Entrevista | Detergente Líquido: “En los backstages a veces nos dedicamos a mirar el panorama como si fuera un reportaje de sociología”

Conversamos con una banda que tiene en su dominio del pop clásico su arma secreta

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Lo de Detergente Líquido es tan sencillo que apabulla. Esa vía libre al corazón -desde la aparente simpleza de sus acordes- es la del pop clásico, un dardo benéfico en lo blando del que oye. Alberto Rodway (voz, guitarra), Nuria Mera (voz), Ernesto Rodríguez (batería), Fran Muñoz (bajo) y Félix García (guitarra, teclado) no van de inventores de nada ni de portavoces de dogmas, simplemente crean, plasman y disfrutan con una secuencia de canciones cercanas y preciosistas. 

Con Miedo al Amor por las Personas sin Tiempo es su tercer disco, el que les ha reportado un merecido lugar en el balcón de la visibilidad, llevándoles a pisar cada vez más escenarios, recibir buena tinta y vivos elogios; son diez cortes que dan para mucha revisión y mejores conversaciones, como la que hemos tenido en un imaginario puente trasatlántico. Los gaditanos se han vaciado ante nuestras preguntas y aquí les compartimos sus palabras.




Ricardo Portmán: Muchas gracias por atendernos. Detergente Líquido está en boca (y oídos) de mucha gente ¿Cómo viven estos días de creciente exposición?


Detergente Líquido: Con mucha ilusión. El objetivo de cualquier artista es llegar a cuanta más gente posible, y estar en este momento presentes en los medios y dando conciertos nos ayuda a ello. Además, nos gusta hacer llegar nuestra forma de ver las cosas a todo el mundo, por todos los medios posibles. Realmente, una de las cosas que más nos ha costado como grupo es conseguir que el público (y los medios también) no se queden en la superficie de nuestras canciones y profundicen realmente en lo que estamos contando. Digamos que nos costó mucho dejar de ser un grupo de “pop intrascendente” delante de la opinión pública, cuando para nosotros nunca, ni siquiera en la primera maqueta, nos hemos considerado así. Y estamos contentos de tener oportunidades de explicarnos.

RP: ¿Es posible que haya llegado el momento de cosechar lo sembrado?

DL: Realmente, desde nuestro punto de vista, estamos recogiendo desde el principio. Sabemos positivamente que nunca vamos a conseguir tener una vida digna como músicos y que tendremos que seguir trabajando cada uno de nosotros en nuestras ocupaciones extra-musicales habituales, por eso lo que esperamos obtener de todo esto es lo que ya estamos sacando: los buenos momentos que pasamos entre nosotros, la gente que conocemos, los pequeños reconocimientos que nos hacen y las canciones que vamos dejando por ahí. Nuestro objetivo es seguir haciendo las cosas cada vez un poco mejor para continuar disfrutando mucho tiempo de todo esto, y como decimos algunas veces entre nosotros, poder seguir pasando pantallas del videojuego, a ver hasta qué fase podemos llegar.

RP: Sois un grupo pop(ular) pero en una entrevista se han definido como una banda ‘rara’ -en el mejor sentido de la palabra- cuando os toca socializar en los backstages ¿Se puede estar con Dios y con el diablo? ¿Se puede ser Pop y No-Pop al unísono?

DL: Se puede perfectamente. En nuestras canciones ya dejamos claro que somos bastante misántropos, así que nadie debería extrañarse de nuestro comportamiento detrás del escenario cuando termina el concierto. 

Además, creo que a nosotros nos pasa una cosa, y es que tenemos claro que no nos jugamos los cuartos en el mundo de la música. Es decir, que como no somos profesionales, no necesitamos entrar en el juego de adulaciones, falsos abrazos, amistades instantáneas y consumo desmedido de sustancias que se produce en los backstages con el objeto de ir pillando contratos. Tampoco somos nada idólatras; no vamos a ir detrás de nadie para hacernos una foto con él. Sabemos que Bunbury también va al baño de vez en cuando. Así que en los backstages a veces nos dedicamos a mirar el panorama como si fuera un reportaje de sociología y a flipar con el comportamiento del personal. Y cuando nos aburrimos, pues miramos los conciertos o nos vamos a dormir.

Pero no nos referimos al trato con el público que nos sigue. Dentro de nuestra propia timidez como personas, cuando se acercan a nosotros estamos encantados de charlar con ellos y tomarnos algo porque sabemos que lo hacen sinceramente. De todas formas nosotros somos sólo 5 tipos normales sin ningún tipo de ínfulas. Ni siquiera cuando estamos en el escenario nos creemos nada.

RP: Con miedo al amor por las personas sin tiempo ¿Qué nos pueden contar sobre su origen? ¿Cuánto les ha tomado llevarlo del folio al producto terminado?


DL: El origen de las canciones de “Con miedo al amor por las personas sin tiempo” es el mismo que el de todas las canciones. Surgen de la necesidad de expresarnos. De decir cosas que en el día a día no se suelen decir. Las canciones empiezan a salir así, y cuando tenemos unas cuantas que nos parecen bonitas, pues las grabamos. 

En este caso digamos que las primeras canciones existen desde la primavera de 2017, y terminamos la grabación del disco entero en la primavera de 2018. En medio hay un trabajo de la banda en el local de ensayo para vestir los temas, arreglarlos y aprenderlos bien; y luego un trabajo en el estudio (Grabaciones Sumergidas) con nuestro productor de siempre (Juan Antonio Mateos) para dar con el sonido perfecto, la producción que buscábamos y todo lo que aporta él.

Desde entonces hasta que salió el disco a final de septiembre, está todo el proceso de diseño del artwork (con un gran trabajo de nuestros amigos de Síndrome Kitsch), la fabricación de los soportes físicos, los temas legales, la promo… Es lo que tiene la autoedición

RP: ¿Cuánto cambió lo escrito inicial a la canción terminada? ¿Seguían siendo reconocibles las tonadas iniciales?

DL: Generalmente, de los textos que salen de la mente de Alberto, que es quién se encarga de la composición, se cambia como mucho una palabra o dos. En este disco, sin embargo, algunas ruedas de acordes sí se han mejorado un poco a raíz del trabajo de la banda en el local. Pero las canciones son totalmente reconocibles desde la primera vez que se tocan con la guitarra acústica. Al fin y al cabo, pensamos que una de nuestras características son esas canciones simples que, aunque se arreglen con una orquesta sinfónica, al final se basan en una melodía de voz sobre una armonía y pocos artificios más.

RP: Vuestros títulos son casi Dylanianos, en extensión unos y en contenido todos… 

DL: Los títulos a veces tienen que ver con el mensaje de la canción, como “Abulia pop” o “Haciendo el cocacola”, y otras veces con las circunstancias en las que se hizo, como “Domingo antropoide”. En algunas ocasiones son los planteamientos mentales que se hace Alberto, que sólo él entiende, los que dan lugar a títulos que son evidentes a sus ojos, véase “El ruido nunca inquieta”. Otros títulos, como “Camión”, se deben simplemente a hechos inesperados como que Steven Spielberg llame a su última película igual que nuestra canción y, que como todavía tenemos menos repercusión que él, decidamos cambiarle el nombre por lo primero que se nos ocurrió. Los ejemplos son de este último disco, pero esta misma explicación vale para las canciones de los demás.

De todas formas nos gustan los títulos llamativos, y encima vemos que atraen a la gente, así que tratamos de explotar un poco ese tema. Lo malo es que a veces ni nosotros mismos nos acordamos de los nombres de las canciones hasta que no llevamos unos meses con ellas.
RP: Inicialmente iba a ser un EP ¿Qué los llevó a convencerse de llevarlo a LP?

DL: Pues nos convenció una disquera. Es una historia larga. Tuvimos la idea de grabar un EP de 5 o 6 temas con la intención de que viera la luz a finales de 2017 o primeros de 2018. Este EP serviría como un apéndice, o un epílogo, de nuestro disco anterior “Mirad lo que me habéis hecho hacer. Por favor”, que salió a principios de 2017, y de esta forma lo relanzaríamos y tendría un poco más de notoriedad. Pensamos que, debido a problemas con la discográfica que inicialmente editó este disco, no se promocionó lo suficiente y se podría sacar más de él. 

Cuando tuvimos el EP terminado, se interesaron un par de disqueras independientes por su edición, y una de ellas bastante importante nos dijo que lo veía muy bien pero que prefería un LP completo para lanzarlo después del verano. Nos pareció bien trabajar con ellos, así que compusimos “Lloriqueos en la rotonda”, “Domingo antropoide”, “Camión” y “Abulia pop” y terminamos de hacer el disco completo.

Una vez grabado todo, cuando fuimos a cerrar detalles contractuales con ellos, no llegamos a un acuerdo y decidimos autoeditar el disco nosotros solos. Al fin y al cabo, nadie va a tratar nuestras cosas con más cariño que nosotros mismos. 

RP: ¿Cómo vivisteis las jornadas de grabación en el estudio? 

DL: Para nosotros grabar en el estudio es como estar en una tienda de caramelos y a la vez en el infierno más horrible.

Nos gusta un montón grabar, sacar ideas nuevas, sonidos, experimentar con ruidos, ver crecer las canciones y todo eso, pero a la vez nos cuesta mucho llegar a un acuerdo para el resultado final que queremos. Somos bastante pesados e insistentes con lo que tenemos en la cabeza, y lo queremos sacar a toda costa. Durante la grabación hubo un par de momentos críticos en los que incluso fuimos expulsados un tiempo del estudio para poder dejar trabajar al productor tranquilo… No nos referimos a que hubiera ningún tipo de tensión personal con él, pero artísticamente sí que nos hubiera dado con una guitarra de cuerpo sólido en la cabeza. 

Como además el proceso de grabación fue muy largo, por el tema que comentamos antes del paso de EP a LP, y hubo muchos cambios en canciones ya terminadas por motivos técnicos, esta grabación se puede considerar que fue una pequeña odisea. Pero estamos muy contentos con el resultado, y hemos aprendido además que para la próxima vez vamos a intentar hacer mucho más caso a nuestro productor.

RP: ¿Cuál de vuestras canciones es la que más os representa? ¿Por qué?

DL: Pues no sabemos. Tenemos algo así como tres caras: la más guitarrera y dura como en “Lloriqueos en la rotonda”, la más bailable como “Abulia pop” y la más clásica como en “Al barrer tu casa”. Así que si buscamos una canción que aúne estas tres facetas, quizás nos quedamos con “Demasiado bruto para el indi”, que es una canción de nuestro disco anterior que además tiene un significado especial para nosotros mismos. Aunque sabemos que esta canción no es la que más le gusta a la gente, no tenemos más que mirar las estadísticas del Spotify.

También nos gusta mucho “El amor en la era del Ali-express”, que no sabemos si nos representa pero nos lo pasamos muy bien tocándola. Y de las nuevas, si buscamos una canción que pueda ser nuestro estandarte, quizá por ahora sea “Aunque no lo parezca, también llega la primavera a los descampados con escombros”. Esa canción, desde la primera vez que la tocamos en el local de ensayo, vimos que tenía algo especial y disfrutamos mucho con ella.

RP: Ratones de estudio o leones de escenario ¿De qué estáis más cerca?

DL: Ratones de escenario. Disfrutamos mucho en el estudio, pero también nos lo pasamos muy bien tocando delante de la gente. Aunque por nuestra personalidad o por nuestra actitud nunca seremos leones en el escenario. Quizá koalas u osos panda. A lo mejor esa es otra de las cosas por las que le caemos bien al público. No intentamos aparentar lo que no somos en el directo. Somos tal como nos ven. 

RP: Hacéis gala de un sutil sentido del humor ¿Hay demasiada seriedad, incluso gravedad, en la escena rock y pop actual?

DL: Pues no sabemos. Por lo general, los músicos son gente que se ríe como en cualquier gremio. Aunque también si están escribiendo canciones sobre sus dramas emocionales o las cosas que les importan, quizás por eso les quedan tan serias.

Lo que sí es cierto es que la “música humorística”, por llamarla de alguna forma, está devaluada frente a la “música seria” y a lo mejor por eso todo el mundo pretende alejarse de eso. A nosotros en cierto modo se nos ha tomado a veces como una especie de grupo con canciones de chiste, cuando como comentamos antes nunca ha sido nuestra intención. Si quisiéramos hacerlo nos daría igual, pero es que nunca hemos querido hacer eso. Quizá para alguna gente, las imágenes que empleamos en nuestras canciones como “el de abajo en calzoncillos”, “el compositor de música para películas porno”, “el sábado en el Leroy Merlín” son humorísticas, pero es que esa es la realidad que nos rodea. Nuestro día a día es así. Y casi cualquier cosa puede ser ridícula, vista desde el punto de vista adecuado, que no tiene por qué ser el nuestro. 

Lo que sí es cierto es que a lo mejor no es la manera habitual de poner la realidad en la cara del oyente, y que si hubiéramos empleado las imágenes de “camello en su casa esperando a hacer el negocio”, “un músico fracasado” y “tarde de aburrimiento consumista” no nos hubieran tomado por un grupo gracioso. Pensamos que todo lo que se salga un poco de la norma la gente no sabe por dónde tomárselo. Y en nuestro caso, ha reaccionado tomándonos como un grupo humorístico. Pero no lo somos.

Al final nosotros escribimos como pensamos, que tenemos una forma de pensar en la que las imágenes exageradas o la realidad deformada hasta la parodia se dan bastante, pero no deja de ser la realidad seria. O así la vemos nosotros.

RP: ¿Cuáles son vuestras influencias musicales menos evidentes? 

DL: Nunca hemos pretendido sonar como tal o cuál banda. Como músicos somos muy heterogéneos, tenemos influencias muy distintas entre nosotros, y estas van desde haber estudiado guitarra clásica, hasta jazz o haber hecho versiones de Calamaro. Y luego, para este disco hemos estado hablando en el local y en el estudio de gente como Roberto Carlos, REM, los Dire Straits, George Harrison, Presuntos Implicados o Wilco.

RP: ¿Qué sigue ahora para Detergente Líquido? ¿Carretera y manta?

DL: Claro. El objetivo ahora es tocar lo máximo posible y delante de la mayor cantidad de gente, y disfrutar de todo el proceso. Estamos intentando plantear nuestra presencia en algunos festivales de verano y mientras, seguiremos girando por España y escuchando sirenas desde México, donde tenemos un número creciente de seguidores.


RP: ¿Con cuál solista o banda les hace ilusión compartir escenario?


DL: Pues cada miembro del grupo te podrá decir alguien, pero posiblemente estemos todos de acuerdo en decir que sí si nos invita Neil Young a ser su banda de acompañamiento. Y si no puede ser él, pues La Habitación Roja.

RP: Para cerrar ¿Cuál fue el mejor -o por lo menos el último- consejo que les dio algún compañero músico o técnico … en un backstage?

DL: Los técnicos siempre nos dicen: “pegad la boca al micro”. Y un compañero músico ya bastante consagrado nos dijo una vez: “no fichéis por una discográfica”. Y a los dos les hemos hecho caso. | 


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