Los domingos por la tarde/noche suelen ser la catedral del aburrimiento… y eso me llevó a degustar una entrega de los Grammy Awards. Toda una experiencia en cuanto a puesta al día de lo nuevo y confirmación de su poquísima valía musical, salvo honrosas excepciones.
Obviando las predecibles banalidades de las “estrellas” del llamado ARR BEE (R&B), los típicos iconos pre-fabricados del pop y los techno-aprieta botones de turno, no deja de llamar la atención la casi inexistencia del rock, hard rock y blues rock en premios otrora poblados de un sano equilibrio de estilos.
Los Foo Fighters fueron los salvadores de la noche. Y esto no incluyendo el deleite de Sir Paul McCartney en su jam final y a los Beach Boys en un más que emotivo momento para la nostalgia.
Incluso hasta en el espectáculo country lo único destacable fue la maravillosa y visceral intro de los The Civil Wars, un minuto de gloria, antes del bodrio de la Pseudo Britney del country: Taylor S.
Definitivamente esta estepa sonora del 2012 nos empuja a los melómanos de pro a seguir en el Valhala de nuestros clásicos.
The Civil Wars en su Tour de Force
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