Retomamos nuestra sección dedicada a los sencillos de todas las épocas
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
“Realmente un fantástico de trabajo de Freddie. Quiero decir, recuerdo que Deacie tenía esta idea, pero Deacie no podía cantar, por supuesto, por lo que estaba trataba de sugerir a Freddie cómo debería cantarla y Fred sólo entró allí y trabajó y trabajó hasta que hizo que su garganta sangrara… realmente se inspiró y lo elevó a una nueva altura”. Con estas palabras resumió Brian May el proceso creativo entre John Deacon y Freddie Mercury para materializar uno de los grandes discos sencillos de Queen, Another One Bites The Dust.
Grabada durante las sesiones del álbum The Game, la composición de Deacon no apuntaba a estar incluida en el disco; la banda no la consideraba con el nivel de calidad necesario, ni siquiera como tema de relleno, mucho menos como single. Fue nada menos que Michael Jackson quien les sacó del error y les convenció que Another One Bites The Dust era un hit evidente (la canción se ideó para ser cantada por Jackson, pero por cosas de calendario no se concretó).
El tema se grabó en los Musicland Studios muniquenses, con John Deacon encargándose de casi todos los instrumentos: bajo, piano, guitarras y percusión. Roger Taylor aportó un loop de batería y Brian May algunos sonidos de guitarra con un Eventide Harmonizer, además -por supuesto- de Mercury a la voz. No se utilizaron sintetizadores de ninguna clase. Curiosamente, Taylor se encargaba originalmente de la voz principal en el estribillo.
Another One Bites The Dust, lanzada en agosto de 1980, alcanzaría el número 1 en las listas americanas y el siete en el Reino Unido. Su éxito fue criticado por la prensa especializada, debido a que se alejaba radicalmente del lenguaje rock, adentrándose en el funk y el disco-music, alcanzando su momento álgido en el nefasto y discotequero Hot Space.
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