Vinilografía | The Doors

Toda la discografía, siempre con Jim Morrison, del peor al mejor
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Hablar de The Doors es terminar hablando de un fenómeno que llevó la música a nuevos y sórdidos terrenos. Más conectados con el cabaret europeo y la tradición blues que con la artificial e irregular movida de San Francisco, The Doors era la banda del West Coast menos West Coast. No es casualidad que sus integrantes ya llegaran con un nivel intelectual y una personalidad cultural muy encima de la media de aquel tiempo, lo cual derivó en una propuesta poderosa y adictiva; Morrison venía de la poesía, Manzarek de la cinematografía, Densmore del jazz, Krieger de la guitarra clásica y el flamenco.  

Íntimamente ligado a la tradición europea de la decadencia como forma de expresión, la figura mítica de Dioniso, las inspiración de los poetas malditos del París del siglo 19 y el blues de raíz sureña, Morrison aglutinó no solo la guía vocal, el poderío visual de su físico y sus versos afilados; también supo utilizar los medios y la exposición pública como un arma, que terminó siendo de doble filo. Analizar la discografía de The Doors, señalando mejores y peores, es una tarea que siempre traerá sinsabores y desacuerdos, pero que sería de la música sin las opiniones sin unanimidad. A continuación les compartimos nuestra revisión de los álbumes oficiales, siempre con Morrison, dejando de lado los discos póstumos Other Voices, Full Circle -nefastos ambos- y An American Prayer, una hermosa rareza que no representa el espíritu original de unas puertas que se cerraron, definitivamente, en julio de 1971.



6
The Soft Parade
1969
Elektra
Productor: Paul A. Rothchild

El disco de la discordia. Con un Morrison ajeno a la composición, viviendo su particular idilio con los excesos, le tocó a Krieger asumir un mayor peso creativo, lo cual se notó negativamente en algunos temas (especialmente en la nefasta Running Blue). La inclusión de cuerdas y metales, la experimentación sin orientación definida y un dilatado tiempo de grabación, que degeneró en falta de enfoque, lastraron un disco que terminó afectado en su promoción por el escándalo de Miami. Sin ser necesariamente un desastre es el trabajo menos inspirado de The Doors.



5
Waiting For the Sun
1968
Elektra
Productor: Paul A. Rothchild

Este trabajo fue el último que se nutrió de las composiciones primigenias de Morrison. En comparación con sus dos primeros discos, Waiting For The Sun languidecía con un sonido en líneas generales más suaves, además que transmite la sensación de quedar a medio camino. El fracaso en lograr grabar The Celebration Of The Lizard, que ocuparía toda una cara, dejó el álbum incompleto, por lo cual los músicos tuvieron a apelar por los viejos borradores. Más allá de las críticas, contiene algunos clásicos indiscutibles (Hello I Love You, The Unknown Soldier).



4
L.A. Woman
1971
Elektra
Productor: The Doors y Bruce Botnick

El álbum de blues que siempre quiso grabar Jim Morrison. Abandonados por su productor de cabecera Paul Rothchild (definió Riders On The Storm como música de cocktail) los cuatro músicos, apoyados por Jerry Scheff al bajo y Marc Benno a la guitarra, se encargaron en su sala de ensayo para grabar el que sería su canto deciden con Morrison, encargándose ellos mismos junto con su ingeniero Botnick de la producción. La evidente aspereza en la voz de Jim, tras años de desenfreno, terminan por aportarle savor affaire a un cancionero soberbio.

3
Morrison Hotel
1970
Elektra
Productor: Paul A. Rothchild

Tras el bajón de The Soft Parade y el juicio de Miami pocos daban un duro por The Doors. Ante esto, la banda decidió regresar al poderoso sonido rock que les dio a conocer, con trazos de blues y letras descarnadas por parte de un Morrison que regresaba revitalizado a su papel central en la composición. Cuando la oficina de prensa de Elektra quiso lanzar una campaña promocionando a Jim Morrison como Hombre del Renacimiento quizás no estaban muy alejados de la realidad. Morrison Hotel es la demostración del poderío y la capacidad de The Doors de hacer una música que significaba mucho para la gente.



2
The Doors
1967
Elektra
Productor: Paul A. Rothchild


El trabajo fundamental, la raíz de todo, donde The Doors se presentó al mundo como los poetas del sexo, de los ritos dionisíacos, viajes edípicos y los excesos sónicos. Su álbum debut incluía himnos incendiarios como Light My Fire, Break On Through y The End, mucha de la mejor poesía de Morrison y mostraba a la banda funcionando como una apisonadora. The Doors, el disco, es uno de los totems sagrados de aquel anno mirabilis para la música popular occidental.



1
Strange Days
1967
Elektra
Productor: Paul A. Rothchild

Por composiciones, calidad de grabación y sobre todo la actitud -menos urgente, más maliciosa- Strange Days es el mejor álbum de The Doors, haciendo tándem con el elepé debut si se nos permite la licencia. Es un hecho que Morrison, Krieger, Manzarek y Densmore querían reservar muchos d esos mejores temas para un potencial segundo disco, por si el debut no cuajaba. Es significativo que en este trabajo esté incluída la canción fundacional Moonlight Drive. El corte homónimo, el potente blues rock de Krieger Love Me Two Times, la visión de los tejados que tenía el Morrison vagabundo de Venice en la magnífica My Eyes Have Seen You, la desesperanzada People Are Strange y la apoteosis final When The Music’s Over completan en tracklist más equilibrado, creativo e imperecedero de The Doors.



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