Falleció en Las Vegas a los 89 años
[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo
Uno de los últimos padres del blues moderno nos ha dejado. B.B. King fue el artífice de un sonido tan único y personal que terminó por ser adoptado por varias generaciones de intérpretes del blues. Sus fraseos precisos, punzantes; su voz rasposa y potente. Cada ángulo de su arte conforma la arquitectura de la leyenda de un hombre que terminó sus días de una manera ingrata, con denuncias de ser maltratado en su lecho de enfermo. Pero este final no es sino el inicio de su mito, ahora ya fuera del alcance del tiempo.
Cincuenta discos, cientos de colaboraciones y una vida frenética en la carretera llenaron sus 89 años. Este ritmo vital nunca se convirtió en desgaste, sino en las sonrisas de un showman a la antigua. Empezó tocando guitarras Fender, pero con la guitarra que se identificó fue con su querida Lucille, la Gibson de caja que siempre le aportó ese sustain marca-de-la-casa que nunca ha podido ser igualado.
El mundo de la música llora la pérdida de uno de sus gigantes, pero la mejor manera de recordarle es a través de su música. Poner sus discos, que desde algún lugar B.B. devolverá el gesto con su inolvidable palmeo con el dorso de la mano.
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