Soles y Pingüinos
[Independiente]
★ ★ ★ ★
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Lo que se escucha es lo que es, sin trampa ni cartón; es un grupo de personas en comunión con las formas sencillas de esa música que se queda suspendida en alguna estampa entrañable. Ellos son Lázaro y su disco es Soles y Pingüinos. En doce canciones nos convence y nos lleva al territorio del disco modesto, sincero y de los que siembran emociones. Su sonido se balancea entre el indie-rock y el pop clásico, siempre al servicio de los mantras flotantes de la voz de Nieves Lázaro. Juanma Padilla, Rafael Revelles e Iris Banegas completan la alineación de Lázaro.
El disco no podía abrir con otro tema que no fuera Bestias De Guarda, una composición que representa fielmente la perfección del pop de autor. Las pulsaciones no bajan sus números en las brillantes King Kong, Compás Averiado, Gente Muy Normal, Laberintos y La Bailarina, cortes construidos con habilidad, buen gusto y una paleta de matices contrastantes. Lazo Umbilical bien podría aparecer en un disco de The Cure y estar a la altura de Robert Smith y compañía. Las Noches Huecas y Lloverá cambian el tercio, llevando las naves hacia aguas tranquilas. Los laureles del campeón se los dejamos a Vía Láctea, sin duda el momento más emocionante del álbum.
Un aparte merece el impecable trabajo de producción y grabación de Manuel Cabezalí y Dany Richter, quienes aportan tanto al producto final que podría verse a Soles y Pingüinos como una real extensión de sí mismos. Tras el stop del último track es natural llegar a la conclusión que Lázaro es una hermosa idea materializada en un disco que es tan sorprendente y fascinante como la vida misma.
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