Grammys 2013: hay una luz al final del túnel

El rock regresa en grande a los grandes premios

Jack White y The Black Keys, cual exploradores del siglo XV plantaron bandera y tomaron posesión de los Grammys. No, no es una alucinación. Ni Biebers ni Minajs en el horizonte. La entrega de anoche fue una de las mejores en años. Los performances en general brillaron, salvo los patinazos puntuales, inevitables, pero que afortunadamente han sido más la excepción que la regla.

Las trivialidades de Rihanna, Justin Timberlake, Carrie Underwood, Alicia Keys y Maroon 5 llevaron al límite del bostezo a más de uno. Ni hablar del colombiano Juanes, que se inmoló con un baratísimo cover de bar.



Pero más allá de lo anterior, tanto escenario como público fueron testigo de unas actuaciones históricas. The Black Keys con ese mito llamado Dr. John. Una mezcla inflamable de embriagante ritmo y adrenalina. No es casualidad que fueran los grandes ganadores del año. The Black Keys son grandes e insuperables en su terreno.







Jack White. El gran Jack White. Lo mejor de la noche de lejos. Arrancó con el temazo Love Interruption, apoyado por su banda de musas felinas. Rozando lo acústico, fue sencillamente una delicia. Luego con el grupo masculino detonó las tablas con  un despliegue de testosterona con su Freedom at 21 (tema que mereció ganar en su categoría, dicho sea de paso). Un público de pie supo agradecer en su justa medida al bueno de Jack.



En los dos homenajes se tocaron los dos extremos posibles. De lo ridículo del homenaje a Bob Marley (solo se salvan Sting y los hermanos Marley) a lo sublime del The Weight recordando a Levon Helm. Elton John, T-Bone Burnett, la grandiosa Mavis StaplesBrittany Howard de los Alabama Shakes… un line up perfecto, a la altura de la ocasión.

Sumando simpáticos rellenos como Frank Ocean y Fun, ideales para llenar espacio y complacer gustos, en general la velada fue redonda.



Los Mumford & Sons, ganadores del disco del año (un premio inesperado e inmerecido), tuvieron una participación eficiente, por sobre el promedio. Tienen margen de mejora. No quiero olvidarme de The Lumineers. Un buen grupo con un correcto directo. Cumplieron con nota positiva.
En fin, no todo está perdido en el panorama musical. Da gusto poder rebatir a Lenny Kravitz cuando canta “Rock n’ Roll is Dead”. Después de todo hay una luz al final del túnel. The Black Keys y Jack White nos señalan la puerta de salida de esta edad oscura de la música. 




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