Regresamos al tema clásico del álbum The Joshua Tree
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
The Joshua Tree, treinta años después, sigue incólume como faro y cima de la discografía de U2, con permiso de Achtung Baby. Tras la revelación de The Unforgettable Fire, donde la conjunción U2-Daniel Lanois-Brian Eno descorcharía la corteza de la banda, llevándoles a un nuevo estado, un terreno ignoto para nuevos mensajes y sonidos trascendentes, tocaba al cuarteto irlandés dar el golpe sobre la mesa, para dar el salto más largo y alto de su efervescente carrera.
El edificio sonoro The Joshua Tree daba suficiente sombra como para contener evidentes hits pop como With Or With our You y Where The Streets Have No Name, homenajes como One Tree Hill, introspección en Running To Stand Still y temas de protesta como Red Hill Mining Town y Bullet The Blue Sky, pero hacía falta la voz maestra, la guía espiritual que diera paz a los creyentes Bono, The Edge y Larry Mullen (ellos fueron los que casi dejan el grupo, por razones espirituales, durante el tiempo del disco October). La conciencia y el suave viaje al gospel estaría esperándoles en la epifanía I Still Haven’t Found What I’m Looking For.
Cuando le encargaron a Kirsty McColl, esposa del productor Steve Lillywhite, que eligiera a su gusto la secuencia de las canciones de The Joshua Tree, con la única indicación que abriera con Where The Streets Have No Name y cerrara con Mothers Of The Disappeared, el grupo pretendía darle un toque de frescura y naturalidad a un listado de canciones que les tocaban muy de cerca; lo cierto es que finalmente respetaron el orden de Kirsty, donde el himno de fe I Still Haven’t Found What I’m Looking For quedó encuadrado entre los dos temas más comerciales (Where The Streets Have No Name y With Or With our You) a modo de ancla a tierra y telescopio hacia las alturas.
Para entender más el génesis de I Still Haven’t Found What I’m Looking For basta con leer las palabras de sus autores, tomadas de su libro autobiográfico U2 por U2 (RBA, 2008):
Adam Clayton: “I Still Haven’t Found What I’m Looking For empezó como algo completamente diferente, una improvisación llamada, por misteriosas razones, Under The Weather Girls. Era un poco monótona pero tenía una parte de batería genial. Mantuvimos la batería, salió la melodía nueva y toda la música cambió para adaptarse a la melodía. Era un rhythm n’ blues bastante tradicional, algo que no habíamos hecho antes, pero que nos resultaba estimulante”.
Larry Mullen: “Aunque esta canción no era tan difícil como la mayoría, sabíamos que iba a convertirse en nuestro trofeo. Danny [Lanois] estaba muy concentrado en la sección de ritmos y fue capaz de dar sentido a mi extraño patrón de batería. En vez de cambiar mi parte, cosa que hubiera ocurrido un tiempo atrás. Danny me animó a continuar trabajando en ella. Al final mezcló una parte importante del patrón batería y dejó la base, convirtiendo el tema en algo menos recargado. El genio musical de Danny este por todas partes en esa grabación”.
The Edge: “Me recordaba un poco a la canción Eye Of The Tiger interpretada por un grupo de reggae. Cuando Danny y Flood montaron esta extraordinaria mezcla, ya estuvimos a punto para que Bono buscara una melodía principal. Recuerdo pocos momentos de completa creatividad-con-electricidad-en-el-aire mientras grabábamos este álbum, pero el nacimiento de I Still Haven’t Found What I’m Looking For es uno de ellos. Bono empezó a cantar, y como siempre, desde el plató nos hacienda un montón de señales pero pocos sugerencias útiles. Sin embargo, Bono clavó esta fantástica melodía surgida de la más clásica tradición del soul”.
I Still Haven’t Found What I’m Looking For se lanzaría como segundo sencillo de The Joshua Tree en mayo de 1987, con Spanish Eyes y Deep In The Heart como caras B, llegando el 8 de agosto al primer lugar en las listas de los Estados Unidos y al sexto en el Reino Unido. Es llamativo como una canción que incluía citas bíblicas como I have spoken with the tongue of angels (Corintios 13:1) se viera visualizado con la banda interpretándola en la ciudad del pecado, Las Vegas; sin duda estos contrastes son los que generan tertulias y mitología.
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