y extraños, y esto debería verse como algo natural, incluso lógico viniendo las estrofas de quien vienen. Javier Vielba, Rubén Marrón y Guille Aragón no son solo un power trio acústico, es un triunvirato de sapiencia sónica, de buen hacer y respeto por las raíces de la música. Ellos disfrutan -es evidente- y su gozo es también el de su público y de no pocos medios especializados.

Sobre Sonora y las lecturas que genera, sus influencias, evocaciones y buenas artes, incluso hasta aprendiendo que no siempre se puede confiar en el oído propio para sacar los únicos dos acordes de su magistral Just Say It’s So, sobre esto y más pudimos charlar a la distancia con Javier Vielba, la voz y guitarra rítmica de unos Arizona Baby sencillamente imparables.

Ricardo Portmán: Un placer conversar con vosotros. Sois orgullosos pucelanos del Mississipi. Pocos o nadie puede presumir de ello…

Javier Vielba (guitarra y voz): Somos orgullosos pucelanos del Pisuerga. Cada día somos más las personas que nos sentimos así, desde luego en la escena artística local se nota desde hace tiempo. 
RP: Han sido cuatro años desde Secret Fires ¿Qué chispazo os llevó a volver a grabar como Arizona Baby?
JV: Los músicos tenemos la fea costumbre de querer comer y tener un techo bajo el cual dormir. Un grupo es como el agua, si no se mueve se estanca y no mueve molino. De todos modos en estos cuatro años no hemos estado parados. Ha habido mucha actividad en los frentes de Corizonas con “Nueva Dimensión Vital” y “Más Allá” y de El Meister con “Fantasmagoría”. Además he sacado tiempo para producir “Siboney” y “Antigua y Barbuda” de Ángel Stanich y girar con El Meister durante un mes por Estados Unidos (donde también trabajé en la preproducción de “When the Beast is After Me” de Abstract Artimus, un grupo de Nueva York). 
RP: ¿Cuál es esa pequeña o gran diferencia de fondo entre Arizona Baby y los proyectos Corizonas/El Meister?
JV: Supongo que todos comparten un espíritu y una filosofía básica, pero difieren en forma y dinámicas creativas. Para mí no es lo mismo componer solo, con otras dos personas o con otras seis. Las instrumentaciones cambian, los idiomas y las referencias. Es como tomar una droga u otra: aunque sigues siendo tú, el pedo es distinto.   
RP: La sombra del magnífico Secret Fires es alargada ¿Sienten -de alguna manera- que deben superarlo con el nuevo álbum?
JV: No nos gusta ver el arte desde una perspectiva competitiva. Cada disco es único y especial por sí mismo y no tiene que competir con nada ni nadie. Es el “Evangelio del Rock” según Arizona Baby, por entregas y a lo largo de los años. “Secret Fires” nos parece un gran disco y nos ha dado muchas alegrías, pero en este momento lo que somos es “Sonora”, eso es lo que representa el momento actual del grupo. 
RP: Sonora es vuestra ‘nueva hija’. ¿Que sentís como padres de una criatura tan potente?
JV: Hay una unánime sensación de plenitud. Hemos superado nuestras expectativas y nos da la sensación de que las del público y crítica también. ¡Somos fans de nuestra propia banda!
RP: Antes de grabar, con los temas en borrador ¿Cuál era la premisa del disco aún nonato? ¿Qué deseaban que tuviera y que no?
JV: Como siempre, nuestra intención es componer, arreglar y grabar las mejores canciones posibles en cada momento. Para este disco queríamos hacer canciones pensando en el directo, canciones muy rítmicas y emocionantes que propiciasen nuevos conciertos memorables. Hemos sacado a flote nuestra esencia más “rock” hasta la fecha. No hubo borradores del disco, fuimos por etapas. 

Llevábamos cada uno las canciones o riffs al local más o menos abiertos y a partir de ahí lo “arizoneábamos” juntos… le dábamos una forma definitiva, tocando horas y horas en el local como se ha hecho toda la vida. Cuando teníamos seis canciones nos íbamos a un estudio a grabarlas en caliente. La  primera etapa la grabamos en Dobro Producciones (Valladolid) con Javier Nieto, la segunda en Revi Rock (Madrid) con Daniel Alcover y la tercera en Estudio La Mina (Sevilla) con Raúl Pérez. Ha sido un proceso largo y tortuoso pero muy satisfactorio y revelador para nosotros.  
RP: UpDownAroundGo abrió los fuegos ¿Por qué eligieron este tema como sencillo promocional?
JV: Podría haber sido cualquier canción del disco, la verdad. Nos pareció una buena canción de rock psicodélico arizónico y tanto nuestro manager como nuestra compañía apoyaron entusiasmados la elección de este tema.



«No pretendemos ser retro, ni vintage, ni nos gustaría ser derivativos de nada muy concreto»

RP: Walking Contradiction, Make Believe y What You Are remiten mucho a Tom Petty ¿Cuánto les ha influido, en vuestra carrera y más específicamente en el enfoque de Sonora? Fue una gran pérdida la suya…

JV: Se echa de menos a Tom Petty, enorme artista que ocupa un merecido puesto en nuestro santoral. En cuanto a las canciones, me parece muy bien que cada uno perciba lo que hacemos desde su perspectiva. A mí me remite a otras muchas cosas y a otra gente a otras. Es la magia de la música. Pero vamos, respondiendo a tu pregunta, sólo se nos pasó por la cabeza Tom Petty en “Walking Contradiction”, la verdad… y seguro que a otra persona le recordará a otra cosa. 
RP: Keep Yourself To Yourself es muy The Band (es sencillo imaginarla en la voz de Levon Helm) pero sorprende con un guiño a Led Zeppelin, especialmente al riff de Ozone Baby (del álbum Coda) ¿Fue algo premeditado?
JV: No, para nada. Nosotros no somos un grupo “de manual”. Ni pretendemos ser retro, ni vintage, ni nos gustaría ser derivativos de nada muy concreto. Obviamente nos gustan The Band y Led Zeppelin… pero seguimos una tradición musical muy amplia, tan amplia y dilatada en el tiempo que nos permite ser únicos a nuestra manera y tener un sonido propio. Cuando hacemos canciones no buscamos ningún manual de instrucciones, simplemente tocamos y nos dejamos llevar. Tras ese chispazo creativo en el que sale el arte puro, aplicamos el oficio aprendido para dar forma a la mejor canción posible desde nuestra perspectiva y capacidad. Lógicamente todo nos puede recordar a algo, en esa cualidad evocativa reside gran parte del poder de la música, a mi modo de ver. Como receptores, tendemos a comparar lo nuevo con lo que ya conocemos para identificarlo y ubicarlo, es un instinto natural bastante pragmático. 
RP: Es inevitable la parada en la mántrica Just Say It’s So. Son catorce minutos en trance (en mi menor y la) que francamente se hacen cortos ¿Cómo se gestó este tema? ¿Qué les llevó a no parar la grabadora y seguir tocando sin parar? Pocos se atreven a estas extensiones…
JV: No somos un grupo que busque complacer al público sin más. Nos gusta disfrutar nosotros ante todo y eso contagiarlo a los demás, compartirlo con todo el mundo. Casi aciertas los acordes, pero son LA menor y RE mayor séptima. ¿Dos acordes durante 14 minutos? Sí, eso era parte del reto. Me ha obligado a jugar mucho con las dinámicas en la guitarra rítmica, muy compenetrado con Guille Aragón –con su batería y percusiones ejerce casi de director de orquesta- y le hemos dado alas a nuestro guitarrista Rubén Marrón para que convierta algo que podría haber sido tedioso en algo mágico y excitante. Nuestro guitarrista es para presumir, ya va siendo hora de que se le reivindique como se merece y esta canción es nuestra forma de poner el foco sobre él. 

La canción se gestó a partir de una maqueta que hice en mi casa de unos tres minutos, con las partes vocales, los ritmos básicos y algún pequeño arreglo. La desarrollamos en ensayos haciendo jams sobre esta primera maqueta. Ahí reconozco  que nos inspiraron Grateful Dead y el “Down by the River” de Neil Young y nos lanzamos a tocar sin mirar el reloj. Llegamos a una versión de unos diez minutos. El día que la grabamos (todos a la vez) en Sevilla perdimos la noción del tiempo y quedó una toma de catorce minutos… no fue premeditado, simplemente nos dejamos llevar porque nos notábamos relajados e inspirados. La toma del disco es esa, sólo hubo una primera toma.    
RP: Lo de ser una banda de folk southern rock sigue siendo muy subversivo en estos tiempos festivaleros. ¿Os sentís rara avis en el panorama musical español? Porque -a vuestra manera- nadie os gana en subversión…
JV: Lo de las etiquetas también es algo subjetivo y un corsé muy incómodo para la gente creativa. Somos un grupo de rock internacional contemporáneo, punto. Pero nos gusta que los críticos hagáis literatura sobre nosotros, añade épica al asunto. Nosotros admiramos a gente como Meat Puppets o Screaming Trees, gente honesta que pasa de las modas, que va a lo suyo con el arte como objetivo y sin hacer concesiones a la galería. No sé si eso es ser rara avis o no, pero así es como somos. Nos sentimos queridos, respetados y valorados en el panorama español. Crítica, público y compañeros de escena nos hacen sentir vigentes y relevantes. La verdad es que nos llevamos muy bien con otras bandas, hay mucha camaradería en el panorama español y eso es algo absolutamente maravilloso. Me gusta que nos veas subversivos, eso es buen síntoma.
RP: Seguís apegados a las guitarras acústicas ¿Que os frena de probar con la electricidad?
JV: Las guitarras acústicas son parte de la esencia de este grupo, son un pilar fundamental de Arizona Baby. Es como decirle a Slash que por qué no prueba una Stratocaster y deja la Les Paul en casa. También nos preguntan a veces que por qué no nos afeitamos (risas). Tenemos la suerte de poder dar rienda suelta a nuestros impulsos eléctricos en Corizonas o El Meister, así que no hay mono de guitarra eléctrica. De todos modos a veces el Señor Marrón mete un pedal de overdrive a la acústica para algún solo (caso de “Videotapes” en “Sonora”). Si algo funciona en una canción no lo vamos a dejar fuera por cuestiones protocolarias.    
RP: El rock de raíces, el sonido delta y el folk de amplio espectro ha tomado un segundo aire, especialmente por gente como Jack White y en menor medida por The Black Keys ¿Por qué se regresa siempre a estos sonidos? o mejor ¿Por qué nunca se abandonan?
JV: Es parte importante de la esencia de la cultura pop, si cortas el tronco mueren las ramas. Siempre hay modas que aparecen diciendo que el rock ha muerto o que las guitarras ya no molan… pero el tiempo siempre va poniendo las cosas en su sitio.
RP: ¿Cuál disco nunca ha dejado de sonar, con los años, en vuestras casas?
JV: Muchos. Discos de la era grunge de Seattle, discos de indie rock primigenio, discos de la primera época del stoner rock, clásicos del rock de los 50, 60 y 70, discos de rock duro y metal de los 80 y 90… No podría decir uno porque todos tenemos gustos muy diversos.


RP: Siendo vosotros apasionados del directo seguramente estaréis ardiendo por salir a la carretera con lo nuevo ¿Qué se trae guardado en la manga Arizona Baby para los escenarios?

JV: Nueva puesta en escena, nuevo repertorio, nuevas sorpresas… Hay muchas ganas de celebrar este disco en directo con nuestros seguidores y con quien quiera acercarse a escuchar y dejarse llevar.
RP: Para cerrar y puestos a pedir ¿Con cuál artista del presente o el pasado les gustaría compartir escenario?
JV: Pues con un artista que es a la vez del pasado y del presente: Neil Young. |








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