Gustavo Cerati 1959 | 2014: Poder decir adiós es crecer

Ha fallecido un grande. Ha nacido una leyenda


[Ricardo Portmán] @ecosdelvinilo

Estas son las líneas que jamás quisimos escribir. Hoy nos ha dejado Gustavo Cerati. Después de años de rumores maliciosos debemos afrontar una realidad demoledora para los que manteníamos viva la llama de la esperanza, alentados siempre por su heroica madre Lilian Clark. Pero más que hablar de muerte mejor hablemos de vida. De una vida que fue para Cerati de música absoluta. Para los que nunca creyeron que del tercer mundo surgiría -alguna vez- una voz a la altura de los mitos tuvo Gustavo en ristre, año tras año, un arsenal de canciones atemporales. Con Soda Stereo, con Melero o por su cuenta, Cerati siempre tuvo claro el camino. Piedras y espinas no faltaron pero Gus -esa alma inquieta inmune al desánimo- le rasgaba las vestiduras a los críticos y a tanto profeta del desastre (esos que le presagiaban la ruina sin Soda Stereo) con sus lienzos fundamentales Colores Santos, Amor Amarillo, Bocanada, Siempre es Hoy, Ahí Vamos y Fuerza Natural. Gus era Soda (junto a Zeta y Charly) y también más que Soda.
Gustavo nos deja un legado monumental, que está grabado en la roca desnuda de generaciones que crecieron, maduraron y echaron a volar con sus acordes. Su querido Spinetta seguramente ya lo habrá recibido -allá en donde se reúnen los genios- en esa otra etapa. Sonará en el éter Té para tres, Crimen, Fue, Puente, Crema de Estrellas y sí, también los versos de Adiós. Hoy ponemos canciones tristes para sentirnos mejor. Hasta siempre Gustavo Cerati.

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