Vinilografía | Nirvana

Revisamos la  discografía de estudio de Cobain, Novoselic y Grohl al completo

[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Con una discografía tan corta y dura como una navaja, Nirvana fue mucho más que una banda musical, fue un fenómeno cultural que a modo de reloj despertador sacó del sopor a la generación que afrontaba la bisagra entre los ochentas y los noventas con nulas esperanzas en un futuro mejor. Kurt Cobain no sería el mejor guitarrista ni el mejor cantante, ni siquiera el compositor más prolífico, pero tenía ese aura de visionario en estado salvaje, capaz de decir el mensaje perfecto para los tiempos que corrían. El díscolo hijo de Aberdeen no hubiera alzando tal estatus si no hubiera contado con los fieles Novoselic y Grohl, quienes equilibraban la bomba de tiempo emocional de Cobain con solidez (el baterista) y confiabilidad (el bajista). 

Tras la muerte del cantante y el epitafio del unplugged, lo que ha quedado para la posteridad es este triunvirato de discos, cada uno tan poderoso como genuino, para analizar, digerir y canalizar el significado de Nirvana para la historia de la música contemporánea. Esta es nuestra revisión de la breve discografía de estudio de Nirvana, cerrando con su mejor álbum.


3
Bleach
1989
Sub Pop
Productores: Jack Endino

El disco debut de Nirvana fue su única referencia oficial con el sello Sub Pop y no le quedaron ganas a la banda de repetir. Según Cobain “Había esta presión de Sub Pop y la escena grunge para tocar ‘rock’”. Nirvana nunca seria una banda de ‘rock clásico’ en el sentido más ortodoxo de la palabra y para muestra de esa lejanía con esa etiqueta nos queda Bleach, un álbum con un sonido que daba muy pocos indicios de los que estaba por llegar. Su valor es más histórico y documental (para los completistas) que musical.
2
In Utero
1993
DGC Records
Productores: Scott Lit

El álbum final de Nirvana sería producido en un comienzo por Steve Albini, buscando un sonido más crudo y orgánico que el de Nevermind. Una versiones hablan que fue el sello discográfico, otras que fue la propia banda, pero lo cierto es que no había plena satisfacción con el sonido de la grabaciones con Albini por lo cual se contrató al productor Scott Lit para que adecentara las pistas y se encargara de la mezcla final. Durante las sesiones de grabación Lit comprobaría con sus propios ojos como la banda jugaba a la autodestrucción con sus propias canciones, llevándolas límites conscientemente irritantes (Rape Me, my friend).

Sin tener el impacto comunicacional de Nervermind, In Utero tuvo muy buenas ventas y sobre todo una cascada de elogios por parte de la prensa especializada, quienes valoraron la valentía de Nirvana por romper con el molde/Nevermind. El tema central de In Utero Heart-Shaped Box sería el último gran sencillo con el sello irreverente de Kurt Cobain.

1
Nevermind
1991
DGC Records
Productores: Butch Vig

La obra definitiva. Empezó planificándose como un nuevo disco para Sub Pop con el título Sheep. Se empezó a trabajar con Butch Vig en los Estudios Smart en Madison (los mismos donde Butch ha grabado siempre con su banda Garbage) pero tras un tiempo y por problemas de garganta de Kurt se abandonó el proyecto. Tras varios meses Nirvana firmaría con Geffen Records, quienes les propusieron otros productores, pero la banda se mantuvo fiel a Butch Vig.

La banda sufría de mucha ansiedad por grabar para una multinacional y eso generó retrasos para iniciar las sesiones. Finalmente entre mayo y junio de 1991 Nirvana grabó Nevermind en los Sound City Studios de Los Ángeles. Este disco contendría el cancionero más equilibrado y poderoso que nunca llegaría a reunir Cobain como autor, y seguramente el sonido habría sido más como el que luego tendrían en In Utero (directo, crudo) si no fuera porque Vig  logró convencer a la banda y especialmente a Kurt de hacer overdubs (el argumento ganador del productor era que John Lennon los hacía).
Cuando Nevermind salió a la venta algo se rompería en la industria de una manera sutil, y de una manera mucho más radical en las masas de oyentes. Los rechazados, los deprimidos y los abusados encontraron una voz propia a través de las estrofas de Smells Like Teen Spirit. Se puede estar más o menos cerca del discurso de Nirvana pero lo que no se  puede negar es el inmenso impacto de este trío en la cultura occidental de fines del siglo veinte. 


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